Los hermanos Martín, matanceros 2019
Décimo aniversario de la asociación Amigos de la Churrería de Nueva Segovia
carlos iserte
Segovia
Domingo, 27 de enero 2019, 13:43
La Churrería de Nueva Segovia es un bar que cuenta con un grupo de amigos que año tras año convierten la matanza del cerdo en todo un acto social al que acuden decenas de clientes, vecinos y seguidores de esta ancestral tradición. Amigos que en todas las ediciones eligen a una persona como Matancero/a de Honor y que en este recién estrenado 2019 han sido distinguidos los propios regentes del establecimiento, esto es, los hermanos Saúl y Jairo Martín García por aquello de cumplirse el décimo aniversario de la iniciativa, que ha logrado asentarse en el calendario segoviano como una de las citas ineludibles del invierno capitalino. Matanceros, por cierto, que suceden a El Norte de Castilla, galardonado en 2018 por su decidido apoyo a la cultura popular.
Los Amigos de La Churrería han logrado convertir a este bar en algo más que un mero establecimiento de vinos y tapas. No, aquí existen dos fondos claramente delimitados, pero unidos por el mismo cordón umbilical de la amistad. En el fondo sur, fronterizo con la gran sartén donde cada madrugada Saúl elabora los churros que desde las seis de la mañana son degustados por los somnolientos trabajadores que emprenden la jornada laboral, habita Jairo Martín, encargado de saciar las demandas de la clientela sureña, siempre atenta a las explicaciones futboleras de Javi 'El Chorras', un seguidor sin concesiones del Atlético de Madrid que, sin embargo, tiene que competir con los madridistas Jesús y Arantxa, Jose Olegario, Pedro y otros merengues que no dejan de acosarlo. Afortunadamente, está asistido por las bandas por Alberto Gallego, que comparte con él la pasión colchonera. Susi, Susana, Fernando, Pedro, Jose y otros clientes también navegan por las banquetas verdosas del sur.
Pero si el fondo de la barra es el reino de Jairo, en el norte cabalga con soltura su hermano Saúl. Lugar fronterizo con la puerta y las corrientes de 'Buenos Aires', con mando en plaza de Azucena, Poti y Claudio, siempre acompañados por Alfonso, Pili, Chiquete, Concha y Luis, Simón y Mila, o Julio y María y otras parejas que prefieren la zona ártica, alejada relativamente de los coros australes, dispuestos a batir los récords sonoros, hoy por hoy, en propiedad decibelia de 'El Chorras'. Un bar, en resumidas cuentas, que representa a la perfección a la sociedad segoviana: plural, trabajadora, popular y castellana, muy castellana. Bueno, luego están los que participan de los dos fondos, personificados por Valentín, nombrado también en su momento Matancero de Honor, que se mueve como diablillo de acueducto entre las zonas sureña y norteña, ambas conquistadas por la tarde por Leo, tal vez, la mejor camarera de Segovia.
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