Borrar
Lucas (derecha) pertenece a la Organización Masantonio, que trabaja visitando a enfermos de tuberculosis sin familia, como Jorge (izquierda), para ayudarles con su tratamiento y recuperación. MAGALI DRUCOVICH/REUTERS

La tuberculosis engorda con el hambre

La crisis que sufre Argentina eleva los casos de esta enfermedad, conocida como la 'muerte blanca', sobre todo entre los más vulnerables

ISABEL IBÁÑEZ

Domingo, 10 de noviembre 2019, 08:26

Comenta

Hay una visión romántica de la tuberculosis; lo contaba Susan Sontag en su libro 'La enfermedad y sus metáforas', donde hablaba de ella como la pandemia emblemática del siglo XIX. Hasta 1882, cuando se descubrió que era producto de una infección bacteriana, se pensaba que era un mal de amores por un exceso de pasión, una enfermedad de artistas –como los pacientes del sanatorio de 'La montaña mágica' de Thomas Mann–, un proceso que, pese a y porque culminaba con el fallecimiento, conllevaba cierta elegancia: el colmo de las heroínas románticas era morir de tuberculosis; la palidez del rostro en contraste con el rojo de la sangre en el pañuelo, la delgadez, el progresivo deterioro... Margarita Gautier, encarnada por Greta Garbo en 'La dama de las camelias', decía: «Nunca estoy más bella que cuando me estoy muriendo». Pero cualquier 'hermosura' desapareció cuando, aquel año, Robert Koch pudo ver en el microscopio el agente causante de toda esa mortandad.

El cáncer lo desbancó en el siglo XXcomo pandemia y con ello acabó el mito, pero hoy la tuberculosis sigue siendo la enfermedad transmisible que más víctimas provoca en todo el mundo. De los casi diez millones de personas que se infectan cada año, resulta mortal para más de 1,5 millones, especialmente en países en vías de desarrollo. Y en otros que atraviesan épocas de crisis económica, como es el caso de Argentina, experimenta un auge: en 2017 se notificaron 11.695 casos, una tasa del 26,5 por 100.000 habitantes –frente a las cifras de 2010, con 9.393 casos (23,2)–, y 700 víctimas mortales anuales. El cómputo se inclinaba a la baja desde 1980, pero la tendencia se invirtió en 2013. Existe una vacuna contra algunas variedades de este mal, pero no es eficaz en otras, que son la mayoría –precisamente, un laboratorio zaragozano se encuentra a la cabeza en la carrera por lograrla–.

Poca belleza puede verse en esa gran foto que muestra a Jorge, de 40 años, tumbado en la cama número 6 del hospital público Muñiz de la capital, Buenos Aires. Le visitan un expaciente, Lucas, en presencia de otro afectado, Arturo. Los desconchones en la pared ayudan más bien poco a encontrar siquiera una brizna de romanticismo en todo esto. Aunque también haya delgadez, palidez, muerte.

Barrios marginales

Pero estamos en el siglo XXI, y por eso extraña más el aumento de esta enfermedad en un país como Argentina. El hambre y la pobreza a los que la crisis ha abocado a los más vulnerables alimentan esta epidemia:niños y adolescentes, comunidad indígena, población en cárceles, migrantes, drogodependientes y pacientes de enfermedades que bajan las defensas, como el sida. Y se ceba en las grandes ciudades, según la OMS, «donde hay gran concentración de gente empobrecida, hacinada, lo que favorece la transmisión y que los casos sean más severos». Como en la casa de Cristian Molina, de 26 años, en el barrio marginal bonaerense de Luján. Contrajo la enfermedad a principios de año, creen que contagiada por un hermano suyo que se la trajo de los días que pasó en prisión. El caso es que, en ese pequeño hogar, Cristian reside con sus padres, sus seis hermanos y cuatro sobrinos, un hacinamiento que pone a todos ellos en peligro, pues el bacilo se propaga a través del aire. Y hablamos de tos, mucha tos.

Para colmo, los enfermos de tuberculosis suelen toparse con cierto rechazo en algunos centros sanitarios. «Vaya al Muñiz directamente», suelen decirles a veces de malas formas. Eso hizo Jorge, el hombre sin familia de la cama número 6, preocupado por que esos desconchones signifiquen que los recursos no llegan en la medida en que se necesitan.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla La tuberculosis engorda con el hambre

La tuberculosis engorda con el hambre