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Pancartas y cacerolas a la luz del día en la plaza el Azoguejo de Segovia, junto al Acueducto.

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Pancartas y cacerolas a la luz del día en la plaza el Azoguejo de Segovia, junto al Acueducto. Antonio de Torre

Los ecos del 15-M en Segovia

Diez años del movimiento social ·

Algunos de los protagonistas de aquellas reivindicaciones que sacudieron el país hacen balance del panorama social y político diez años después de las concentraciones que alentaron bajo los arcos del Acueducto

berta jiménez

Segovia

Sábado, 15 de mayo 2021, 08:57

El movimiento conocido como 15-M cumple hoy una década. Han pasado ya diez años desde que las plazas de ciudades de toda España se inundaran de gente reclamando cambios. En un momento en el que la sociedad atravesaba una profunda crisis económica y predominaba un sentimiento generalizado de hartazgo hacia la clase política, los autodenominados 'indignados' salieron a las calles en aquel mes de mayopara reivindicar una democracia más abierta y participativa.

El día 15 de mayo de 2011 miles de personas, convocadas a través de las redes sociales, se congregaron con sus pancartas en más 50 ciudades españolas. En Segovia, nadie se manifestó aquel día, pero sí los siguientes. La segoviana Julia Escudero había estado viviendo fuera pero justo llegó a su ciudad natal poco antes de que se produjeran las primeras concentraciones y, si hay algo que le recuerde el ambiente de entonces, esa es la palabra «ilusión». «Éramos gente muy distinta, pero ver que teníamos ese sentimiento y esas ganas de cambio, te ayuda y te arropa. Fue una fuerza muy grande», señala. No obstante, reconoce que esa ilusión era una consecuencia de la «decepción» que mucha gente sentía por la situación política española desde hacía décadas.

De hecho, algunas de las principales reivindicaciones de este movimiento fueron acabar con la corrupción y con el bipartidismo, según explica Escudero: «El hecho de que no hubiera habido grandes cambios en política desde la Transición, había hecho que los que estaban en los sillones fueran siempre los mismos y que se facilitara la corrupción», declara. «Queríamos que nos escucharan y dejaran de hacer política para ellos».

«Éramos gente mujy distinta, pro ver que teníamos ese sentimiento y ganas de cambio, te ayuda y te arropa»

Julia Escudero

Escudero participó activamente en las acampadas e incluso se unió a una de las marchas que durante el verano fueron saliendo desde diferentes puntos de España con destino Madrid. La ruta norte, que venía de Bilbao, hizo una parada en Segovia. «Les acogimos y nos unimos a ellos», recuerda. Destaca también que asociaciones como el Foro Social de Segovia, que ya tenía experiencia previa en manifestaciones callejeras, les apoyaron «una barbaridad».

En su opinión, a raíz del 15-M la gente ha tomado conciencia de que «la política no es solo ir a votar cada cuatro años» y siente que la sociedad está algo más implicada ahora en las decisiones políticas. Considera que las protestas que surgieron posteriormente, conocidas como las 'mareas' (por la sanidad pública, por la educación pública), fueron de alguna manera fruto de aquellas movilizaciones y, aunque asegura que se han conseguido avances, cree que aún hay cuestiones que están por resolver.

Una cadena humana rodea el Acueducto. ANTONIO TANARRO

Como Escudero, Angélica Conde llevaba tiempo fuera de Segovia y su vuelta coincidió con el fervor de las movilizaciones, a las que se apuntó enseguida. «Normalmente, en Segovia la gente suele ser bastante discreta y ver cómo salía a la calle fue bonito», apunta tras asegurar que guarda un recuerdo «muy especial» de aquel movimiento social. En esa época, ella tenía 22 años y le impactó mucho ver que en las calles se concentraban manifestantes de todas las edades: «Había gente muy joven escuchando a gente mayor contar sus experiencias». En aquellos primeros días, además, notó que «todo el mundo tenía muchísimas ganas de hablar», un cierto optimismo en las redes sociales, algo que ahora, diez años después, cree que ya no ocurre en otras protestas.

Conde estuvo presente en el 15-M desde las primeras jornadas, por lo que pudo ver claramente su evolución. Cuenta que, al principio, la mayor parte de los asistentes eran estudiantes y profesores de universidad, muchos vinculados al área de Publicidad, y también gente del mundo de la cultura. Luego, empezaron a aparecer perfiles distintos, aunque todos con esa misma sensación general de que la política institucional «no estaba haciendo su papel», como reflejaba el famoso lema 'No nos representan'.

«Normalmente, en Segovia la gente suele ser bastante discreta y ver cómo salían a la calle fue muy bonito»

angélica conde

«Ya se sentían las consecuencias de la crisis de una forma clara y la gente se sentía estafada», explica esta segoviana, quien tiene muy claro que el 15-M ha tenido un gran impacto en el panorama político de los últimos años. «Podemos intentó recoger lo que allí se estaba expensando», dice, aunque puntualiza: «El 15-M es muchísimo más amplio que Podemos».

