Un donativo para El Perrero

Si de acabar el año de forma curiosa se trata, probablemente Nava de Francia se lleva la palma gracias a la fiesta de El Perrero, una tradición de tipo petitoria que llena de actividad la mañana del 31 de diciembre, aunque la fiesta ya empieza el 30 por la noche, con una cena de confraternidad entre todos los vecinos que quieren participar.

Este año ha sido Marce Mateos el encargado de dar vida a este personaje, acompañado de Javier y Tomás Velasco en el papel de alguaciles. Para ellos la fecha era especial ya que corría el año 1990 cuando por primera vez asumieron estos roles, volviendo a repetirlo en 2010, por los 20 años, y ahora por los 25.

No habían dado las 08:00 horas del último día del año cuando Mateos empezó a tocar la campana de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario para ir despertando al pueblo y avisándoles de la inminente llegada de El Perrero. Seguidamente llegaron al templo sus alguaciles y fue allí donde se vivió la principal novedad de este año: tanto las varas adornadas con flores y que se estrenaban este año gracias a la donación de Palmi, una vecina del pueblo como el traje de El Perrero también renovado este año se dejaron el día anterior en la iglesia y allí mismo se vistió el personaje principal y tomaron mando de sus varas los alguaciles.

A partir de ese momento, y empezando por El Casarito para continuar por el núcleo de Nava de Francia, El Perrero fue pasando por todas las casas habitadas más que de costumbre por las fiestas navideñas, sacando a los más rezagados de la cama, persiguiendo a los niños y logrando que los más mayores se emocionaran. Y todo ello al ritmo del tamboril que marcaba Faustino Sánchez, de Doñinos de Salamanca.

Unas casas que un año más abrieron sus puertas para recibir a El Perrero y darle su donativo que fue entregado a la parroquia tras la eucaristía, así como también a todos aquellos, vecinos o forasteros, que quisieron disfrutar de esta especial fiesta.