«En Segovia hay talento, pero no se reconoce»

Segoviano de nacimiento, Gonzalo Gómez de la Calle acaba de ser reconocido como quinto mejor graduado en Administración y Dirección de Empresas (ADE) de España de los cursos 2018-2019 y 2019-2020, galardón que otorga la Sociedad Española de Excelencia Académica (Sedea) con el fin de distinguir los mejores perfiles de cada titulación del sistema universitario del Estado y fomentar el talento joven. Gracias a ello, forma parte del 1% de estudiantes españoles que poseen la distinción de Graduados Top. Sedea quiere, además, que todos los seleccionados presenten sus TFC (Trabajo Fin de Carrera) en un congreso al que acudirán representantes de grandes empresas, a fin de que estos jóvenes encuentren un hueco en el mercado laboral.

El brillante expediente de Gonzalo y los diferentes logros alcanzados, tanto en su etapa académica (es graduado en ADE y Relaciones Internacionales por Icade) como profesional (actualmente ejerce como consultor de negocio tras haber superado unas prácticas en el Ministerio de Asuntos Exteriores, en una startup y en una consultora de negocio), han sido determinantes en su elección como quinto mejor egresado en ADE. «Desde que terminé el Bachillerato, siempre he intentado mejorar y superarme», señala. Durante su etapa universitaria, disfrutó de varias becas, que le permitieron estudiar en la Pontificia Universidad Católica de Santiago de Chile y en la Science Po francesa, una de las mejores universidades de Relaciones Internacionales y Geopolítica de Europa. «También obtuve una beca de inmersión del Banco Africano de Desarrollo para estar un mes en Kenia, experiencia muy enriquecedora, tanto personal como profesionalmente, y he tenido la oportunidad de participar en el Parlamento Internacional de la Juventud celebrado en China, donde pude comprobar el impresionante desarrollo del 'Dragón asiático' y aprender que cuando China estornuda, el resto del mundo tiembla», añade cuando habla de su trayectoria.

Lector empedernido desde chico, amante de la Historia, inquieto por naturaleza y consciente de las posibilidades que ofrece un mundo tan globalizado, este segoviano de 24 años es la prueba de que, con esfuerzo y superación, el abanico de posibilidades puede ser infinito. «El esfuerzo es fundamental. Siempre he tenido claro, quizá porque mis padres me lo han inculcado desde niño, que debía esforzarme y progresar. Al final, el reconocimiento llega porque te lo trabajas. Por otra parte, soy una persona muy inquieta. He pasado de trabajar de camarero a irme becado a Chile o a Kenia».

Haber sido elegido quinto mejor egresado de España en Dirección y Administración de Empresas le está permitiendo reivindicar –cuando le preguntan por ello– el talento segoviano, que existe, que está ahí, aunque no pueda quedarse en una provincia que, desde la crisis de 2008, ha sufrido las consecuencias de una dolorosa fuga de jóvenes muy preparados. «De ciudades pequeñas, como Segovia, también salen personas talentosas, con una gran perseverancia y conocedoras de la cultura del esfuerzo. Estos valores no solo se dan en las grandes ciudades», afirma Gómez de la Calle, que se muestra crítico con las políticas que se ejecutan en suelo segoviano. «Talento hay, pero los gestores... Yo he llegado a oír, en boca de un representante político, que Segovia lo que debe tener son buenos aparcamientos para que los madrileños puedan seguir viniendo a comer cochinillo, lo cual me parece una tontería. ¿Qué talento vas a retener si quieres que esta sea solo una ciudad para que la gente la visite en un día? La hostelería es importante, genera empleo, da trabajo y aporta riqueza, pero no es positivo limitarse a un sector. En realidad, llueve sobre mojado. Cuando en 2008 empezó la crisis se podía haber pensado en cambiar el modelo. Segovia es bonita, atrae turismo, pero solo con estas herramientas es muy difícil progresar en ella». afirma Gonzalo.

Ante la evidente falta de oportunidades, él siempre tuvo claro que su porvenir estaba fuera del territorio provincial. «Segovia no es un dormitorio de Madrid. No puede serlo por el precio de la vivienda y porque es una ciudad cara para los servicios que ofrece. Yo eso lo veo con 24 años y puedo decir que mi deseo de asentarme en Segovia es nulo. No tengo servicios, no tengo ocio... El ocio, por ejemplo, se reduce a la Plaza Mayor o a la llamada Calle de los Bares. Después, hay decisiones políticas que no entiendo. Por ejemplo, construir un palacio de congresos en La Faisanera cuando La Granja tiene un centro de convenciones, o el llamado edificio del CAT. Son inversiones que no entiendo, la verdad, como no entiendo que no haya becas o programas importantes que premien el esfuerzo y permitan que todo ese talento joven que sale a formarse pueda regresar y volcar aquí lo que ha aprendido fuera, es decir, 'vete, aprende y tráete lo que hayas aprendido'. No hay una política de repatriación de toda esa gente, así que el talento que emigra no vuelve. Lo estamos viendo durante la pandemia. Hay cuatro mil enfermeros españoles en el sistema alemán de salud. Son profesionales que han decidido irse de España porque en ella no han encontrado oportunidades. Tu cultura es buena, tu calidad de vida es buena, vale, genial, pero tu mercado laboral es pésimo. ¿Hay talento en Segovia? Sí, pero no se reconoce», reflexiona.

Aunque trabaja en Madrid, a Segovia vuelve siempre que puede, sobre todo los fines de semana, y agradece el reconocimiento de la Sociedad Española de Excelencia Académica: «Acciones como esta premian ese talento joven español tan oculto. Yo no me puedo quejar. Me han contratado hace poco en una consultora, pero tengo compañeros con expedientes muy buenos que se encuentran en una situación muy injusta, pues son personas que se han esforzado mucho, que han hecho cosas».