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Cuéllar despide la Navidad con la procesión del Niño de la Bola
Aunque fue sorprendida en su tramo inicial por una pequeña granizada, la imagen cumplió con la tradición y recorrió las calles de la villa entre cohetes y danzas
El día de Reyes en Cuéllar tiene tintes muy especiales, pues a la ilusión y los juegos de los pequeños que disfrutan de sus regalos, se une la tradición, que en la localidad llega de la mano de la cofradía del Niño de la Bola y de los actos que se celebran en honor a la imagen.
Así, Cuéllar despidió la Navidad con la fiesta y tradición en torno al Niño de la Bola, que van ligadas a la Navidad y que a muchos cuellaranos no les parecerían tales sin la referencia a los cultos que se desarrollan en torno a la imagen y que comenzaron durante la mañana de ayer con la celebración de la eucaristía, en la que los miembros de la cofradía tienen un papel activo.
Le siguió, ya por la tarde, la tradicional procesión, que se celebró con la imagen del Niño sobre sus andas doradas, del siglo XVIII, al igual que la imagen. Con el sonido de los cohetes se marca el inicio de esta procesión que se tuvo que detener unos minutos después de su inicio por una pequeña granizada cuando acababa de salir de la iglesia de San Miguel.
Tras la sorpresa que supuso la pequeña precipitación, se resguardó la imagen en uno de los soportales de la Plaza Mayor para después continuar con el recorrido habitual, ascendiendo por la calle Colegio hacia la iglesia de San Esteban, con una comitiva formada por decenas de fieles, muchos de ellos danzando, como manda la tradición, siempre mirando la imagen del Niño de frente. A los sonidos de las dulzainas y tamboriles se unieron también las de las castañuelas cuellaranas o tejoletas, unos de los ritmos propios de estas celebraciones y que forman parte de las tradiciones de esta jornada.
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El recorrido se realizó de forma algo más rápida de lo habitual hasta la llegada a la iglesia de San Esteban, parada obligada de esta procesión, ya que era el lugar que habitualmente albergaba la imagen del Niño. Sin embargo, hace años, debido a su mal estado de conservación, los cultos se trasladaron a la iglesia de San Miguel, y, aunque San Esteban posteriormente se restauró, las celebraciones se mantuvieron en el templo parroquial hasta la actualidad.
En San Esteban se cantaron algunos villancicos, que ayer fueron 'Alegría, alegría' y uno de los dedicados al Niño Jesús de la Bola. Seguidamente la procesión continuó su recorrido, entre danzas, tejoletas y cohetes, prologándose durante horas hasta llegar de nuevo a la iglesia de San Miguel.
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