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MARÍA JESÚS GUTIÉRREZ / WORD
Lunes, 18 de enero 2016, 12:52
El marrano de San Antón ya tiene dueño. Se trata de Isabel Maíllo Benito, de Miranda del Castañar, una mujer que había adquirido la papeleta premiada en Embutidos Fermín, empresa que desde hace más de 25 años dona cada año el cerdo que durante siete meses vaga por el municipio, siendo alimentado por vecinos y turistas.
La fiesta de la rifa del marrano de San Antón de La Alberca ha coincido este año con la festividad de San Antonio Abad -en otras ocasiones se había pasado al sábado más cercano a esta celebración- lo que hizo que el número de actos fuera ayer mayor, dando así más esplendor a esta tradición.
De esta forma, desde primeras horas de la mañana la Plaza Mayor de La Alberca se fue llenando de gente que pudo ver distintas representaciones ligadas a una matanza, desde una mujer haciendo morcillas o un grupo de ellas elaborando chorizos hasta un gran exposición de utensilios de matanza, entre otros, o profesiones típicas albercanas, como las turroneras, sin olvidar los zambulerios -columpios que se echaban en los días de matanza para entretener a los niños-. Junto a ellos la música tradicional a través de varios tamborileros y las danzas típicas. Éstos eran los primeros elementos de una fiesta que se alargaría hasta bien entrada la tarde y en la que no faltó ningún elemento.
Pero mientras tenían lugar estos actos en la Plaza, en la iglesia parroquial se celebraba la eucaristía propia de la festividad de San Antonio Abad, en la que tuvo lugar -como cada año- la Minerva, una procesión que se realiza en el interior del templo y en la que se lleva al Santísimo bajo palio y que significa el triunfo de la Iglesia cristina sobre la iglesia profana romana. Una misa concelebrada por tres curas y que contó, como no podía ser de otra forma, con los cánticos del coro local y la asistencia de los cofrades de San Antonio, que vestían capa charra.
A continuación, otro de los actos propios de esta fiesta como fue la bendición de animales, a la salida de la iglesia y en la que se dieron cita diferentes animales, predominando los perros, aunque también había niñas con sus tortugas esperando la bendición.
Cumplidos los actos religiosos, se pasó ya a la rifa del marrano y es que la madrina de este año, la presidenta de la Asociación Nacional de Esclerosis Tuberosa, Yolanda Palomo Castaño -agrupación a la que este año se ha destinado el dinero obtenido de la venta de papeletas- había asistido a la eucaristía.
Rifa
La rifa, como cada año, se llevó a cabo desde el balcón del Ayuntamiento, donde se encontraban los miembros de la Corporación municipal acompañados de diversas autoridades, arropando a la presidenta de la Asociación Nacional de Esclerosis Tuberosa y a su hijo, afectado por esta enfermedad.
El primero en tomar la palabra en este acto fue el alcalde, Miguel Ángel Luengo, quien dio la bienvenida a todos los asistentes y recordó que el día de la rifa del marrano era el fin de unos meses de convivencia con el cerdo. Asimismo, agradeció la colaboración de todos los que hacen posible esta gran fiesta.
Por su parte la presidenta de la asociación, Yolanda Palomo, agradeció el recibimiento que les habían dado, «sois gente maravillosa», señaló para pasar a agradecer a las autoridades el hecho de que el dinero de la rifa del marrano de San Antón fuera para la agrupación que preside. Mencionó al anterior alcalde, Jesús Pascual, quien se pusiera en contacto el año pasado con ella para ofrecerle esta colaboración, la cual prosiguió después el actual alcalde. También dio las gracias a Embutidos Fermin, en especial a «Paqui y Salem», que es la empresa que cada año dona el marrano.
A continuación pasó a hablar de la Asociación Nacional de Esclerosis Tuberosa, cuya existencia se remonta a hace 16 años y cuyo objetivo es darle calidad de vida a los enfermos y a sus familias. La esclerosis tuberosa es, como recordó, una de las llamadas enfermedades «raras», una enfermedad pediátrica que «a día de hoy no tiene cura», de ahí que el propósito de la asociación sea también la investigación de esta «enfermedad compleja y dura, que es incurable».
Por último deseó a todos los congregados ayer en la Plaza Mayor de La Alberca «salud, porque eso es lo más importante, y teniendo salud se puede tener trabajo» y todo lo demás. Y concluyó dando las gracias a todos por asistir, por comprar las papeletas y les pidió que disfrutaran del día y de la vida, porque «la vida son cuatro días que hay que disfrutar».
Así se dio paso a la rifa, siendo este año un niño la mano inocente que sacó la papeleta y que fue la número 4.297; una papeleta que según Yolanda Palomo podía estar en manos de algún miembro de la asociación que preside, puesto que habían vendido un total de 1.400 papeletas y ella tenía en ese momento en su poder la número 4.200. Finalmente, por la tarde, se supo que la agraciada era una mujer de Miranda de Castañar, pues en ese momento no se presentó.
Acabado el acto más protocolario llegó el momento de la degustación de diferentes productos del cerdo, así como también de patatas meneás, mientras se sacaba al protagonista de la jornada, el marrano de San Antón, que se paseó entre la gente, comiendo todo aquello que podía, para después salir a los alrededores de la Plaza.
De esta forma, un año más se cumplía con una tradición que ha pasado de generación en generación y que ha dado múltiples y curiosas imágenes que han dado la vuelta a todo el mundo y que han llevado el nombre de La Alberca a todos los países, de ahí la presencia todos los años de diversos extranjeros.
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