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La provincia ha sido escenario de un sinfín de transformaciones en casi 125 años. Los historiadores sitúan el inicio del ciclo demográfico moderno a finales de 1800, por lo que con la llegada del nuevo siglo ya empezaron a visibilizarse nuevos patrones de crecimiento. Segovia contaba en aquel entonces con más población que en la actualidad y tenía un carácter fundamentalmente rural. Esto se debe a que tan solo uno de cada diez residentes vivían en el entono urbano, es decir, en la capital.
Más del 85% de los pueblos existentes a día de hoy en Segovia han perdido habitantes desde 1900. El saldo es negativo para un total de 178 poblaciones segovianas, mientras que el total de municipios asciende a 209. La mayor sangría se corresponde con aquellas localidades que se han declarado extintas en los últimos años. Por su parte, hay una treintena de pueblos donde la comparativa con el periodo a principios del pasado siglo arroja resultados positivos.
Esta es la evolución que han registrado los diferentes municipios segovianos en la comparativa con el periodo de principios del siglo XX:
A lo largo de todo este tiempo hubo periodos de estancamiento motivados por los grandes azotes derivados de la propagación de enfermedades, entre las que sobresale la gripe española, fiebres tifoideas y epidemias infecciosas. Esto explica que las primeras dos décadas del siglo XX mantuvieran unos niveles demográficos estables, aunque fue un momento en el que Segovia destacó por registrar «una tasa de crecimiento por encima del resto de España», según explica el historiador Rubén de la Fuente. El saldo vegetativo en estas fechas era positivo, al anotarse 37 alumbramientos frente a 30 nacimientos por cada 1.000 habitantes, señala el mismo investigador.
Los focos de población en el 1900 y los años inmediatamente posteriores estaban dispersos, se extendían por todo el territorio. No obstante, ya en el pasado empezaban a coger fuerza algunos polos que atraían a mayor cantidad de vecinos, que sentaría el precedente del posterior éxodo rural.
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