Borrar
Idaira y Antonio Prieto, con sus medallas de campeones nacionales en 10.000 metros. Antonio de Torre

«Es un honor ser campeona en la misma distancia que mi padre»

Idaira Prieto logra en Menorca su primer título nacional: «Desde el principio sabíamos que yo iba a ser fondista , pero no cuándo»

Domingo, 18 de mayo 2025, 18:48

Hay casas de herrero en las que no hay cuchillos de palo. Lejos de pelear contras los genes de su padre, Idaira Prieto los abrazó. Si uno tiene en el árbol genealógico a un quíntuple campeón de España de 10.000 metros, lo suyo es aprovecharlo. «Desde el principio sabíamos que yo iba a ser fondista, la pregunta era cuándo», explica ella. La respuesta es ahora, pues su cuerpo y su cabeza aguantan los kilómetros. Por eso significa mucho que lograra el sábado en Mahón (Menorca) su primer campeonato de España y lo hiciera en la distancia fetiche de Antonio, que no solo es su referente, sino su entrenador. «Para mí es un honor haber sido campeona en la misma distancia en la que lo ha sido mi padre».

A diferencia de la época de Antonio, el campeonato de España de 10.000 se separa del resto de disciplinas al aire libre. El cambio en el calendario –solía ser en marzo– ha permitido a Idaira participar, pues hace dos meses estaba corriendo las semifinales de los 3.000 metros en el Europeo de Apeldoorn (Holanda), su primera internacionalidad absoluta en pista cubierta, y podrá competir también en los 5.000 al aire libre en agosto en Tarragona.

«Era un reto nuevo, mi padre pensaba que ya estaba preparada para hacerlo». La luz verde la ha dado la continuidad, tras unos años demasiado intermitentes por las lesiones. Habla de asimilar entrenamientos largos, semanas de hasta 140 kilómetros. También cambian las intensidades. Cuanto menor es la distancia, las series son más explosivas y requieren más descanso entre ellas. Ahora hace más tandas de 2.000 metros que de 400, y cuando hace estas últimas, las hace más despacio, casi al ritmo real de competición, a cambio de acortar las recuperaciones. Es la transición de una dieta anaeróbica a una más aeróbica, es decir, de gasolina a diésel. «Cansa de otra manera. El ritmo es más asequible, pero son muchas repeticiones. Lo otro es más a nivel muscular, produce mucho ácido láctico, es más estresante». Y no elige entre las dos caras de la moneda. «Me quedo con las dos».

Seguirá trabajando para bajar del 4m10s este año en los 1.500 metros, pero su guerra es otra. «No puedo estar con Marta Pérez [récord de España con 3m57s] ni ser competitiva a nivel internacional, tienes que estar en cuatro minutos». En cambio, ha ganado experiencia en distancias más largas como el 3.000 o el 5.000. «Me veo más segura, manejo mejor las carreras. En el 1.500 voy a un ritmo que es casi mi limite, no puedo hacer mucha táctica, no soy tan rápida como las especialistas, que pueden meter en un minuto el último 400. Voy a aguantar todo lo que pueda». Por eso esta distancia ha pasado de ser un fin a un medio, pues necesita «un buen 1.500» para competir en el fondo. «Mi padre también sabía que hay que tener velocidad. Si eres un fondista lento, no ganas carreras. Siempre me planteó que los primeros años íbamos a trabajar mucho por abajo [rapidez] que lo otro ya vendría».

Está muy satisfecha de su 3.000 en la semifinal del Europeo, marca personal (8m53s72), a un paso de la final. Eso es ser competitiva. El siguiente reto está en el 5.000, la distancia en la que buscará el billete para el Mundial de Tokio, en septiembre. Hay dos vías de clasificación. Una es la marca mínima de World Athletic (14m50s), un umbral que considera excesivo. La segunda requiere la mínima de la Real Federación Española de Atletismo (15m01s) para ser convocada. «Tienes que encontrar la carrera, sentirte bien y hacerlo. Es una marca muy exigente. Si los entrenamientos siguen yendo bien, puedo». Supondría rebajar casi medio minuto su marca actual. En las siguientes semanas estudiará en qué meeting intentarlo: tiene junio y julio para lograrlo.

El título de Menorca es el premio a su paciencia. «Los fondistas siempre son más tardíos que los velocistas. Al final, el cuerpo te ubica». Su mejor registro en un 10.000 en asfalto fueron los 32m55s de Laredo el año pasado. Hacerlo en el tartán tiene un reto extra, la parte mental. «Al final es más o menos la misma distancia que hacemos en un cross [también fue internacional en el Europeo de diciembre de Turquía], pero es un ritmo más alto y dando vueltas en la pista, que psicológicamente es más duro». La idea era contar con una libre hasta el 8.000, pero falló. Fue sin prisas en el grupo de cabeza hasta que se quedó sola. «Miré para atrás a ver si tenía a alguna compañera para ir turnándonos, pero las vi muy lejos. Ya está, me toca a mí tirar». Unos 4.600 metros –11 vueltas y media– con un fuerte viento de cara en la recta. «Me frenaba muchísimo. Iba controlando de vez en cuando dónde estaban». Hizo 32m50s75 y ganó por ocho segundos a Ester Navarrete y por 22 a Alicia Berzosa.

Así que el experimento del 10.000 salió a pedir de boca. Primer entorchado nacional tras ser segunda en el 5.000 el año pasado y tercera en el 3.000 en febrero en pista cubierta. «Es un título. Y a mí también me da confianza para seguir en esta línea». Y cree que tiene a su alcance una marca mejor en un día más propicio en lo meteorológico. «Si no me hubiera quedado sola… Y el tema del aire. Me veo capaz de poder hace un buen 10.000 a unos años vista». Otra ventana a la que asomarse para competir, quien sabe, a nivel europeo. «Es un pasito hacia delante. Y no hay mejor debut que un campeonato de España». Y con victoria.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla «Es un honor ser campeona en la misma distancia que mi padre»

«Es un honor ser campeona en la misma distancia que mi padre»