Doce establecimientos exprimen su ingenio en la final del Pincho de Oro

Un jurado compuesto por once expertos se reunieron ayer en la Escuela de Hostelería -Fonda de Veracruz- para degustar los doce pinchos que aspiran al galardón El pincho de oro. La tapa ganadora participará en el concurso nacional de pinchos y tapas que se celebrará en noviembre en Valladolid.

Los miembros del jurado reservarán el veredicto hasta el lunes, mientras tanto todos los salmantinos pueden saborear en los establecimientos que se han presentado al certamen, los pinchos que concursan y emitir su propio dictamen para ver si coincide con el de los expertos.

En esta edición, la cocina tradicional salmantina se mezcla con los aromas y sabores orientales.

La Cocina de Toño ha presentado una piruleta de solomillo ibérico mechada con tocino de jamón de bellota, sobre una crema de foie y una pera caramelizada al vinagre de Módena.

El restaurante Lili Cook se ha atrevido con un sandwich de cochinillo confitado, relleno de bacon y queso, sobre una salsa de ibérico y trufa con microbrotes y patatas fritas crujientes.

La cafetería Brocense 22 ha elaborado un carpaccio de bonito del norte con cebollino helado y sorbete de gin tonic. Se trata de un pincho sencillo que según su elaborador, Julio Jiménez, «es sencillo pero contiene todos los sabores: el acido del limón, lo salado del pescado y lo dulce del huevo hilado».

El bar de vinos y tapas Azogue Viejo ha presentado un taco de atún rojo en pijama de sésamo negro sobre melón asado, mahonesa de wasabi -es la denominada mostaza japonesa- y chutney -especias dulces y picantes originarias de India- y reducción de mango. «Se trata de un pincho que se come de dos bocados en que se aprecian todos los ingredientes. El atún, que es muy seco, se mezcla con la jugosidad del wasabi y del melón».

Las tapas de Gonzalo ha creado un Dim sum de farinato sobre una pasta de Gyoza -pasta china- cocida al vapor se pone el farinato guisado coronado por un puré de patatas. La base lleva una yema de huevo trufafo. Se come de un bocado y es un homenaje a los huevos rotos con farinato.

Los cocineros del restaurante Doze, Victor Martín y Jesús López, han concebido Urban Doze, una hamburguesa realizada con un pan chino relleno de un pollo japonés -tori karage-, con lechuga, cebolla y salsa de mahonesa de curri, otra de ajo negro y otra de aceite de albahaca. Se come de dos bocados, mezclando todas las salsas. El sabor que se percibe es picante con toques orientales.

El restaurante Montero sorprende con una patata crujiente que emulsiona con huevo y jamón.

Helio Flores del restaurante Los Álamos de Peñaranda de Bracamonte ha presentado Sombra aquí, sombra allá, un set de maquillaje completamente comestible donde la esponja es un bizcocho y el maquillaje una crema de carrillera.

El restaurante Xirex de Santa Marta ha creado un trampantojo Boletus Edulis. Parece un champiñón pero en realidad es una crema de patatas meneas sobre una vieira.

La Tentazion lleva un yogurt de gazpacho andaluz con pimiento amarillo, cebolla frita, jamón ibérico y brotes de cebolla. Se presenta por capas para imitar los yogures comerciales que llevan fruta.

El Corrillo ha elaborado un Langostino Punky, es una empanadilla hecha con langostino, por dentro lleva tubérculos ahumados con jengibre y por fuera una crepe de alga. Se sirve sobre una crema de gamba muy potente y aromatizada con cilantro.

La únicas condiciones de los organizadores es que todos los pinchos lleven algo amarillo y que su precio no supere 1,50 euros.

Por otro lado, los 28 establecimientos participantes al décimo tercer certamen de Pinchos de Salamanca, optan al galardón el Pincho Popular que será otorgado por el público. Los bares y restaurantes deberán mantener su propuesta hasta el día 15 de junio, las personas que degusten los pinchos podrán realizar sus votaciones a través de la página web de las asociación de Hostelería de Salamanca o depositando su voto en una urna instalada dicha asociación.