Borrar
Boeing 787-9 Dreamliner como el que volará sin escalas durante casi veinte horas entre Nueva York y Sídney. Qantas

Rumbo al Guinness

Un Boeing de la aerolínea Qantas despegará este viernes de Nueva York y aterrizará el domingo en Sídney después de casi veinte horas sin escalas

p. torre poo

Viernes, 18 de octubre 2019, 07:23

Comenta

Subirán a bordo este viernes, 18 de octubre, en Nueva York y aterrizarán el domingo, día 20, diecinueve horas y media después, en Sídney. De punta a punta del planeta, en avión y sin hacer escalas. Es el plan de las cuarenta personas que componen el pasaje del Boeing 787-9 Dreamliner que opera la compañía Qantas Airways. Un plan ambicioso que determinará si es factible, además de rentable, poner en marcha esta ruta comercial en 2022.

«Es la nueva frontera de la aviación», advirtió Alan Joyce, consejero delegado de la aerolínea, antes de lanzar el guante a los fabricantes de aeronaves de larga distancia con el proyecto 'Sunrise' (amanecer). Técnicamente ya es posible, ahora solo falta comprobar si es saludable para los pasajeros que se han embarcado en esta aventura. Porque será un vuelo de prueba. La tripulación y el pasaje harán de conejillos de Indias. Médicos del centro Charles Perkins de la Universidad de Sídney se encargarán de examinar y analizar su comportamiento y estado.

La ruta que seguirá el avión.

Hay dos aspectos que les inquieta. El primero es medir la capacidad de los pilotos para mantenerse alerta durante casi un día entero. El otro es el famoso 'jet lag'. Un trastorno que afecta a millones de usuarios en todo el mundo y que se acentúa cuando se atraviesan tres husos horarios. Entre Estados Unidos y Australia cruzarán quince. Es un campo que está muy estudiado, sobre todo porque hay toda una industria alrededor para combatirlo que genera una cifra de negocio de 1.500 millones de dólares.

Varios son los aspectos que verán alterados los cuarenta pasajeros que surcarán hoy el cielo. El más destacado es el sueño, porque el cuerpo les seguirá funcionado de acuerdo a su reloj biológico, ajeno a si es de día o de noche. También sufre el corazón y se condiciona el metabolismo –está previsto estudiar la alimentación y su absorción–. Además, la falta de humedad en la cabina y la regeneración del aire es otro de los problemas. Para reducir los efectos nocivos, Boeing ha dispuesto de una aeronave especialmente diseñada. El espacio es mucho mayor, con zonas específicas para propiciar el movimiento de los pasajeros.

El anterior récord, a Singapur

  • 16.700 kilómetros entre Singapur y Nueva York era hasta ahora el récord en vuelos comerciales. Lo logró el año pasado Singapore Airlines. Empleó 18 horas y 45 minutos para conectar los aeropuertos de Changi y Newark.

  • 165.000 litros. El depósito de combustible del Airbus que unió Singapur y Nueva York tuvo que ser ampliado en 24.000 litros, hasta los 165.000. Las emisiones de dióxido de carbono constituyen una de las preocupaciones de las compañías, ya que se han elevado un 32% en los últimos cinco años.

La calidad del aire y sus puntos de difusión han sido mejorados. También ofrecerán aplicaciones específicas. 'Byebyejetlag' emite música que ayudará a reconducir los biorritmos para poder dormir. 'Timeshifter' les indicará, como hacen los relojes inteligentes que miden los pasos, cuándo deben caminar para estirar las piernas o cuál es la mejor hora para comer, beber o echarse una cabezada. Incluso utilizarán unas gafas similares a las de realidad virtual que recrearán anocheceres y amaneceres.

Los datos extraídos, una vez tomen tierra en Australia, serán analizados concienzudamente. A finales de mes está previsto otro viaje experimental a Sídney, esta vez desde Londres. Los vuelos de larga distancia se popularizaron en 2016, aunque el más largo hasta el momento se registró once años antes. Un Boeing 777-200 recorrió los 21.601 kilómetros que separan Londres de Hong Kong –por el Océano Pacífico– en 22 horas y 42 minutos. Treinta y cinco pasajeros fueron a bordo pilotados por la comandante estadounidense Suzanna Darcy-Hennemann. «Las 23 últimas horas han sido lo más fácil para poder llegar aquí», aseguró nada más llegar. «Con este vuelo hemos cambiado el mundo y el futuro de la aviación», declaró Boeing. No se equivocaba.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Rumbo al Guinness

Rumbo al Guinness