Encarcelados por su música

La escena de la música alternativa en España tiene cada vez más claro que no solo de los grandes festivales de verano vive su parroquia de seguidores, cada vez más numerosa. Pequeños milagros de provincia están en las oraciones de sellos discográficos y grupos, la mayoría de ellos aún sin un bautismo multitudinario (o todo lo multitudinario que les deja ser sus arriesgadas propuestas); otros son recientes profetas que pregonan con el ejemplo la autogestión, y algún que otro icono ya consagrado.

El ciclo intermitente de conciertos de invierno de Segovia ha iluminado un camino que hasta ahora era prácticamente ignoto en estos lares. El Winter Indie City (WIC) ha renovado sus votos por la independencia musical, por el underground de calidad, ha reescrito su mandamiento por el que nombra bienaventuradas las «actitudes de hacer las cosas de manera espontánea, también amateur y pasional, hacer caso al corazón y no al bolsillo».

Lo cierto es que no están solos en este predicar. También hay promotores y salas, como el Beat Club (habitual centro de operaciones del festival), que andan ese camino. La infraestructura, más o menos hilvanada, es cobijo de bandas que quizás no luzcan con grandes tipografías en los carteles interminables de los festivales mastodónticos. Poco a poco, el WIC ha tratado de innovar, de buscar nuevos espacios y rincones en los que vestir de largo sus apuestas en directo.

Baste con recordar el cálido y familiar inicio de esta séptima edición en la terraza del ahora hotel Real (antes Sirenas) con la voz y la guitarra de Noa Babayof alzando sus melodías al atardecer de Segovia y con el fondo monumental de tejados y torres de templos.

Íntimos

El imaginario del Winter Indie City y el del centro de creación e innovación cultural de La Cárcel coinciden en buena parte. La diferenciación, la singularidad y la vanguardia es un potentes armas de convicción. Hace cinco años unieron propósitos y cuadraron voluntades en el calendario, reservándose los albores de enero para encerrar en la sala Expresa a algunos nombres de esa escena a la que se encomienda el WIC. La Cárcel se convirtió en un refugio perfecto para que el ciclo musical condene a su público a la deliciosa pena de regocijarse con actuaciones en pequeño formato; a deleitarse con conciertos en los que el espectador roza el alma de los artistas en la intimidad.

El experimento va por su quinta edición. Las primeras notas del bautizado como Prison WIC las arrancarán los madrileños de Morgan. El grupo es, sin duda, una de las propuestas emergentes más sólidas y firmes. Es de admirar su madurez a pesar de una trayectoria no demasiado larga de la que han disfrutado ya en grandes escenarios y citas, como el Mad Cool del año pasado. Hablando de imaginarios, el argumentario estilístico toca el pop, el rock, el soul, el blues y hasta es funk y jazz. Su álbum de debut, 'North' suena a nostalgia y a energía, es el contenedor de canciones que palpitan con mucha más fuerza en la cercanía con el público.

Este concierto será el sábado 7, a las 21 horas. Su precio en venta anticipada es de 12 euros y se puede comprar en discos Totem, en el Clandestino, en la tienda de deportes Decarrerilla y en el bar Shout, además de en la web del ciclo. En taquilla el día del concierto vale 15 euros.

El segundo nombre del Prison WIC es Pianet. Delicado inconformismo al piano. El artista canario es un modelo de inquieta perseverancia por el descubrimiento de vericuetos sonoros desde el academicismo. Formado en el conservatorio, Pianet decidió explorar, tocar, cantar y seguir explorando fórmulas que convenciesen a su propia exigencia. En su disco, 'Watercolour', compone, graba y mezcla en una especie de 'Juan Palomo' que tanto gusta al ciclo segoviano.

La 'independencia' conseguida por Pianet es el fruto de un proceso de desnudez creativa, de ir quitando ropajes y artificios hasta quedarse con la esencia de lo que quiere y le apetece. De ahí surgen paisajes, atmósferas envolventes y ensoñaciones que le acercan a la sutileza nostálgica de Bon Iver, por ejemplo. La cita es el domingo 8. Las puertas de la sala Expresa de La Cárcel se abrirán a las 20 horas. El precio es de 10 euros en anticipada y 12 en taquilla el día de la actuación.

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