En su momento pasó desapercibido, quizá porque cuando se empezó a plantear la posibilidad de reiniciar el Campeonato Nacional de Liga había cosas infinitamente más importantes -y las sigue habiendo- en las que centrar la atención, quizá porque nadie pensaba que fuera a ser posible la rentrée, de modo que cualquier cosa que desde la Liga y la RFEF se dijera al respecto sería como escuchar música chill out en un local a pie de playa. Algo que acompaña, que ayuda a relajar, pero que no pasa de intrascendente para lo que se esté haciendo en ese momento; algo destinado a formar parte del baúl de los olvidos. El caso es que como por arte de magia, ahora lo ves, ahora no lo ves, dónde está la bolita y todo eso, los estamentos del fútbol han cambiado el reglamento de juego con el que se va a terminar el torneo liguero sin que nadie desde el club haya puesto objeciones.
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Además de las paradas para hidratación durante un partido de fútbol, una a mitad de cada periodo, desde la Liga se ha acordado que, en los partidos que restan, el número de sustituciones pase de tres a cinco. O, lo que es lo mismo y excluido el portero, la posibilidad de cambiar a medio equipo durante un mismo encuentro. Como en las pretemporadas pero con puntos en juego; como si fuera un amistoso en el 'Marbella Football Center' de San Pedro de Alcántara pero con el abismo del descenso a unos pocos pasos. Todo ello con una plantilla corta, confeccionada en enero bajo unos criterios técnicos y reglamentarios que nada tienen que ver con lo que va a ocurrir a partir de la semana que viene.
«No habrían venido a jugar aquí si no fueran unos primos». Diera la sensación de que Tebas, en una suerte de Henry Gondorf, se dirigió entre risas y en esos términos al Pucela. Al Real Valladolid, por primera vez desde que Ronaldo aterrizó en nuestra ciudad con todo su equipo, se le ha quedado la misma cara que aquellos a los que Paul Newman desplumó a base de trampas en la célebre partida de póker de 'El Golpe'. De nada sirve ahora levantar la voz, el club consintió el timo por silencio administrativo. Simplemente permítanme un consejo para la próxima vez que alguien intente algo parecido: Jesucristo dijo que todos seamos hermanos pero no primos.
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