«En COAG vemos incertidumbre en el sector ante la nueva pac»

Cortés ensalza la postura del sector agropecuario en la provincia en este momento, siendo la agricultura y la ganadería las que forman «la actividad principal y la número uno». De igual forma, recalca la utilidad de la feria de este año como una forma de mostrar «una imagen de modernidad, de que seguimos evolucionando y mejorando el sector, tanto en la exposición de ganado genéticas como en los últimos modelos de maquinaria».

En cuanto a la situación del sector en este momento, donde el resto de actividades económicas luchan a sol y sombra por recuperar lo perdido en el periodo anterior debido a la crisis provocada por la pandemia, el presidente responde «optimista». «Aunque la economía a nivel nacional lo esté pasando mal, la climatología ha acompañado a nuestro sector en la provincia de Salamanca. Los agricultores han tenido una buena campaña y los precios han acompañado». «No hemos sido el sector más afectado», indica haciendo comparación con otros sectores -como la hostelería o la restauración- que recibieron un corte absoluto debido al parón de la actividad ociosa. No obstante, la opinión del presidente también recoge la visión de cara al año que viene, ya que «el combustible está más caro y el abono también ha subido». Ante este incremento de gastos, Cortés señala que no queda otra que «el derecho a pataleo», donde cada uno tendrá que decidir hasta dónde invertir.

Durante las declaraciones a este medio, el presidente de COAG ha aprovechado para hacer ver la incertidumbre de los profesionales del campo respecto a las novedades de la PAC, centrando la atención sobre el ecoesquema al que se tendrán que adherir. Cortés muestra su descontento ante la actuación de las autoridades: «el ministro llega a cada provincia, dice lo que la gente de la zona quiere oír y se va2. Este comportamiento, 2solo causa incertidumbres, no tenemos claro cómo van a ser esos ecoesquemas y el compromiso que vamos a tener que adquirir», añade. En la misma línea, el ganadero también se resigna a afirmar que al hecho de tener una pérdida de rentas por la disminución del presupuesto en la PAC, se le suma el gasto añadido de «tener que seguir obligatoriamente un ecoesquema que supondrá un incremento de costes en la producción en caso de que, por ejemplo, si tenemos que hacer una rotación obligatoria o si no podemos combatir las malas hierbas por tener que producir con menos materias activas».

Por último, Cortés hace un llamamiento a la población y, más directamente, a las administraciones, para pedir que «no nos miren como a delincuentes por recibir ayudas. «Tenemos unas ayudas asignadas porque la gente quiere alimentos de calidad y a precios baratos. Poder mantener el medio ambiente y los pueblos supone un coste y si no llega vía precios tiene que llegar vía subvención», explica. Por ello, pide «dejen de mirarnos como si tiráramos de la teta de la administración, como si no tuviera importancia la labor que estamos realizando».