Juguetes convertidos en piezas de coleccionista
El Torreón de Lozoya acoge la exposición 'La Infantil (1931-2016). 85 años vendiendo ilusión' dedicada a la popular juguetería segoviana de Gregorio Garrido
elena rubio
Lunes, 26 de diciembre 2016, 18:22
Seguro que durante estos días hay muchos niños escribiendo la carta a los Reyes Magos, donde aparecerán juguetes de todo tipo, desde los clásicos juegos de mesa, pasando por bicicletas, muñecas y coches. Pero todos ellos con una característica común, un alto componente tecnológico, que les permite andar, hablar, moverse o conectarse con los teléfonos móviles.
Pero hace apenas cien años los juguetes de nuestros abuelos nada tenían que ver con los que existen ahora, donde la imaginación era el motor para que aquellas muñecas, camiones de bomberos o coches se movieran y andaran a gran velocidad.
Los más mayores los siguen guardando en la memoria con especial cariño y los más jóvenes han oído hablar de ellos, pero pocos se imaginan como eran en realidad. Ahora lo tienen fácil gracias a la exposición 'La Infantil (1931-2016): 85 años vendiendo ilusión', que está expuesta en la Sala de las Caballerizas del Torreón de Lozoya.
Organizada por la Fundación Caja Segovia y el último propietario de este establecimiento, la muestra reúne 252 piezas, apenas un 10% de una colección de Gregorio Garrido que supera las 2.300 piezas y que comenzó en los años setenta porque «los representantes de la Casa Rico querían refundar el museo de la fábrica y fueron por toda España pidiendo juguetes, y a mí se me ocurrió que también lo podía hacer yo», apunta el último propietario de la juguetería La Infantil.
El 90% de la colección que Garrido tiene en su poder se gestó por fondos procedentes de su tienda ya que comenzó a guardar series enteras de aquellos juguetes que se vendían en la tienda, mientras que el otro 10% corresponde a adquisiciones, intercambios entre coleccionistas e incluso regalos.
Las más antiguas
Las piezas más antiguas que se encuentran en la exposición son un coche de la marca Ford y un 'Bombero con escalera', que está fechada entre 1905-1907, que es completamente singular y no está presente en ninguna otra colección ni museo y que fue adquirida por Garrido a su propietario que se descubrió «en la casa de un conocido, en el desván apareció una caja llena de juguetes».
A través de las más de 200 piezas de la exposición puede recorrerse la historia del juguete del siglo XX, donde se aprecia a la perfección sus cambios de materiales, porque hay piezas de madera, chapa, cerámica e incluso vidrio, así como marcas de los primeros fabricantes, como Payá, Rico o Jyesa.
De esta manera, los visitante pueden ver una silla de muñecas de Sauquillo de 1939, muñecas de cartón de 1930, un muñeco manolín de 1965, un futbolín de madera de 1948, unos caballitos de madera de industrias Giner de 1940, así como numerosos juegos de mesa, una pequeña máquina de coser de 1925, los clásicos 'cacharritos' para hacer comidas, un peso de chapa de 1927, pistolas de juguete, coches, motos y un buen número de muñecas. La última sala de la exposición recoge una serie de juguetes «más modernos», donde se pueden encontrar camiones o coches teledirigidos de los años setenta, como un camión Santi Rico SA de 1975.
La Mariquita Pérez
Dentro de la exposición, hay piezas que triunfan entre todos los públicos, como una gran maqueta de un tren, que llama la atención «sobre todo a los niños si se enciende», destaca Garrido, así como la muñeca y el muñeco Nancy con los trajes de segovianos de 1970. Pero sin duda, la estrella es la muñeca Mariquita Pérez, con la que pudieron jugar muchas niñas españolas, como recuerda Mari Paz Gómez, que la tenía cuando era pequeña. Tanto marcó esta muñeca a toda una generación de españolas, que sigue siendo un objeto de colección, hasta el punto que «dentro de un par de años voy a cumplir las bodas de oro y es uno de los regalos que me voy a pedir», apunta esta segoviana.
Gómez, de 71 años de edad, contempla emocionada las vitrinas donde encuentra varios de los juguetes de su infancia y la de sus hermanos, como una moto de cuerda, un pequeño piano de madera o un xilófono. Y es que tras recorrer la exposición asegura que «viendo estas cosas me he hecho pequeña».
La misma ilusión por volver a ver estos juguetes la tiene su marido, Francisco Ceballos, de 76 años, porque «me recuerda a mi infancia, yo tuve un acordeón que está aquí», destaca este segoviano.
Otros de los que acuden a ver la exposición señalan las vitrinas donde están expuestos los juguetes y comentan «esto lo tenía mi abuela» o «lo he visto en casa de mis padres», mientras que a los más pequeños, que acuden acompañados de sus abuelos, les explican cariñosamente cómo manejaban los triciclos de hierro, cómo corrían con caballitos de madera o imaginaban ser pilotos de carreras con un pequeño coche de juguete.
El sueño de un museo
La muestra está calando entre los segovianos, por los recuerdos que les traen a la memoria todos estos juguetes. Por eso, Garrido está pensando ponerse en contacto con representantes de las administraciones segovianas para estudiar la posibilidad de abrir un museo del juguete, en algún edificio del centro histórico de la ciudad. Según Garrido, las provincias españolas con este tipo de museos, como Denia, Alicante y Barcelona, tienen en estos espacios una importante afluencia de público, siendo «los más visitados de la ciudad». Así, Garrido ansía que esta colección tenga cabida «en algún edificio público porque hay muchos vacíos», ha destacado.
Mientras tanto, todos aquellos segovianos que quieran disfrutar de esta exposición pueden hacerlo en el Torreón de Lozoya hasta el próximo 15 de enero.