«La gente no sale como antes»
El local con más tradición de Nieva lleva cerrado desde agosto tras la marcha del último inquilino, pero desde el viernes hay un nuevo negocio
El Bar Mayor de Nieva –lleva el nombre de la calle con la que hace esquina– es un negocio familiar que se remonta a los abuelos de Juan Jesús Gacimartín. En 2005, tras el fallecimiento de su padre, Juan Jesús y su hermano, con sus trabajos en Segovia capital, decidieron poner el local en alquiler. Ninguno contempló la hostelería como salida laboral. El bar ha funcionado con varios arrendatarios, pero el último echó el cierre en agosto. El otro bar del pueblo, que llevaba un lustro cerrado, abrió el viernes.
El último hostelero de Nieva llegó desde La Lastrilla y se marchó a los seis meses. «Era buen cocinero, pero en el momento en que el camarero terminaba sus horas le tocaba estar en la cocina, en la barra y en la terraza». El alquiler incluye el propio bar más una vivienda con cinco habitaciones en la planta de arriba. Juan Jesús entiende las dificultades. «Está muy complicado. Llega el invierno, los días son cortos, hay que pagar el alquiler... La población ha bajado y la gente no sale como antes». El aumento de la inflación, desde el transporte a las bebidas, plantea un escenario poco alentador.
Las cuadrillas de trabajadores son los clientes más fieles de un bar como el de Nieva, especialmente a diario. «Los fines de semana sí que sigue saliendo la gente. Tenemos tres o cuatro alojamientos rurales que tiran del bar. Hay un horno de leña y alguno que iba a recoger el asado se tomaba una cerveza en el bar». Los trabajadores de dos bodegas de la zona suelen pasarse a tomar un aperitivo después de trabajar. La demanda la completaba algún jubilado que aprovechaba el paseo cuando iba a por el pan –el local tenía un pequeño despacho y vendía algo de alimentación– y algún trabajador joven.
Por el pueblo hay motivos para la esperanza por la reapertura de un nuevo bar. Estos últimos meses, para tomarse un café, los vecinos de Nieva han tenido que ir a Santa María la Real de Nieva o a Nava de la Asunción, la sede del centro de salud, pues el pueblo ha visto reducidos los días de visita del médico. «Los pueblos han pegado un bajón en general y alternar es muy caro. Antes, te juntabas una cuadrilla y hacían cinco o seis rondas para que todos pagasen la suya. Ahora te tomas dos y cada uno se paga lo suyo. En España somos de mucho alternar, pero no está la cosa para salir todos los días a tomar un café y una caña». No son tiempos para la lírica, ni para los bares.
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