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El pasado lunes un comandante de Vueling que cubría la ruta Gran Canaria-Bilbao lanzó el siguiente mensaje por megafonía: «El avión esta aparentemente normal y podemos intentar volar, pero no podemos obligar a nadie a permanecer dentro. Quien quiera puede desembarcar si lo desea». Estas palabras eran debidas a que el vuelo iba con retraso debido a «problemas técnicos».
De esta forma hubo una veintena de pasajeros que tomaron la decisión de desembarcar, retirar de las bodegas sus equipajes y que al final el avión tuviera que ser desviado a Foronda porque la pista de Loiu, en reparación, cerraba a las 23.30 horas. El vuelo, finalmente, aterrizó sin ninguna incidencia.
La salida del vuelo estaba programada para las 18.45 horas, hora peninsular, pero no se realizó hasta las 21.43 horas. Era una espera interminable para los pasajeros en todo este tiempo permanecieron dentro del avión inmovilizado en el aparcamiento de la terminal del aeropuerto de Gran Canaria debido a una sucesión de incidencias que acabó con la paciencia de más de uno.
El Airbus A370 iba a despegar a la hora programada pero cuando se disponía a posicionarse en pista, viró de manera inesperada y regresó a la plataforma de estacionamiento. Los pasajeros recibieron la explicación de «problemas leves» desde la cabina. «Se nos dijo que se trataba de un tema eléctrico y del aire acondicionado», relató uno de los viajeros al periódico El Correo. Después de una hora se les comentó de que también había un problema informático.
Los problemas técnicos se iban sumando a medida que pasaba el tiempo pero a las 20.30 horas parecía que todo ya estaba arreglado hasta que el comandante comunicó al pasaje el siguiente mensaje: «El avión está aparentemente normal y podemos intentar el vuelo, pero no podemos obligar a nadie a permanecer dentro. Quien quiera puede desembarcar si lo desea». Debido a ello muchos pasajeros abandonaron el avión y por la renuncia de algunos usuarios cargó más la dilación al despegue por el hecho de que había que sacar el equipaje facturado que ya se encontraba en las bodegas del mismo avión.
El viaje del Airbus finalmente llegó a su destino pasadas las doce y media de la noche. A su llegada estaban los pasajeros que tenían que volar a Gran Canaria. Su despegue se realizó a la 1.28 horas, según confirmó Aena. Vueling pidió este martes «disculpas por las molestias causadas y justificó la demora en una serie de problemas técnicos».
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