Segovia no quiere 'spidermans' en el Acueducto

La multitudinaria Media Maratón que está a la vuelta de la esquina, sí. El pregón y algún concierto de las Ferias y Fiestas de San Juan y San Pedro, también, aunque sean actos masivos. Y la Cabalgata de Reyes, por supuesto. Y así un acotado etcétera de acontecimientos populares que gozan de la autorización del Ayuntamiento de Segovia para ocupar las inmediaciones del Acueducto con su parafernalia, su despliegue de aparataje, su muchedumbre y sus decibelios controlados.

Son actos y eventos «con tradición», especifica la concejala de Patrimonio Histórico y Turismo de Segovia, Claudia de Santos, que continuarán teniendo al bimilenario monumento como telón de fondo o testigo de privilegio. Eso sí, siempre que cumplan con una serie de condiciones para no agredir al santo y seña del patrimonio universal de la ciudad.

El Plan de Gestión del Acueducto que firmaron después de muchos años de espera el Consistorio y la Junta de Castilla y León, hace caso y asume las recomendaciones que el Colegio de Arquitectos hizo constar en un documento de protección del bien y de su entorno. Sin embargo, su aplicación va despacio. Pero va, asegura la concejala.

Por ejemplo, el alejamiento del tráfico que actualmente soporta fundamentalmente la plaza de la Artillería, pero también las calles adyacentes de Ochoa Ondátegui, Almira, Cañuelos e incluso Padre Claret, tardará en ser una realidad, admite Claudia de Santos. «Esas medidas deben ir de la mano del Plan Especial de Áreas Históricas (Peahis), pero su horizonte es a más largo plazo», apostilla.

La concejala hace hincapié en que las labores de mantenimiento y conservación del Acueducto prosiguen. La protección es un deber convenido y contemplado en el documento de gestión. En este capítulo, el Ayuntamiento de la ciudad se ha puesto serio y ha reforzado la vigilancia que lleva a cabo la Policía Local para disuadir y evitar que la gente se suba a los monumentales sillares. La medida, confirmada por la alcaldesa, Clara Luquero, afecta tanto a la propia población segoviana como a los visitantes.

No solo el botellón

No es solo el botellón o las conductas incívicas y asiladas de algunos gamberros, sino que la alcaldesa también quiere acabar con la habitual estampa de los niños subidos de pie o sentados sobre el Acueducto, aupados por sus padres que les hacen la típica foto de recuerdo. «Es una falta de respeto», subraya Clara Luquero, aunque reconoce que estos comportamientos son «inconscientes» y no pueden compararse con algunos ataques vandálicos ejecutados con pintadas.

«El daño no es inmediato, pero puede ocasionar perjuicios a largo plazo por la constante erosión», deduce la regidora segoviana al justificar la prohibición de encaramarse y posar sobre el Acueducto para el álbum fotográfico de la visita a la ciudad.

Por otro lado, «me resisto a llenar de señales el entorno del monumento», añade la alcaldesa; de ahí que sean las patrullas de la Policía Local las que redoblen sus esfuerzos por hacer efectivas las normas que blindan el Acueducto de agresiones, ya sean malintencionadas o inocentes.

Luquero admite que es una tarea harto compleja porque «los agentes no pueden estar apostados las 24 horas del día en, por ejemplo, la plaza Día Sanz». Fue en este lugar donde una fotografía del reportero gráfico de El Norte de Castilla, Antonio de Torre, en la que se veía a unos jóvenes subidos a los sillares y bebiendo, activó la alerta de intensificar la protección del monumento.

El equipo de gobierno municipal no descarta incrementar los medios y recursos, agregó la alcaldesa. Mientras tanto, Luquero mantiene la política de permitir la celebración de espectáculos «muy tradicionales» y afirma que «todas las semanas se deniega alguna solicitud para un evento en el Acueducto».