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Amon, al volante de un Ferrari en el Gran Premio de Mónaco de 1969. :: EL NORTE
AUTOMOVILISMO

Chris Amon, la suerte del desafortunado

PPLL

Lunes, 29 de marzo 2010, 03:08

En la vida de todo deportista la suerte juega un importante papel. Y si hablamos de mala suerte, en el mundo de la Fórmula 1 salta de inmediato el nombre de Chris Amon, que disputó 96 grandes premios sin ganar ninguno a pesar de acariciar el triunfo en bastantes de ellos. De él diría Mario Andretti «si Chris fuera enterrador, la gente dejaría de morirse». Sin embargo el ingeniero de Ferrari Mauro Forghieri lo consideraba como «el mejor piloto de pruebas con el que he trabajado en mi vida y en la pista está al mismo nivel de Jim Clark», pero mejor sería ir al principio de esta historia.

Amon, nace en Nueva Zelanda, en 1943. Con tan sólo 18 años pilota un antiguo Maserati 250 F Allí asombra a Reg Parnell, antiguo piloto y 'team manager' que lo recluta para su equipo. Así con 20 años en el GP de Bélgica de 1963 Amon debuta en el Mundial de Fórmula 1 al volante de un Lola-Climax , poco competitivo pero con el que adquiere experiencia. La muerte de Parnell a principio de 1964 es un duro golpe para el equipo y para Chris, si bien éste marca sus primeros puntos con un Lotus 25.

El equipo de Parnell se hunde poco a poco y Amon sólo puede disputar dos grandes premios de F1 en 1965 y uno en 1966, pero en cambio en la F2 logra su primera gran victoria internacional, en Stuttgart, y con Ford en el mundial de Sports obtiene muy buenos resultados que culminan en 1966 con el triunfo en Le Mans.

Ese mismo año, Amon disputa la Can-Am con los McLaren y realiza pruebas para Firestone, lo que potenciará su talento para poner a punto coches de carreras. Es entonces cuando Keith Ballisart, de Shell, le anima para que hable con Enzo Ferrari. Vuela a Italia y se reúne con el Commendatore, que le firma un contrato muy de la época; un porcentaje en los premios que consiga será el sueldo inicial del piloto que correrá para la Scudería en Sport y en F1. El inicio es triunfal, con dos victorias en Sport; en las 24 Horas de Daytona y en los 1000 Kilómetros de Monza. Y el 7 de mayo en Mónaco llega el debut con los coches rojos en la F1. Amon es tercero, en una carrera enlutada por la muerte de su compañero Bandini.

Ahora Amon lidera el equipo Ferrari en la F1 , y aunque el V12 no es muy potente, el neozelandés es cuarto en Holanda y tercero en Bélgica, Gran Bretaña y Alemania. En el último Gran Premio, México, va segundo cuando se queda sin gasolina en la última vuelta.

Ferrari, satisfecho con su trabajo, tiene muchas esperanzas para 1968. Junto a Amon y de Adamich, entra en el equipo el belga Ickx. A pesar de los esfuerzos del ingeniero Forghieri, los coches de la Scudería no evolucionan suficientemente. Eso sí, en el recuerdo queda el Gran Premio de España en Jarama, en el que rompe en las últimas vueltas cuando llevaba 42 como líder y 25 segundos de ventaja al segundo clasificado. O en Gran Bretaña donde sus neumáticos totalmente destruidos le impiden ganar y queda segundo tras Siffert. En Bélgica, es cuatro segundos más rápido por vuelta que el mejor de sus rivales pero se sale de la pista por el aceite del Honda de Surtees. En Monza el sistema hidráulico que mueve el alerón posterior del Ferrari se rompe arrojando aceite sobre su rueda trasera. Amon, que lucha en cabeza, pierde de pronto adherencia y en la curva de Lesmo se sale volando a más de 220 km/h. El coche queda colgado de unos árboles en posición invertida y con las piernas de su piloto fuera del cockpit... pero Chris está ileso.

En 1969 continúa en Ferrari , con podios en Sport y triunfos en Fórmula 1 ... pero en pruebas fuera de campeonato. En el campeonato, en Gran Premio de España, en Montjuich, rompe el motor cuando va primero y ya ha pasado el ecuador de la prueba. En Zandvoort queda tercero y este será el último podio con Ferrari, pues deja el equipo tras probar en el verano el nuevo 312 B1 concebido por Forghieri, con el revolucionario 12 cilindros boxer; desconfía de su fiabilidad y decide irse a March

En 1970, continúa con Ferrari en las pruebas de Sport, logrando buenos resultados, mientras que con el March de F1 gana el International Trophy y ya en campeonato logra dos segundos (Bélgica y Francia) y un tercero (Canadá). Al final del año se marcha a Matra, equipo con el que gana el Gran Premio de Argentina de 1971 (no puntuable) y es segundo en España, en Montjuich. En Italia otra de sus grandes decepciones; cuando va en cabeza , al quitarse la visera del casco, cubierta de aceite, se arranca igualmente la de recambio. A más de 260 km/h y con la cara al aire, es imposible mantener el ritmo y termina sexto. Al año siguiente en el Gran Premio de Francia va primero tras superar de forma impresionante a Stewart, Fittipaldi, Cevert... y pincha a sólo 18 vueltas del final. Cambia la rueda y desde la octava plaza remonta y acaba tercero.

En 1973, Matra se retira y Amon pasará por pequeños equipos como Tecno, y construirá su propio coche, el Amon AF 101en 1974, todo un fracaso. En 1975 y 1976, con el modesto Ensign, logra sus dos últimos puntos en el mundial gracias a una quinta plaza en el Jarama. Se despedira de la F1 el 1 de agosto en Nurburgring.

Hoy vive con su mujer e hijos en Nueva Zelanda, dedicado a la cría de ganado y cuando alguien le habla de su legendaria mala suerte, el piloto no duda en la contestación: «¿Mala suerte yo? Mire, si echa un vistazo a la parrilla de aquel GP de Mónaco de 1967 en el que yo debuté en Ferrari, verá como de los 16 participantes, 10 fallecieron de forma trágica en muy poco tiempo».

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