El Apostolado de Carretera suspende los actos de la fiesta de San Cristóbal
No se celebrará la eucaristía ni la tradicional bendición de vehículos que cada año tienen lugar en el día del patrono de los conductores
REDACCIÓN / WORD
Sábado, 20 de junio 2020, 17:39
Cada año, el Servicio diocesano de Apostolado en Carretera celebra la fiesta de San Cristóbal en julio, patrono de los conductores, y lo hace junto con la Asociación de Transportistas de Salamanca, con una eucaristía en el colegio de San Agustín de Salamanca y la bendición de vehículos al término de la misa, y que cada año congrega a numerosos colectivos y profesionales del volante.
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Pero este año ambas entidades han acordado suspender los actos festivos de San Cristóbal, «para evitar aglomeraciones que puedan favorecer los contagios del coronavirus», como indicó el director del Servicio diocesano de Apostolado en Carretera, David González.
También se han cancelado los actos que este servicio diocesano tenía previsto celebrar en Peñaranda de Bracamonte. «En este momento es necesario garantizar y preservar la salud pública», señaló, al tiempo que invitó a todos a encomendarse a San Cristóbal y orar por «todos los fallecidos, por todas las víctimas de la pandemia y sus familias».
El 5 de julio, coincidiendo con la fiesta de San Cristóbal, patrono de los conductores, se celebra la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico, este año con el lema 'El transporte y la movilidad: creadores de trabajo y contribución al bien común' (Jesús recorría pueblos y ciudades, Mt 9, 35).
Los obispos del Departamento de la Pastoral de la Carretera de la Conferencia Episcopal Española, que promueven esta jornada, han enviado un cordial saludo a todas las personas que están relacionadas con la movilidad humana y la seguridad vial.
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En su mensaje, invitan a «hacer el bien, a conducir con responsabilidad, sin prisas, pensando en los demás», a ser buenos conductore,s porque «conducir y conducir bien es un modo de ejercitar el sentido de responsabilidad y la caridad, es un acto moral».
Los prelados insisten que es necesario que «respetemos la normas de circulación, no por miedo, sino por convicción». Y animan «a no cejar en la educación vial a los niños y jóvenes de edad escolar, así como a concienciar a todos los conductores y peatones que, en buena parte, la seguridad vial depende de cada uno de nosotros, de cómo conducimos y nos comportamos».
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