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El grupo de niños, junto a la subdelegada del Gobierno de Salamanca. MARÍA SERNA

Las sonrisas del desierto de Tinduf

Una veintena de niños saharauis son recibidos en la Subdelegación del Gobierno

Eva Cañas / word

Salamanca

Sábado, 4 de agosto 2018, 13:02

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En los meses de julio y agosto se superan los 50 grados en los campamentos de refugiados de Tinduf. Sus casas de adobe no son el mejor refugio contra el calor. Los niños en ocasiones sufren patologías vinculadas a esas temperaturas y al polvo del desierto, como cataratas o tapones de arena en sus oídos.

Allí son felices junto a sus familias, acuden a la escuela, juegan al fútbol, pero en verano no tienen calidad de vida por el calor.

Así lo relataba ayer una de las madres salmantinas de acogido de uno de los niños saharauis, de Hana, de 12 años, que ha vivido la experiencia por segundo año consecutivo. Ella quiso que sus dos hijos, de 12 y 14 años vivieran la experiencia de compartir durante 60 días su día a día con un niño que proviene de otra cultura y condiciones de vida. «Además, donde comen dos comen tres, y han aprendido a valorar las cosas que tienen», apunta P. G.

El pequeño que tiene en acogida ayuda en las tareas del hogar, «y es muy responsable», y aunque es feliz en Salamanca, echa de menos a sus padres y a sus tres hermanos, que están en el campamento de refugiados. La despedida se producirá el próximo 29 de agosto, «pero aunque nos da pena porque no le volveremos a ver, ya que este es su último año por edad, sabemos que vuelve feliz de volver a encontrarse con los suyos».

Doce de los 25 niños que han sido acogidos este verano en el programa 'Vacaciones en Paz' en la provincia salmantina fueron recibidos ayer por la subdelegada del Gobierno, Encarnación Pérez, quién al dirigirse a los pequeños se emocionó en diversas ocasiones ya que hace unos meses tuvo la oportunidad de conocer los campamentos de refugiados de Tinduf en un viaje institucional de la Junta de Castilla y León.

«Conozco en primera persona la realidad del pueblo saharaui, y estuve allí unos días, donde el papel de la mujer es muy importante», relató ante los niños. En este sentido, reconoció estar muy comprometida con su causa, «con un pueblo que sigue luchando». Y también quiso agradecer la solidaridad de las familias que acogen a estos pequeños,«porque mantenemos con ellos las sinergias y la responsabilidad».

Su vida en Salamanca

Haid es una de las niñas saharauis que pasa sus vacaciones en Salamanca, y ayer hizo de portavoz de todos ellos en la Subdelegación del Gobierno. «Aquí lo pasamos bien, vamos a la piscina y jugamos mucho, las familias nos dan mucho cariño», añadía.

De su vida en el campamento de refugiados destaca el momento que viven cuando ayudan a colocar a las mujeres la melfa, «es algo muy importante», se trata del manto que llevan sobre sus cabezas ( de varios metros) y con el que también se protegen de las duras condiciones desierto.

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