Cumpleaños virtual de un enfermo salmantino de coronavirus

Aaunque ha habido momentos duros y de preocupación «sobre todo los días que respiras peor y no sabes qué va a pasar», Andrés Sánchez vive con paciencia y «mucha disciplina» desde hace casi un mes 'encerrado' en una habitación en la vivienda que comparte con su mujer, Monserrat Hernández, y sus dos hijos, de 11 y 17 años.

«Me ha costado mucho, pero todo es cuestión de mentalizarse, porque no hay otro remedio», afirma, aunque sí que reconoce que ha habido momentos en los que ha tenido «miedo». Afortunadamente, parece que por sus síntomas ya ha pasado la enfermedad, pero tiene que permanecer aislado hasta la semana que viene.

Este camionero salmantino trabaja en una empresa de Guijuelo y realiza viajes a Pamplona, el País Vasco, Logroño y Valencia. Posiblemente, fuera en uno de estos viajes donde se contagió. Su esposa explica que el 9 de marzo tuvo que viajar a Vitoria y el 11 a Valencia; y fue al regreso de este último lugar cuando comenzó a tener síntomas. «Se encontraba mal y tenía fiebre», explica Monserrat. Por eso, condujo hasta Guijuelo y allí dejó su camión, que también ha estado en cuarentena.

Ambos explican sus llamadas constantes mientras regresaba de Valencia al teléfono facilitado por la Junta. «Hice 147 llamadas hasta que me lo cogieron; y me tuvieron más de una hora en espera para decirme que no podían atenderme porque no era la persona afectada», explica su mujer. «Estábamos desesperados», por lo que tuvo que ir a Urgencias. Allí lo aislaron hasta la madrugada, que le hicieron pruebas; «estuve esperando porque no tenían EPIS», afirma Andrés. Después lo mandaron para casa y le explicaron las medidas a tomar en cuanto a medicamentos, desinfección, etc. El viernes 13 le confirmaron el positivo y desde entonces cada día lo ha llamado el médico para hacerle el seguimiento.

«La semana que viene podrá salir, pero nuestra preocupación es que no le van a hacer la prueba», por lo que seguirán «manteniendo las distancias».

Estar encerrado no es fácil, pero «hay que ser responsable y hacer un esfuerzo», apunta, y se considera con suerte por poder estar en casa y no ingresado.

Andrés se comunica con su mujer y sus hijos por teléfono. Así, a través de una viodeollamada, celebraron el jueves su 51 cumpleaños. Además los vecinos por las ventanas le cantaron el cumpleaños feliz; y eso «emociona».