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Miguel Ángel López
Domingo, 15 de junio 2014, 18:34
Fue, probablemente, Kyriacos, luego Ciríaco, Quirico y finalmente Quirce. La festividad del santo que es patrón y protector de los niños y de la Real Academia de Historia y Arte segoviana que lleva su nombre es el 16 de junio, aunque la institución cultural ha anticipado a este domingo la celebración con un reconocimiento agradecido a la colaboración del abogado Juan Antonio Gozalo de Apellániz y los hermanos Ángel y Jesús Serrano.
En un acto sencillo, en la iglesia de San Quirce que es la sede académica, su director, Antonio Ruiz, ha iniciado la «reunión de amigos» con una breve exposición sobre la evolución del nombre del santo en Castilla y en Francia antes de que adquiriese su morfología actual. Ha sido la introducción adecuada para explicar el principal motivo que convocaba a los académicos y al público: recibir a tres personas que «se han portado muy bien con la Academia».
El abogado Juan Antonio Gozalo de Apellániz ha recibido una reproducción del busto de Antonio Machado esculpido por Emiliano Barral, realizada en bronce por José María García Moro, por la colaboración prestada a la institución, y los hermanos Serrano, con un nombramiento en singular y un diploma para cada uno, el título de académicos honorarios de San Quirce «por toda la labor cultural que han hecho», según ha comentado Carlos Muñoz de Pablos, miembro de la junta directiva.
Vivencias
En su intervención, Ángel Serrano ha recordado que el próximo 30 de junio hará 14 años que la galería de arte de La Casa del Siglo XV está cerrada, desde la que él y su hermano Jesús trabajaron con la idea primordial de «ser constantes y creer en lo que hacíamos» y donde su vivencia estuvo «llena de amor y de creencia en Segovia y en los artistas para ser transmisores de su obra». Luego, Jesús ha agradecido la «generosidad del nombramiento», ha recordado a Luis Felipe de Peñalosa, visitante asiduo de la galería e impulsor en 1976 del diploma que la Academia de San Quirce les entregó para reconocer el trabajo que contribuía al conocimiento y difusión de las artes plásticas, una labor que, ha subrayado, ha contado «con el apoyo de nuestras esposas, Aurora y Carmen».
El letrado Gozalo de Apellániz, después, ha restado importancia a su trabajo en favor de la Academia: «He cumplido con mi obligación de segoviano, y tengo que querer por derecho propio a esta Academia. Lo que he hecho por ella es nada, con mis servicios como jurista me he limitado a hacerle lo que realmente necesita en algunas ocasiones».
Así ha finalizado el acto, y con la posterior invitación del director a compartir «un refrigerio frugal, en el sentido estricto de la palabra», en el Museo Rodera Robles.
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