El salto a la pintura del artista Dyango Velasco
El autor deja de lado por un tiempo la escultura y cambia a un registro con el que asegura haber conseguido mayor libertad para crear
El espacio Tenerías acoge hasta el próximo domingo la exposición 'Compañeros de viaje', el salto a la pintura del artista Dyango Velasco, que hasta el momento era conocido por sus trabajos de escultura. Él mismo señala que esta muestra es «un experimento», y que el 'gusanillo' le picó tras las últimas exposiciones conjuntas que ha realizado con artistas cuellaranos. Al mismo tiempo para él supone un reto, pues en numerosas ocasiones había realizado dibujos como bocetos para sus esculturas, pero nunca había utilizado el color, con el que ahora se atreve, aunque sus cuadros se alejan bastante de sus esculturas habituales. Para él la pintura «es lo mismo que esculpir en color, salvando las diferencias», y recuerda que esta es su primera exposición y que lleva poco más de un año pintando, aunque aprovechó de forma fructífera el confinamiento por la covid, cuando realizó más de una veintena de ellos. En esta ocasión sus pinturas retratan al mundo animal, unos 'Compañeros de viaje' muy especiales, pues desde su punto de vista los animales son algo «que nos entronca con la infancia, porque a todos de niños nos encantan los animales». Pero esto sólo es una pequeña parte, puesto que al mismo tiempo ha tratado de sensibilizar sobre los problemas de éstos, que cada vez ven más reducidos sus hábitats, que a su vez se encuentran más deteriorados.
También con ello ha intentado ir un poco más lejos de lo que la escultura le permitía. «La pintura es mucho más flexible. Una escultura es como si fuera una instantánea fija, y no puedes jugar ni con sombras, ni con luces ni con colores. No se puede hacer un atardecer con una escultura y aquí sí». Explica que para trabajar primero elegía un motivo, como un fondo marino, y después buscaba una imagen en la que inspirarse y sobre ella comenzaba el dibujo, pero después «empiezas a crear y cuando ves el resultado final te das cuenta de que has creado algo a partir del motivo original».
Su idea es pintar con temáticas «que nos tocan un poco a todos», por lo que después del mundo animal ha comenzado a trabajar en culturas y civilizaciones. En esta exposición se incluye ya un cuadro sobre Egipto y sus pirámides, pero es sólo el inicio, pues le seguirán los griegos o las culturas sudamericanas. Velasco asegura sentirse cómodo en el cambio de la escultura a la pintura, porque ofrece mayor flexibilidad, «tras ver algo que te motiva, empiezas a crear y vas incluyendo luces, sombras, vas creando una composición que en la escultura es rígida y no se puede hacer nada más». La escultura tiene sus virtudes, como las tres dimensiones, pero también asegura que cuenta con la frialdad de no poder darle un entorno, «no lo puedes envolver y con la pintura es al revés: sólo tienes dos dimensiones, pero he conseguido mucha libertad a la hora de crear». Para Dyango, que esto no es un adiós al mundo de la escultura. De hecho, con su próxima exposición sobre civilizaciones espera poder hacer una fusión y con cada cuadro realizar también una escultura, saliendo también del tema taurino, en el que se había encasillado, aunque del que no reniega porque «me ha ayudado mucho y durante un tiempo fue hasta un método de vida».
Por ello ahora, por el momento, no ha querido pintar toros, sino centrarse más en el mundo salvaje, y contar en este momento con «la libertad de poder expresarte de otra manera».