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Artículos de cuero y calzado en uno de los puestos de la feria. Antonio Tanarro

Un oficio contra viento y marea

Talleres artesanos de toda España participan en una nueva edición de la Feria de Artesanía de Segovia

Carlos Álvaro

Segovia

Sábado, 29 de abril 2023, 22:10

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Las casetas de la cuadragésima segunda Feria Nacional de Artesanía de Segovia levantaron ayer sus persianas de manera oficial en la avenida del Acueducto. Se trata de veinticinco propuestas, de otros tantos artesanos, que combinan la calidad que ofrecen los maestros ya reconocidos en su oficio con las nuevas tendencias de aquellos que aún tienen menos recorrido. Bolsos de diseño, con distintos acabados en cuero, utensilios y cacharros para la cocina, joyería y bisutería de alto nivel, grabados... son algunos de los muchos artículos que segovianos y visitantes pueden adquirir en la feria, que permanecerá abierta hasta el domingo 7 de mayo, Día de la Madre.

«Hay talleres artesanos venidos de toda España. Casi todo el panorama autonómico está representado en la feria, lo que aporta variedad», señala el presidente del Gremio Artesanal Segoviano, Jesús de la Cruz.

La organización ha puesto especial interés en dar representación a una generación de artesanos de entre 55 y 60 años. «Tienen la capacidad de ser grandes maestros. Esto es fundamental, porque eleva la calidad de la feria, donde hay muy buen cuero, muy buena joyería, madera, tornería y unos grabados increíbles que van a sorprender. Todo ello sin olvidarnos de las nuevas generaciones, que cultivan nuevas técnicas, utilizan materiales novedosos y están abriendo otros campos a la artesanía. Hay oficios que se han perdido, que ya son objeto de los museos etnológicos. Los jóvenes nos recuerdan que debemos adaptarnos a lo de ahora, y lo de ahora es mantenernos como oficio, las fórmulas de los antiguos artesanos y al mismo tiempo potenciar lo nuevo», explica el representante del gremio en Segovia.

La crisis afecta especialmente al sector, aunque, como dice De la Cruz, lleva tocado muchos años: «Tuvo una edad de oro entre 1975 y 1985 y ahora mismo sobrevive. Lo hace de una manera muy digna, porque hemos cuidado mucho nuestro funcionamiento como pequeñas empresas, pero somos conscientes de que el producto que ofrecemos no es de primera necesidad».

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