La Virgen de la Fuencisla recupera el fervor de los segovianos
Cientos de vecinos muestran su pasión por la patrona de la ciudad durante su regreso al santuario de las Peñas Grajeras
Tres años después, la patrona de Segovia volvió a recibir el cariño de cientos de vecinos a los pies del Acueducto. La tradición, que establece su regreso al santuario de las Peñas Grajeras el último domingo de septiembre tras haber pasado diez días en la Catedral, pudo retomarse ayer con normalidad después de que la pandemia condicionase la bajada en 2020 y 2021 a unos pocos actos en el interior del templo. Con una agradable temperatura en la plaza del Azoguejo, la Virgen de la Fuencisla recibió de nuevo el fervor de los segovianos.
Si no fuera por la mención del obispo y por alguna que otra mascarilla entre la multitud, la pandemia no tuvo protagonismo este año en los actos festivos en honor a la Nuestra Señora de la Fuencisla. Se cumplieron así los deseos de los fieles segovianos, que esperaban retomar la normalidad en la despedida de su patrona. Los actos comenzaron en la Catedral de Segovia, donde la Virgen de la Fuencisla permanecía desde el pasado día 15. Tras el rezo del rosario, la imagen de la patrona salió a la Plaza Mayor donde decenas de segovianos ya aplaudieron su presencia con los primeros 'vivas' de la tarde.
El cortejo que acompañaba a la Virgen de la Fuencisla emprendió la bajada por la Calle Real. Representantes de las distintas cofradías segovianas encabezaban la procesión, seguidos por la alcaldesa y las damas de las Ferias y Fiestas de Segovia. Tras la patrona, que lució un manto azul celeste, el resto de autoridades religiosas –con el obispo César Franco a la cabeza– y civiles. Por último, los cadetes de la Academia de Artillería.
A las seis en punto de la tarde la patrona de la ciudad llegó a la plaza del Azoguejo, donde cientos de personas esperaban para despedir a la Virgen de la Fuencisla. Una ovación saludó a la imagen, seguida de un 'Viva la Virgen de la Fuencisla'. Una vez la imagen estuvo colocada en el centro de la plaza, se repitió la escena. Aplausos y vítores, también cuando los cadetes de la Academia de Artillería desfilaron por delante de la patrona en su camino de vuelta al acuartelamiento de la calle San Francisco.
Con las autoridades ya colocadas junto a la Virgen, fue el turno del grupo de danzas Emperador Teodosio, quien volvió a levantar los aplausos del público y de las autoridades. Tras el repertorio de danzas, el obispo César Franco se dirigió a la patrona. «Han sido días cortos, pero intensos», dijo sobre su estancia en la Catedral. Pidió a la Virgen «remedio» para las familias en situación económica crítica y el cese de la violencia y la guerra en Ucrania y otros países. Tras el canto de la salve, la Fuencisla reemprendió el camino de regreso a su santuario por el paseo de Santo Domingo.
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