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Música a la luz de las linternasLos teléfonos móviles, esos compañeros inseparables que nos mantienen comunicados con familiares y amigos a través de llamadas, mensajes o redes sociales, fueron también protagonistas durante el apagón del jueves.
Cuéllar quedó sin luz durante dos horas y a muchos les sirvió para comunicarse con sus seres queridos y comprobar que se encontraban bien, en algunos casos con suministro eléctrico y en otros a oscuras, ayudados por velas o por alguna linterna que se encontraba por casa. Pero si hubo una función estrella, que ayudó a decenas de personas a sobrellevar mejor las largas casi tres horas, esa fue la linterna del teléfono.
Fueron útiles a los estudiantes, que consiguieron completar las tareas o estudiar un poco gracias a su destello. También a los viandantes, ya que, cuando cayó la noche, varias calles de la localidad se encontraban completamente a oscuras al no contar con iluminación ni exterior ni interior, ni en viviendas ni comercios, por lo que era la mejor fórmula para transitar por el municipio sin tropezar con cualquier obstáculo.
Estas linternas también fueron protagonistas en la Escuela Municipal de Música de la localidad, donde las clases teóricas se tuvieron que suspender, si bien, desde el aula de viento metal se optó por intentar continuar con las lecciones y el ensayo previsto para esa tarde. El profesor, Rubén Darío Valentín, explicó que, durante la primera clase, aún había luz natural, por lo que no fueron necesarias. Si bien, según fue avanzando la tarde y la oscuridad fue llegando, se decidió a utilizar las pequeñas linternas con las que cuentan los alumnos que pertenecen a la Banda Municipal de Música para iluminar sus partituras en las procesiones nocturnas, la mayoría de las cuales funcionan con pilas.
Él tenía algunas en su aula, a las que sumaron las propias de los músicos y las linternas de los móviles y «nos fuimos apañando así», eso sí, sin pensar que el corte se prolongaría durante casi tres horas, como ocurrió. Así, con un poco de ingenio y más atriles de lo habitual, pues estos sirvieron de soporte para los teléfonos móviles, además de para las partituras, los alumnos pudieron continuar sus clases y ensayos, tomándoselo como una anécdota, y «muy predispuestos e incluso de forma divertida. Fue una tarde curiosa, parecía un episodio de 'Cuéntame'. Al no estar acostumbrados a ello, pues fue anecdótico», relata Valentín.
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Así, a pesar de no tener luz, «aprovechamos la tarde prácticamente como si no hubiese pasado nada. Al final no somos tan dependientes de la energía y las tecnologías; no pudimos utilizar el ordenador o altavoces, pero, al final, la música, con una partitura, el instrumento y un poquito de luz, sale adelante. No necesitamos más».
Así, entre linternas y teléfonos móviles transcurrieron las últimas clases del día y el ensayo de los instrumentos de viento metal de la Banda Municipal de Música de Cuéllar. Tras el mismo, cada semana, se desarrolla el ensayo conjunto de toda la agrupación, lo que en un primer momento sí que se valoró suspender, ya que su desarrollo sería más complicado, debido al número de músicos y lo reducido del espacio con el que cuentan, que haría prácticamente inviable el poder contar con linternas.
Sin embargo, pocos minutos después de las ocho, Cuéllar recuperaba el suministro eléctrico. La luz regresó a las aulas del centro de estudios musicales cuellaranos, y con ella la normalidad en las clases y el resto de los ensayos
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
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