Segovia pedalea por los enfermos de Alzheimer
Decenas de personas participan en la marcha ciclista por las calles de la ciudad para recaudar fondos a favor de la asociación
Segovia volvió a subirse ayer a las dos ruedas por la memoria. La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Segovia (AFA Segovia) celebró la novena Marcha Ciclista del Día Mundial del Alzheimer, con salida y llegada en la plaza del Azoguejo y un recorrido amable pensado para todas las edades. Más allá del deporte, la cita quiso recordar a quienes conviven con la enfermedad y sostener, con cada dorsal, los cuidados que reciben decenas de familias en la provincia.
La presidenta de la asociación, Isabel Miranda, puso el foco en lo esencial: «Que la gente no se olvide de ellos, que ellos existen y que nosotros estamos aquí para resolver dudas en la medida que lo podamos hacer». En su balance, AFA Segovia atiende actualmente a unas 100 personas –48 en el Centro de Día y el resto en talleres de estimulación cognitiva temprana–, un esfuerzo que requiere plantilla, espacios y continuidad. «El mantenimiento es muy caro», resumió, tras recordar que el traslado a su propio centro ha multiplicado gastos básicos como calefacción, luz o limpieza. La factura total ronda, según sus cálculos, los 750.000 euros. «Hacemos de todo para cubirlo. Los socios tienen su cuota, pero no llegamos. De vez en cuando hacemos algún milagro, pero nos llega», añade. En este sentido, reconoce que la subvención de 25.000 euros concedida por el Ayuntamiento de Segovia» nos ha venido muy bien».
La marcha, admite, competía con una agenda local «viva» y repleta de eventos, por lo que la afluencia fue algo «floja», aunque hubo participantes que se sumaron a última hora. El fin de semana se completó con mesas informativas y una cata benéfica de pates ibéricos por la tarde en Torrecaballeros. El gesto colectivo, pequeño o grande, apuntala el mismo mensaje: el Alzheimer necesita comunidad a su alrededor.
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Más allá de la recaudación obtenida en el Día Mundial del Alzhéimer, este 21 de septiembre llegó con una consigna compartida en el movimiento asociativo: igualar derechos. La etiqueta subraya la urgencia de reconocer a las personas con demencia –y a sus cuidadores— como un colectivo con necesidades específicas. Miranda insistió en la importancia de la detección precoz. Los diagnósticos avanzan, dijo, pero el acceso sufre retrasos por la saturación de las consultas. Un diagnóstico temprano no cura, pero sí «da más vida activa al enfermo». En la asociación perciben, además, un cambio desde la pandemia, ya que cada vez acude gente más joven, lo que obliga a adaptar apoyos y sensibilización.
«Cuando no te toca de cerca, no te interesa. Pero cuando llega a casa, se agiganta la necesidad de información», dice la presidenta. Tal vez por eso la asociación insiste en estar en la calle, con mesas, charlas y marchas como la de ayer, para que en Segovia nadie se quede sin ser escuchado. «Creo que después de veintitantos años que llevamos, la gente de Segovia ya sabe dónde estamos. Ahora, con el nuevo centro –en el barrio de Comunidad de Ciudad y Tierra– hemos dado mucho la paliza y tenemos muchas llamadas y visitas. Vamos a conseguir que no quede nadie sin escucharnos», concluye Miranda.
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