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Juan José García, Ángel Cogolludo y Andrés Magai, con el volcán aún activo al fondo. El Norte

Tesoros gráficos junto a las coladas y cenizas de La Palma

Componentes de la Asociación Hespérides de El Espinar viajan en un solo día a la isla para recopilar material del volcán y realizar exposiciones y talleres

Lunes, 27 de diciembre 2021, 12:20

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No fue un viaje de placer;tampoco tenía como motivo principal realizar investigaciones sobre el terreno. La razón de la presencia de dos segovianos y un madrileño en las cercanías del volcán de La Palma tenía otro fin: recopilar material videográfico y fotográfico para hacer una exposición y algún taller.

Juan José García (madrileño, pero afincado en Segovia), Ángel Cogolludo (natural de El Espinar) y Andrés Magai (de Madrid), en representación de la Asociación Hespérides, con sede en El Espinar, no podían dejar escapar este tren. «Si te gusta la ciencia, te gusta la naturaleza y, como es nuestro caso, también te gusta la fotografía nocturna, era una oportunidad que no podíamos perder. Por eso decidimos ir allí», explica Juan José García.

«Llevamos funcionando más de diez años, nuestro fuerte es la astronomía y nuestra finalidad es la divulgación y puesta en práctica, dentro de nuestras posibilidades, de todo conocimiento científico y tecnológico». Por eso decidieron ir a La Palma. Además de ceniza, han regresado a Segovia con un montón de material fotográfico y de vídeo con la idea de hacer algún taller, alguna exposición y alguna maqueta. También tienen la intención de explicar a la gente en qué consiste el volcán, lo que está pasando y cómo ha sido su vivencia en La Palma. Porqueaunque breve, ha sido una experiencia muy intensa.

«Nos fuimos un miércoles por la mañana y volvimos al día siguiente, pero ha sido un tiempo bastante fructífero», recuerda García. «Peligro como tal no hemos sentido en ningún momento. La zona está destruida, con las casas tapadas o semitapadas. A la gente les ha destrozado la vida por decirlo de alguna forma», añade como parte de esas vivencias.

Entre los aspectos que más destacan estaban la seguridad y la organización. «Te dejaban acceder a tres o cuatro kilómetros, no te dejaban acercarte más. Hay zonas en las que hay mucha ceniza y la gente tiene que estar limpiando, pero donde estábamos trataban de hacer vida normal, sin ningún peligro. Imagino que más miedo y temor tendrían los primeros días, en los que no sabes qué va a pasar, pero trataban de acostumbrarse a ello y hacer vida normal». Y lo que más les llamó la atención fue «lo muy bien organizado que estaba el dispositivo, con la Policía, la Guardia Civil, la UME, Protección Civil, los voluntarios... Era increíble».

Vieron el volcán a tres o cuatro kilómetros, pero el paisaje impresionaba, más propio de películas como de 'El Señor de los Anillos'. «Te bajas en el aeropuerto en la otra punta que no hay nada, pero cuando pasas la montaña y veías la columna de humo, impresiona; ves la eyección de todo el material y sobre todo un ruido constante que yo lo asemejo como si estuvieses en la playa, rompiendo las olas, por machacón todo el rato, todo el rato... De vez en cuando oías un petardazo más fuerte, pero luego volvía a ser constante. No era la playa, era la montaña que rugía. Y por la noche era espectacular, el volcán en estado puro», comenta. Por el día, por el contraste de luces era más difícil ver la lava, «pero por la noche ves los ríos de la colada, la verdadera magnitud de lo que expulsaba el volcán. Era brutal».

Fotografía realizada por los miembros de la asociación del volcán. El Norte

Unas imágenes espectaculares que contrastaban con el sufrimiento de los palmeros. Han conocido casos en los que la gente ha perdido su negocio. «La gente con la que hemos hablado la sensación que transmitía era de que se ha ido alargando en el tiempo y al final se van acostumbrando a ello, a quitar ceniza», apunta.

Regreso frustrado

Juan José García recordó que «Magai ya había estado en La Palma y tuvo problemas con la ceniza, se le tapaba el coche, tenía que proteger el material fotográfico, hasta le crujía el trípode». Y respecto a la calidad del aire, ya iban preavisados por Andrés. «En el tiempo que hemos estado, un jueves por la mañana haciendo fotos cerca del mirador de Tajuya, notamos el cambio de dirección, y sí que se notaba dolor y molestia en los ojos. Pero tan solo un rato. Se notaba, pero no tuvimos mayores problemas».

El volcán ha dejado huella en ellos, tanto que repetirían la experiencia «como locos». Tanto que no dudaban en volver si se presentaba la ocasión. «Habría que ver cómo va evolucionando todo. Sí que dijimos que para después de fiestas si continúa activo, sí que pensábamos en volver; ya tenemos experiencia, ya sabemos los puntos a los que tenemos que ir. En esta ocasión hicimos el reportaje fotográfico y nos volvimos» manifestó.

Finalmente no podrán regresar para volver a ver al volcán activo. Tras varios días con signos de agotamiento de la erupción, el volcán de Cumbre Vieja ya se ha declarado como inactivo tras haber estado tres meses expulsando lava, desde que entró en erupción el pasado 19 de septiembre.

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elnortedecastilla Tesoros gráficos junto a las coladas y cenizas de La Palma

Tesoros gráficos junto a las coladas y cenizas de La Palma