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José Luis Vázquez, procurador del PSOE por Segovia, ha vuelto a su puesto como encargado del bibliobús de la Diputación de Segovia después de veintiséis años dedicado exclusivamente a la actividad política.
Su regreso se produce tras una abrupta salida de la dirección del grupo parlamentario socialista en las Cortes de Castilla y León, al hilo de la reciente crisis de los micrófonos abiertos que desató tensiones internas en el partido y entre cuyos protagonistas se encontraba. El pasado lunes se incorporó a su puesto de trabajo, al que acude con la «ilusión» y el «nerviosismo» de un principiante, pero también convencido de que el libro es «el instrumento que más libre hace al ser humano». Y eso motiva mucho.
«Lo dejé hace veintiséis años. Liquidé mi vida profesional, personal... La aparqué para intentar servir a la gente públicamente. Creo que no hay actividad más honorable que representar a los conciudadanos en la defensa de sus derechos e intereses», dice. Su trayectoria política, que incluye doce años como concejal, doce como teniente de alcalde y delegado de Urbanismo, doce como alcalde del Real Sitio de San Ildefonso, otros doce como diputado provincial y ocho como consejero de Patrimonio Nacional, además de los seis que lleva como procurador en las Cortes de Castilla y León, es reflejo de un «profundo» compromiso con el servicio público. «La política me gustó desde muy joven, pero pronto comprendí que, si quería dedicarme a la política con libertad, lo primero que tenía que hacer era resolverme la vida, no estar urgido por la necesidad de continuar en política para vivir», explica.
Así es como hace treinta y cinco años logró su plaza como bibliotecario en la Diputación Provincial. «Preparar la oposición fue durísimo. Sin duda, el peor año de mi vida. Pero aprobar me dio libertad para desempeñar la política con honestidad. Seguramente he cometido errores; ahora bien, los he cometido en el ejercicio de esa libertad». Al retomar su puesto en el Centro Coordinador de Bibliotecas, admite sentirse como un «neófito» ante la tarea, a pesar de toda la experiencia política que atesora. «Estoy completamente desactualizado. ¿Si me siento como un becario? El becario está más preparado que yo, porque le falta experiencia, pero tiene todo el conocimiento. Yo ni tengo experiencia ni tengo conocimiento», admite con humildad. El exalcalde de San Ildefonso valora asimismo el «respeto» y el «cariño» con que lo han recibido sus compañeros y superiores, incluidos el presidente y el vicepresidente de la Diputación, Miguel Ángel de Vicente y José María Bravo, respectivamente, adversarios en la otra vida, la política. «El diputado ha venido a verme a mi puesto de trabajo y lo agradezco profundamente».
La vuelta de Vázquez al bibliobús no lo alejará de la política, pues compatibilizará su empleo con su labor como procurador en Cortes hasta el fin de la presente legislatura, presumiblemente el año que viene, equilibrio que lo devuelve a sus primeros momentos profesionales, cuando tuvo que compatibilizar su labor como bibliotecario con los cometidos que le imponía el cargo de concejal del Real Sitio. «Mi desempeño en las Cortes no va a ser muy distinto del que ha venido siendo hasta ahora. Seguiré trabajando, proponiendo, intentando convencer para conseguir cosas para mi gente. Pero estos días me estoy reencontrando con mi profesión, que es la que me ha dado la libertad para desempeñar mi vocación tanto tiempo», afirma.
El regreso de Vázquez coincide con un momento delicado para el PSOE de Castilla y León, marcado por esa crisis de los micrófonos abiertos que ha precipitado su salida y la de otros compañeros de la dirección del grupo socialista. El pasado 26 de marzo, durante un receso en el debate sobre el estado de la comunidad autónoma, un micrófono del hemiciclo captó una conversación privada entre Vázquez, Ana Sánchez, Alicia Palomo y Diego Moreno, en la que criticaban al nuevo secretario general, Carlos Martínez, y al ministro de Transportes, Óscar Puente. Los comentarios, que también cuestionaban la gestión del socavón de la carretera N-6 a su paso por San Rafael, generaron revuelo. Sánchez y Moreno renunciaron a sus cargos en la Mesa de las Cortes, mientras que Vázquez y Palomo recibieron presiones internas. El episodio condujo a la sustitución de Vázquez como portavoz por Patricia Gómez.
Pero José Luis no quiere hablar del político, sino del bibliotecario. De hecho, ve en el bibliobús una extensión de su compromiso con la igualdad y la libertad. El servicio al que ahora regresa lleva operativo desde 1987, año en que la Diputación Provincial de Segovia lo puso en marcha para llevar libros y actividades culturales a los municipios de la provincia y combatir así la brecha existente en el acceso a la cultura. Una suerte de misión pedagógica adaptada a las necesidades actuales. «No hay nada más democrático que el libro. Que mi profesión implique garantizar el derecho a leer es un honor equiparable al de estos treinta años en política. En ella también continuaré para seguir luchando por mis conciudadanos».
Y en el Centro Coordinador del Bibliobús lo dejamos, con el reto profesional de superar cuanto antes una desactualización de un cuarto de siglo. «No quiero ser una carga para mis compañeras».
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