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M. A. López
Segovia
Lunes, 2 de septiembre 2019, 11:32
De estilo gótico con trazas renacentistas, pues fue construida entre los siglos XVI y XVIII, la Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos de Segovia, el templo mayor de la provincia segoviana, es una muestra ejemplar de arquitectura y de ingeniería, del diseño de estilo gótico pensado para la óptima evacuación del agua cuando las tormentas y aguaceros más fuertes azotan la ciudad. Así llevan haciéndolo desde hace casi cuatrocientos años. El sistema ya funcionaba en la anterior catedral, iniciada en estilo románico y destruida durante la guerra de las Comunidades, pues fue utilizada como bastión en la lucha por el Alcázar, ya que estaba situada en lo que hoy es plaza de la Reina Victoria Eugenia.
De aquel templo se conserva el claustro gótico, trasladado piedra a piedra a la nueva Catedral, y otros elementos arquitectónicos, como algunas gárgolas de piedra caliza. Los segovianos están acostumbrados a ver como evacúan el agua estas antiguas canalizaciones, pero ahora, con el impulso de la redes sociales, las gárgolas fueron 'trending topic' en Twitter al día siguiente de la gran tormenta del 26 de agosto, la que causó el enorme socavón en el barrio de San Millán, y aparecieron en la edición digital del prestigioso diario británico The Times como una lección de historia.
Un vídeo tomado desde un balcón de la calle Marqués del Arco durante la tormenta del día 26 de agosto, no solo muestra los enormes chorretones que proyectan las gárgolas lejos de las paredes y tejados, sino que da ejemplo de la mejor ingeniería hidráulica diseñada por los técnicos de hace siglos. Incluso en tormentas como la de hace dos semanas, de 35 litros por metro cuadrado en algo más de dos horas, las canalizaciones para evacuar el agua tienen capacidad suficiente para alejarla toda de los tejados, de los muros y de los cimientos, pues vierten con un ángulo de inclinación que aleja el caudal, incluso el más fuerte, unos metros más allá de donde las paredes se unen al suelo, casi hasta la mitad de la calle y con el estruendo de una catarata; estas son las de expulsión del agua 'de lanzadera', que se diferencian de las más cercanas a las casas en la calle de San Frutos, donde el agua sale 'a plomo', en vertical.. Así lo destaca The Times al relatar que, a pesar de las fuertes tormentas que cruzaron España el 25 de agosto, un edificio permaneció sin estar afectado: la Catedral de Segovia.
Son dragones, águilas, perros y leones, a veces de aspecto demoniaco. Esculturas funcionales, y también ornamentales a la vez que monstruosas, sí, pero efectivas. El vídeo que se hizo viral lo colgó en el perfil de Twitter de la Catedral Adolfo Rubio, responsable de comunicación del templo, quien inició un hilo en el que destacó que las 35 gárgolas siguen funcionando «a la perfección».
Como explica la web de la Catedral de Segovia, estos elementos arquitectónicos comenzaron a utilizarse en el siglo XIII en Francia y «la leyenda que explica su existencia no es otra que la lucha del bien contra el mal» con la victoria de un sacerdote sobre un dragón que asolaba la comarca de la Alta Normandía...
En cualquier caso, añade la información, con «el advenimiento del gótico en la Edad Media, las numerosas formas de las gárgolas han dado paso a multitud de interpretaciones: desde el antojo artístico de los escultores, pasando por su representación demoniaca o su función apotropaica con dragones, grifos, arpías o centauros», y los constructores de la Catedral de Segovia las incorporaron a su estructura. Son gárgolas que datan de los siglos XVI y XVII, excepto cuatro conservadas del claustro la antigua Catedral contigua al Alcázar.
Como indica el templo, «las gárgolas son el último paso de la estructura de evacuación pluvial de la Catedral de Segovia, que es calificada de técnicamente impecable», pues «la construcción escalonada del templo hace que el agua se deslice desde la cubierta superior, discurre por el interior de los contrafuertes situados entre la nave central y las laterales». El agua sigue su curso por los canales de los arbotantes, baja al interior de los contrafuertes y las cubiertas de las capillas son el último paso hasta los canales de piedra que desembocan en las gárgolas.
La piedra utilizada para labrar las 35 gárgolas que se conservan en la actualidad es el granito de Cigüiñuela, a excepción de una de las piezas que evacua el agua por el lado norte de la Capilla del Santísimo, que está hecha de piedra caliza. «La elección del granito, piedra más resistente, hace que la iconografía no sea excesivamente detallista». Pero todas, de grantito o caliza, cumplen su función de forma «impecable».
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