Un día para la convivencia y el aprendizaje

El Centro de Servicios Sociales La Fuencisla, en Segovia, se convirtió ayer en el epicentro de una jornada cargada de emoción, aprendizaje y solidaridad. Cerca de 1.300 personas, participantes de las Aulas Sociales y de Manualidades organizadas por la Diputación de Segovia, se reunieron para celebrar el fin de curso en un evento que, tras un aplazamiento por mal tiempo el pasado 8 de mayo, se desarrolló con más fuerza que nunca. La tradicional cita bianual, que marca el cierre de las actividades formativas y comunitarias de las Aulas, destacó por su carácter solidario y por una programación diversa que combinó ocio, formación y compromiso social.

Por primera vez en su historia, el encuentro adquirió una dimensión solidaria. Cada participante contribuyó con una cuota de 5 euros. La recaudación irá destinada íntegramente a cuatro asociaciones del Tercer Sector de la provincia, representativas de los cuatro Centros de Acción Social (CEAAS). Las beneficiarias fueron la Asociación de Alzheimer de Cantalejo, ASPACE Cuéllar, la Asociación de Discapacitados de San Ildefonso (ADISIL) y la Asociación San Vicente de Paúl, que opera en la zona de Prádena. Este gesto solidario añadió un valor especial a la jornada y reforzó el espíritu comunitario que caracteriza estas Aulas.

El presidente de la Diputación, Miguel Ángel de Vicente, fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes. En su discurso, De Vicente destacó el trabajo realizado por el Área de Servicios Sociales para ofrecer una jornada única, diseñada para agradecer la participación de los alumnos en los programas comunitarios. «Hemos trabajado con cuidado y ganas para dedicaros un día diferente en el que os divirtáis, compartáis bailes, actividades, mesa y, sobre todo, muchas conversaciones», afirmó De Vicente.

Desde el mediodía, el CSS La Fuencisla se llenó de vida con una amplia variedad de actividades pensadas para todos los públicos. Los asistentes pudieron elegir entre talleres formativos y otros de carácter lúdico, diseñados para fomentar tanto el aprendizaje como el entretenimiento. Entre las opciones destacaron sesiones de baile activo, juegos autóctonos, meditación y talleres sobre igualdad y perspectiva de género, que promovieron la reflexión sobre temas sociales clave. Estas actividades ofrecieron momentos de diversión y contribuyeron a reforzar los valores de inclusión y comunidad, sello de las Aulas Sociales y de Manualidades.

Además, el encuentro contó con una exposición de fotografías de momentos de las actividades grupales y comunitarias realizadas a lo largo del curso en distintos puntos de la provincia. La muestra permitió a los participantes revivir experiencias compartidas y reconocer el impacto de su esfuerzo colectivo. Por otro lado, una pequeña feria de Alimentos de Segovia, organizada con productores de la marca agroalimentaria de la Diputación, acercó a los asistentes los sabores y productos de la tierra.

La música, como en ediciones anteriores, fue una protagonista indiscutible de la jornada. El grupo Vientos del Eresma, liderado por Daniel Hernández y compuesto por Guillermo Navarro, Sara Díaz, Lucía 'La flaca' y Sergio Rodríguez, puso ritmo al evento con una vibrante actuación. Su propuesta, que fusiona el flamenco con el folclore castellano y guiños al cancionero popular segoviano, hizo vibrar al público, que no dudó en sumarse al baile. La actuación de Vientos del Eresma sirvió como preludio a la comida popular, un espacio de convivencia en el que los participantes compartieron mesa y charlas. Este momento, además de reforzar los lazos entre los asistentes, tuvo un significado especial gracias a su carácter solidario, ya que cada bocado estaba acompañado por la satisfacción de contribuir a una buena causa.

Desde hace años, las Aulas Sociales y de Manualidades de la Diputación de Segovia han sido un pilar para fomentar la inclusión, la creatividad y el sentido de comunidad en la provincia. A través de actividades que van desde el aprendizaje de técnicas artesanales hasta la promoción de valores sociales, han logrado reunir a personas de todas las edades y procedencias. El éxito de la jornada es reflejo del impacto de estos programas. La combinación de formación, ocio y solidaridad demostró una vez más que las Aulas Sociales y de Manualidades enseñan habilidades prácticas y construyen comunidad.

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