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El párroco de San José, durante la homilía virtual. El Norte
Coronavirus en Segovia: Eucaristía y aislamiento

Eucaristía en tiempos de coronavirus y aislamiento

Todos los días, dos párrocos de la provincia de Segovia hacen llegar su misa a los fieles a través de retransmisiones en directo en sus redes sociales

laura lópez

Segovia

Domingo, 5 de abril 2020, 11:59

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A raíz del confinamiento al que se ha visto abocado todo el país tras la declaración del estado de alarma por la crisis sanitariadel coronavirus, las parroquias de la provincia se han visto obligadas a suspender el culto, por lo que sus fieles se han quedado sin la posibilidad de ir a misa.

En este escenario inédito, que ha obligado a improvisar medidas como el teletrabajo o las clases online, la Iglesia no se ha quedado atrás y dos sacerdotes de la provincia de Segovia han comenzado a retransmitir a diario la eucaristía a través de las redes sociales para que sus seguidores puedan atender el sacramento de forma telemática.

Es el caso del padre Juan Cruz Arnanz, párroco de San José Obrero, en la capital, quien comparte vía retransmisión en directo por la red social Facebook la Eucaristía cada día a las 19:30 horas de lunes a viernes y a las 13:00 el fin de semana, desde la propia parroquia.

Por otra parte, el párroco de la iglesia de Adoración Eucarística de la capital y también de las ubicadas en las localidades de Hontoria, Revenga y Valsaín, utiliza la misma red social para compartir su misa, además de reflexiones y mensajes de esperanza que a diario lanza dirigidas a los fieles, con el objetivo de que puedan encontrar un atisbo de esperanza durante la crisis sanitaria que azota al país.

En el caso de la parroquia de San José Obrero, el padre Juan Cruz explica que realiza las retransmisiones con muy pocos medios, ya que simplemente usa su móvil y el acceso a Internet para compartir los vídeos en directo en Facebook. Solo participa de la misa él, que es el único que tiene acceso a los materiales empleados en la celebración del sacramento, y una hermana, que se encarga de las lecturas, guardando la distancia de seguridad establecida por las autoridades sanitarias.

El público que accede a estas misas por Internet ronda las 30 o 40 personas, lo que supone una afluencia mayor que la que habitualmente acude de forma presencial, que suelen ser unas 15. El párroco explica este fenómeno porque hay muchas personas que normalmente no pueden asistir a la parroquia entre semana por sus obligaciones y, de esta forma, el acceso es más fácil, a la vez que el confinamiento ha liberado más tiempo a la mayoría de las personas.

Además, el nuevo púbico no se ha sumado, sino que ha venido a sustituir al tradicional, ya que la mayoría de asistentes a las misas presenciales eran personas de avanzada edad, que ahora no tiene acceso a estas misas tan particulares en las redes sociales. Sin embargo, el párroco ha recordado que estos fieles pueden acceder a la misa que retransmiten las grandes cadenas a nivel nacional o regional, aunque «no es lo mismo».

A pesar de que la calidad de estas últimas es mejor porque tienen muchos más medios técnicos, la riqueza de la misa de la parroquia del barrio reside en un trato más cercano, con rostros conocidos, y menciones durante la oración a los propios vecinos de la zona. Cuando el sacerdote acude a diario a la parroquia, deja esta abierta por un tiempo por si alguien quiere acudir a rezar respetando las medidas de seguridad recomendadas por sanidad, aunque, en la práctica, no acude casi nadie.

Aunque el grueso de estas misas online se celebran de forma muy similar a las habituales, hay un momento del sacramento que, inevitablemente, ha necesitado ser adaptado: aquel en el que los asistentes reciben la eucaristía. Para ello, según explica el párroco, se ha propuesto que los fieles lleven a cabo una «comunión espiritual», práctica que consiste en ponerse en presencia del señor a través de la oración y que viene a paliar este problema de logística. Estas medidas tratan de «mantener viva la dimensión espiritual» del vecindario, según el párroco, ya que esta es una parte esencial de las personas, como ha podido constatar al saber que muchas de ellas de verdad echan en falta acudir a misa, así como a otros ritos que no se podrán celebrar este año, como la Semana Santa.

Uno de los aspectos más dramáticos para los creyentes en estos tiempos de crisis sanitaria es la circunstancia de no poder despedir adecuadamente a los fallecidos, una de las grandes carencias que ha percibido el párroco de San José Obrero.

Ante este extremo, el sacerdote recuerda que el capellán del cementerio de Segovia sigue acompañando el momento de la sepultura de las víctimas mortales, aunque con muy pocos seres queridos presentes, debido a las normas sanitarias.

Por otra parte, el párroco informa de que, cuando acabe el estado de alarma y la Iglesia retome sus actividades habituales, tiene pensado celebrar una eucaristía en nombre de estos difuntos, aunque ya no pueda ser de cuerpo presente, pero en el que habrá posibilidad de que los vecinos lleven, por ejemplo, las cenizas de sus seres queridos para honrarles con una oración.

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