Hongos 'tuber brumale' en los páramos de Cuéllar
Es una de las especies raras que se pudo observar en las jornadas que la Sociedad Micológica de la villa ha celebrado por primera vez desde el comienzo de la pandemia
A pesar de que la campaña de recolección de setas y hongos de este otoño no está siendo todo lo satisfactoria que los aficionados quisieran, la Sociedad Micológica Cuellarana ha recuperado sus tradicionales jornadas. Se han realizado sendas salidas al campo –una más de monte y otra más de pinar y ribera– para así recolectar diferentes especies. Los miembros de la agrupación se mostraron ilusionados ante la llegada de nuevas generaciones, como el pequeño Iker, un niño entusiasta de la naturaleza, donde «hemos visto un poco el futuro de la asociación, de la pasión y el amor por el conocimiento de las setas», según destacó Pedro Marcos, uno de los responsables de la Sociedad Micológica.
En estas salidas al campo y al pinar se encontraron aproximadamente la mitad de especies que otros años, y también en torno a un 50% menos que en otras ediciones en lo que se refiere a cantidad. Aún así se consiguió reunir en la muestra en torno a un centenar de ejemplares, con una representación de todos los órdenes de las setas.
Destacaron como muy importante el contar con una representación de las setas tóxicas «que es prácticamente lo primero que hay que conocer», destacando ejemplos como la amanita faloides o la galerina marginata, que son setas que dado su parecido con los champiñones o las senderillas respectivamente, todos los años causan fallecimientos en España debido a su ingesta.
Rarezas
Un año más, en las exposiciones no han faltado ejemplares raros, especialmente por su escasa presencia en la zona. Es el caso de la 'Tuber brumale', una seta con la que se contaba por primera vez en la muestra. Se trata de un hipogeo, es decir, un hongo que nace bajo tierra, enterrado, por lo que para encontrarla se necesita un perro adiestrado y un amplio conocimiento del mundo de las setas hipogeas para su identificación. El hallazgo corrió a cargo de Faustino García, miembro de la Sociedad Micológica, y Tula, una perra teckel adiestrada. Otra de las setas que se mostraba por primera vez en la exposición es la Oreja de Judas, una especie interesante que sale en ramas de alcornoque y robles. A ella se suma el 'lactarius vinoso', con una presencia muy similar al níscalo pero con un látex muy rojizo, color vino, de donde le viene el nombre. Asimismo se contó la conocida como seta coliflor, que tiene presencia en la zona, pero es muy escasa. También se pudieron ver otras curiosidades, como algunos tipos de hymenogaster, que al igual que que 'tuber brumale' son hongos hipogeos, por lo que son muy pocos los especialistas que las encuentran.
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