Un análisis parecido hace Jesús Moreno, quien a raíz del 15-M se involucró en el mundo del activismo. «Materializar un movimiento como este en un partido político ha tenido sus luces y sus sombras», declara refiriéndose a la formación morada. «En la parte de diagnóstico todos estábamos muy alineados, pero hubo problemas en lo que es la propuesta posterior», sostiene el joven.

Moreno recuerda que participó en las protestas de Segovia cuando aún era un estudiante. Calcula que en la plaza del Azoguejo se concentraron algunos días hasta 700 u 800 personas y dice que ya flotaba esa sensación en el ambiente, ese «clima de cambio», desde hacía tiempo. «Había un ánimo de reivindicar lo que cada uno pensaba, sin ninguna organización previa», rememora. «Me pareció interesante que cada uno reivindicaba lo que le parecía, pero había unos puntos comunes. Por eso fructificó tan rápido».

Esos puntos comunes de esta revolución social confluían en la falta de identificación con la clase política y el bipartidismo, según el segoviano, que se unía además a un contexto de crisis económica donde «era muy fácil identificar cuáles eran los problemas». Asegura que los recortes o la corrupción, por ejemplo, «habían generado mucho malestar» y cree que era factible «que pudiera germinar algo más allá de la propia manifestación diaria».

«Materializar un movimiento cono este en un partido político ha tenido sus luces y sus sombras»

jesús moreno

Moreno apunta que uno de los grandes logros del 15-M es que la gente ha logrado sentirse partícipe de la política, algo que antes no ocurría: «Poder hablar abiertamente de política en una plaza y no dejar solo a los políticos la gestión del día a día». A su juicio, estas movilizaciones también han servido para cambiar ciertas prácticas políticas, como las puertas giratorias o la participación (más horizontal ahora) en los partidos tradicionales. Además, ha provocado la apertura del espectro político a nuevas fuerzas, aunque para Moreno, esto no es del todo beneficioso para la gobernabilidad.

Fuencisla Gómez recuerda que le llegó una llamada el 16 o 17 de mayo de 2011. Era un amigo de sus hijos. «Me dijo: 'Fuen, lo tienes que ver. No te imaginas la cantidad de gente que hay en la plaza'». Y no le dio tiempo ni imaginarlo porque inmediatamente fue hasta allí y se unió a las protestas. Ahora tiene 74 años y está jubilada, pero fue una de las veteranas aquel 15-M en Segovia. Explica que se movilizó porque siempre ha tenido trabajos precarios y la situación laboral de sus dos hijos «nunca ha sido muy estable».

Una de las anécdotas que mejor recuerda de aquellas semanas de asambleas y manifestaciones, es la de la noche del 20 de mayo. Era el día previo a la jornada de reflexión antes de las elecciones autonómicas (se celebraban el día 22) y la gente estaba agrupada en la plaza del Azoguejo. Gómez recuerda que las autoridades les habían prohibido permanecer allí y algunas personas tenían «cara de susto» por el temor a las disoluciones. «La Policía estaba alrededor, pero todo el mundo aguantó. De allí no se fue nadie», relata.

Más allá de las protestas, Gómez destaca el intercambio de conocimientos que se produjo en todo ese tiempo que duró el 15-M. «Unos chicos me enseñaron de Economía lo que no te imaginas. Aprendí muchísimo de los jóvenes», señala. Recuerda con cariño también a otro de los veteranos que estuvo en el 15-M, Nicolás Berzal, uno de los fundadores del Partido Comunista (PCE) en Segovia, que falleció el año pasado a causa de la covid-19 cuando estaba a punto de cumplir los 98 años. «Se apuntaba a todo», dice Gómez, quien añade que en Segovia «siempre se le ha querido mucho».

«Unos chicos me enseñaron economía lo que no te imaginas. Aprendí muchísimo de los jóvenes»

fuencisla gómez

Fuencisla Gómez ya estaba vinculada a la lucha feminista desde mucho antes e incluso pertenecía a colectivos que se manifestaban en este sentido. Pero reconoce que estaba algo «apartada». El 15-M «fue como una reactivación», dice. «La gente empezó a moverse», constata. Esa movilización no solo extendió la conciencia de la igualdad sino que también activó otras demandas sociales.

Se reavivaron las luchas para frenar los desahucios con la ayuda de la ya existente la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y se creó la Plataforma por la Defensa de las Pensiones Públicas, de la que la propia Gómez forma parte actualmente. «Cuando nos atrevemos a salir a la calle, es más fácil agruparse», reflexiona, y alega que movilizarse «siempre merece la pena, aunque vayan dos personas y les vean cinco». A la hora de valorar el 15-M, dice que ha sido un «empujón» para la sociedad aunque puntualiza: «No es tanto aquel montón de gente aquí o allí sino lo que ha surgido después».

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