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Reunión de los alumnos de guitarra con el profesor y director de la Escuela, Miguel Ángel Núñez, en un aula del Centro de Desarrollo Sociocultural.

El ritmo musical de Peñaranda

Más de 120 alumnos acuden a la Escuela Municipal de Música que acaba de iniciar el curso

Cecilia Hernández

Jueves, 22 de octubre 2015, 11:57

La Escuela Municipal de Música de Peñaranda de Bracamonte ha comenzado recientemente el nuevo curso, lleno una vez más de actividades y de alumnos. En torno a 120 personas de diferentes edades acuden a la escuela, situada en los sótanos del Centro de Desarrollo Sociocultural de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez y dirigida por Miguel Ángel Núñez. «Este curso sigue la tónica de otros años, tenemos prácticamente los mismos alumnos que participan en las actividades de la escuela ya sea en la práctica instrumental, en música y movimiento, música tradicional o musicoterapia», señala el director.

La escuela de música peñarandina ya está consolidada dentro de la oferta educativa y lúdica a la que se puede optar en la ciudad. Como destaca el director, es complicado conjugar para las familias los horarios de las diferentes actividades pero «al final todo se va asentando».

«Hay cuatro ejes que conforman la Escuela Municipal de Música», añade Núñez. Por un lado, el Taller de Iniciación Musical (TIM) para niños de entre cuatro y siete años en los que se trabaja un acercamiento al mundo de las armonías a través de juegos y movimiento. Otra sección es la de Formación Básica para Niños y para Adultos. Aquí las asignaturas que se dan son Lenguaje Musical, Informática Musical, Coro e Instrumentos. «Enseñamos batería y percusión, flauta travesera, clarinete, trompeta, trombón, saxofón, teclado moderno, piano y guitarra», desgrana Núñez. En total, nueve instrumentos que se reparten entre los alumnos peñarandinos.

Asimismo, señala el director, el tercer eje de la escuela es la Música Tradicional, a través de los cursos de Canto y Percusión y Bailes Tradicionales, que reúnen a un buen número de alumnos y que son subvencionados en parte por la Diputación de Salamanca.

Pero la novedad más esencial de este curso es la colaboración que se va a llevar a cabo con el centro ocupacional de Acopedis ofreciendo un taller de musicoterapia para sus alumnos. En las nuevas instalaciones de esta asociación en la urbanización de Los Chopos, un centro moderno y adaptado a las necesidades de la comarca, existe un aula destinada al trabajo con música, que ayuda a la estimulación sensorial de las personas con discapacidad.

Y es que los beneficios de la enseñanza musical son muchos. Miguel Ángel Núñez destaca que, por un lado, se crea en el alumno un hábito estable de estudio que les sirve para su formación educativa. Asimismo, estudiar música fomenta la socialización, ya que el alumno se siente parte de un todo, en especial en las agrupaciones. Aquí destacan especialmente las audiciones que cada año se realizan en la escuela, coincidiendo con las vacaciones de Navidad y de verano, esenciales para que «el alumno aprenda a enfrentarse al público y a conocer las técnicas necesarias para desenvolverse en el escenario».

«Los niños que empiezan con cuatro años en la escuela y pasan por los distintos niveles adquieren conocimientos musicales que, en algunos casos, les han servido para desarrollar una carrera profesional orientada al Conservatorio», apunta el director de la institución académica, en la que también han trabajado muchos de esos antiguos alumnos como profesores. «Y hay varios que actualmente trabajan en conservatorios».

Otros, en cambio, se han profesionalizado en grupos de música moderna. Así, apunta Núñez, «muchos de los chicos que hacen rock en Peñaranda pasaron por la escuela», mientras que otros alumnos se dedican al jazz y han formado parte de grupos y bandas de ese estilo musical. Incluso hay alumnos de la Escuela Municipal de Música de Peñaranda de Bracamonte que empezaron allí y han llegado a estudiar en escuelas reconocidas internacionalmente como el Berklee College of Music, en Boston.

Una trayectoria que da buena cuenta del arraigo de la escuela y de su importancia en la vida de generaciones de peñarandinos. «Cuando ves que actualmente en nuestra escuela tenemos alumnos que son hijos de padres que a su vez fueron alumnos, eso quiere decir algo», comenta Miguel Ángel Núñez, contento de haber dado clase a generación tras generación de niños y jóvenes no sólo de Peñaranda, sino también de la comarca.

Cabe resaltar que la escuela mantiene una activa página web, donde se pueden encontrar los vídeos de algunas clases magistrales celebradas en ella con reconocidos artistas del mundo del jazz. Además, es importante la presencia en redes sociales de la institución, que sirve de vía de comunicación y encuentro con esos antiguos alumnos repartidos, en ocasiones, por el mundo. El contacto no se pierde y las visitas a la escuela de los ahora profesionales de la música son habituales.

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