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Segovia abraza a su Virgen contra viento y marea
Tras un recorrido inédito impuesto por las obras, el pueblo católico de Segovia recibió a la Virgen de la Fuencisla en la Plaza Mayor pese a la lluvia, que hizo acto de presencia en el momento más inoportuno
Fue un emotivo y multitudinario recibimiento a la patrona, aunque con accidentado final. En uno de los días más calurosos de este final de verano, la lluvia marcó, inopinadamente, el recibimiento de la Virgen de la Fuencisla en la Catedral. Pero los imprevistos no empañaron la solemnidad del acto. El traslado de la imagen del santuario al templo mayor congregó a centenares de fieles en un recorrido adaptado a las circunstancias y cargado de fervor y simbolismo.
Como estaba previsto, la comitiva subió a la ciudad por la Cuesta de los Hoyos, novedad obligada por las obras en el paseo de Santo Domingo. El pavimento adoquinado de la empinada vía motivó la decisión de portar a la Virgen y al Niño sin sus respectivas coronas, a fin de evitar posibles desperfectos. Los empujadores (costaleros, según la organización), con paso firme y a buen ritmo, superaron con creces la exigente pendiente, prueba de su compromiso y devoción, aunque en la glorieta de Sancti Spiritus tuvieron que hacer un alto para recuperar fuerzas. Desde allí, la procesión continuó por el paseo de Ezequiel González hasta la avenida del Acueducto, donde representantes de la Cofradía de la Soledad al Pie de la Cruz y del Santísimo Cristo en su Última Palabra, de San Millán, depositaron un ramo de flores sobre la carroza de la Virgen, símbolo de respeto y veneración. La procesión se detuvo después frente a la iglesia de San Clemente, sede este año de la fiesta de la Catorcena. Allí, Julio Borreguero, presidente de la Cofradía de Nuestra Señora de la Virgen de la Fuencisla, rememoró el milagro de la hostia profanada, origen de la celebración. El rezo de la Salve deparó momentos de profunda espiritualidad.
El ascenso continuó por la Calle Real, lentamente, al son de la música alegre de las dulzainas y con paradas que permitieron a los fieles admirar la imagen. Acompañaban ya a la Virgen representantes de todas las cofradías de la Semana Santa segoviana, así como la alcaldesa y las damas de las últimas fiestas patronales de San Juan y San Pedro. En la plaza de San Martín, durante la parada frente a la iglesia, comenzó a llover. Con una hora aún por delante hasta llegar a la Plaza Mayor, los cofrades cubrieron la imagen con plásticos para protegerla. Pese a todo, el fervor no decayó en ningún momento. La comitiva llegó a la Catedral minutos antes de las ocho y, como escampó, los cofrades no se resignaron a perder el recibimiento previsto en la Plaza Mayor y decidieron sacar la imagen para dar la tradicional vuelta a la elipse. Delante de la fachada iluminada de la Casa Consistorial, autoridades civiles, militares y eclesiásticas recibieron a la patrona con la solemnidad prevista. También sonó la Marca Real y se bailaron las tradicionales danzas segovianas. De nuevo en el interior del templo, y tras un fallido intento de ponerle las coronas, los bomberos subieron la imagen al altar mayor. El obispo de Segovia, Jesús Vidal Chamorro, destacó la importancia de la Virgen de la Fuencisla como guía para la convivencia pacífica y el diálogo sincero.
Pese a los cambios obligados en el recorrido y el contratiempo del inesperado chaparrón, la jornada fue testimonio de la devoción de los católicos segovianos hacia su patrona. El Novenario comienza hoy con horario de tarde adelantado a las 19:00 horas, para facilitar la asistencia de los mayores. Todo culminará el 28 de septiembre con la misa solemne y la procesión de retorno al santuario de las Peñas Grajeras.
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