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Mónica Rico
Miércoles, 10 de agosto 2016, 11:15
El próximo 1 de enero, tal y como manda la tradición, la imagen del Niño de la Bola de Cuéllar volverá a salir a las calles. En esta ocasión lo hará con una imagen renovada, la de sus andas, que han sido restauradas hace unos días por el equipo de la empresa Dammar (formado por Mariví Postigo y Diana Martínez), que se trasladó hasta la villa para realizar unos trabajos que se basaron en la parte baja de la estructura que cada año porta la talla durante sus procesiones, los días 1 y 6 de enero.
Las andas tenían suciedad superficial, barniz oxidado, falta de policromía y reparaciones. A lo largo de los años se habían realizado unas limpiezas inapropiadas y al mojar y frotar la pintura esta se había eliminado y en algunas zonas únicamente se encontraba la madera. De todas las andas se había perdido prácticamente la mitad de la superficie pintada. La parte donde reposa la imagen del Niño cuenta con un marmoleado que se había perdido por completo, a lo que hay que sumar la gran suciedad de la zona y un aspecto ennegrecido.
Otra de las alteraciones se encontraba en los palos, que también se encontraban sin pintura, prácticamente en la madera, aunque en parte se podía deber al propio uso de portar las andas y el roce que se produce. En ellas los trabajos consistieron en rellenarlas con yeso y en realizar una reintegración cromática imitando los tonos originales, que cuentan con un ligero puntillismo.
También había pinturas amarillas que en un principio se iban a mantener por su antigüedad, aunque al comenzar los trabajos se vio cómo había oro suficiente, por lo que se optó por su eliminación y dejar todo el área con sus colores originales y sus tonos dorados, volviendo así al color original de las andas.
Durante la restauración también se repusieron algunas pequeñas piezas que se habían perdido en las decoraciones de los laterales y en la parte baja, que no estaba en muy mal estado, aunque sí tenía algo de carcoma, se ha realizado un pequeño tratamiento para su refuerzo, mediante consolidante para que no se pierda lo original.
Una de las principales alteraciones se situaba en la parte de las andas sobre la que reposa la imagen del Niño. Se trataba de una grieta de importantes dimensiones, que con el movimiento de cada procesión se iba haciendo de mayor tamaño. Ésta era una de las principales preocupaciones de los Hermanos de la Cofradía del Niño de la Bola, que han sido quienes han encargado la restauración del elemento.
Para el cierre de la grieta se emplearon chuletas de madera, junto con una resina, para evitar que se produzcan más alteraciones. En total las restauradoras dedicaron en torno a una semana a desarrollar los trabajos de restauración de estas andas que ya lucen en todo su esplendor, después de los trabajos en la parte baja y una limpieza y un barniz en la parte superior, que se encontraba en mejor estado.
Las andas que portan la imagen del Niño de la Bola datan de finales del siglo XVII o principios del XVIII, según informó Juan Carlos Llorente, historiador cuellarano, hermano de la Cofradía y gran conocedor de su historia, que a su vez explicó que el primer libro de la cofradía data del año 1686 y las andas serían algo posteriores. Las mismas, según detalló, concuerdan con el nuevo altar de San Esteban, al que ya se dotó de una hornacina para tener la imagen del Niño Jesús.
Llorente señaló que las andas son una delicadeza rococó, enmarcado en el mundo tardo-barroco europeo, «y aquí lo llamaríamos churrigueresco, pues son los Churrigueras los que imponen el barroco en Castilla de forma general». También señaló que la estructura ha aguantado muchos años «con algunos tropezones», hasta que hace unos diez años, cuando la carcoma ya era evidente, la Cofradía decidió realizar un tratamiento sobre la madera, que ayudó a su mantenimiento.
Fue el año pasado, en la reunión que la Cofradía realiza tradicionalmente el 6 de enero después de la procesión, cuando se decidió, dada la circunstancia de que la base estaba abierta, pedir un presupuesto que se aceptó. El coste de la restauración de las andas ha sido cercano a los 1.000 euros, que ha asumido la hermandad en su totalidad.
La Cofradía continúa comprometida con mantener la devoción al Niño Jesús y todo lo que conlleva en navidades la liturgia en torno a este Niño «que como se conoce está muy valorado en cuanto a tradición en Cuéllar», destacó Llorente, que recordó que en torno a esta imagen se desarrollan las procesiones «que son un hito del folklore religioso de Castilla, donde se desgranan las mejores piezas del folklore castellano al son de la dulzaina y el tambor, que acompañadas por el baile tradicional que ofrecen los propios hermanos del Niño Jesús», a la vez que reafirmó el compromiso de la Cofradía de mantener y mejorar estos actos y el ritual, siempre contando con la parroquia de San Miguel.
También informó de que la Cofradía ha colaborado con el Ayuntamiento en la mejora de las campanas de la iglesia de San Esteban, que ya se pueden voltear completamente y no se descarta actuar sobre la propia imagen del Niño que cuenta con pequeños deterioros, alguno de ellos en el rostro.
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