La mejor cantera blanquivioleta está... en Laredo
La localidad cántabra ha aportado cinco jugadores al Real Valladolid
José Miguel Ortega
Valladolid
Domingo, 28 de enero 2024, 20:12
El Real Valladolid, sobre todo desde que llegaron Ramón Martínez y Santi Llorente para organizar el departamento técnico, ha cuidado con especial esmero a la cantera, que es la base del negocio de los equipos modestos para poder competir con los grandes invirtiendo mucho menos en fichajes. Las provincias cercanas de la región castellana y leonesas han aportado jugadores que llegaron gratis a las categorías inferiores blanquivioletas y rentaron pingües beneficios económicos después de haber aportado no pocos beneficios deportivos. Juan Carlos, Jorge, Minguela, Torrecilla, Landáburu, sin olvidar los talentos surgidos del propio ámbito vallisoletano: Eusebio, Fonseca, Borja, Díez, Gail, Sánchez Valles, Baraja…
Siempre se ha dicho que la localidad de La Seca es la que más ha aportado, pues tres chicos nacidos allí llegaron a jugar en el Pucela, especialmente Eusebio y Fonseca, ambos internacionales absolutos, sin olvidar a Recio, lateral izquierdo que hacía honor a su apellido y que, sin la clase de sus dos paisanos, les marcó el camino a ambos.
Sin embargo, el mejor caladero en que el Real Valladolid ha pescado a lo largo de su casi centenaria vida, es la localidad cántabra de Laredo, donde nacieron nada menos que cinco jugadores que vistieron los colores blanquivioletas.
El primero de ellos fue Apolinar Revuelta Salcines (24-1-1923), un extremo muy rápido –había sido campeón de los 100 metros lisos en Cantabria- que llegó a la plantilla vallisoletana en la temporada 1948-49, la del estreno del Pucela en primera división. El primer año no jugó mucho porque en su puesto estaba Rafa, pero cuando éste se lesionó, Revuelta fue titular indiscutible y pieza clave en el equipo que llegó a la final de Copa en 1950. En total, Poli Revuelta intervino en 46 partidos oficiales y marcó 16 goles, dejando un grato recuerdo tanto entre sus compañeros como en la afición. Falleció en 2010, con 87 años.
Titular indiscutible
El siguiente laredano en llegar al viejo estadio Zorrilla fue Francisco Docal Nates (7-12-1944), un delantero centro con mucho gol en sus botas que iba a ser traspasado al Atlético de Madrid y que gracias a una hábil estrategia de Antonio Alfonso, terminó fichando por el Real Valladolid en 1967, cuando el entonces presidente había hecho una apuesta por el ascenso a primeras división…que terminó como el rosario de la Aurora, descendiendo al abismo de la tercera.
Paco Docal estuvo aquí tres temporadas, totalizando 94 encuentros y marcando 37 goles. Fue titular indiscutible y máximo goleador en cada una de las tres campañas, de modo que nada se le puede objetar a su rendimiento a orillas del Pisuerga, independientemente del fiasco que supuso ver como un equipo con plantilla para el ascenso acabase descendiendo.
Tras su paso por el Real Valladolid probó en el fútbol mejicano jugando una temporada en el Oro de Guadalajara, fichando después por el Español, Hércules, Rácing de Santander y Deportivo Alavés, volviendo a sus orígenes al jugar un año en el Laredo, equipo del que después fue presidente.
Precisamente Paco Docal habló a los directivos de que tenía un hermano muy joven que jugaba en el Racing de Santander y que podía tener hueco en el conjunto vallisoletano. Juan Ramón Docal Nates (4-3-1949) llegó con 17 años para jugar inicialmente en el Europa Delicias la campaña 1969-70, pasando al primer equipo en la siguiente, permaneciendo en él siete temporadas, hasta 1977.
Defensa central con unas portentosas condiciones físicas se hizo dueño del puesto hasta convertirse en un puntal básico durante toda su etapa como jugador blanquivioleta. Disputó 237 encuentros oficiales, fue capitán del equipo y no fueron cuestiones deportivas las que esgrimió la junta directiva de Fernando Alonso para no renovarle el contrato. Fichó entonces por el Baracaldo, en segunda división, en cuyo equipo colgó las botas con treinta años. Actualmente vive en Barcelona.
Tras los hermanos Docal, el cuarto laredano en fichar por el Valladolid fue José Emilio Amavisca Gárate (19-6-971), un delantero de enorme talento a pesar de que su aspecto cuando llegó a Zorrilla era el de un joven muy delgado y con escasas posibilidades de abrirse camino en el mundo del futbol. Las dos primera temporadas, 1989-90 y 1990-91, fueron de adaptación y de crecimiento en el aspecto físico, alternando con actuaciones en el primer equipo y en el filial, hasta que en la siguiente campaña fue cedido al Lleida, en Segunda.
En el conjunto catalán explotó su enorme calidad, jugó 42 partidos y marcó 16 goles, siendo decisivo en el buen papel del equipo, que se quedó a las puertas del ascenso a primera. Amavisca fue la indiscutible figura el conjunto ilerdense y además debutó en la selección Sub-20 y fue titular en el equipo nacional que conquistó la medalla de oro olímpica en Barcelona 92. De regreso al Valladolid, jugó dos temporadas a un altísimo nivel, siendo traspasado al Real Madrid por 160 millones de pesetas, 125 en dinero y el fichaje de Torres Gómez, especialmente recomendado por Ramón Martínez, que fue valorado en 35 millones.
Además de un negocio redondo en lo económico, Amavisca dejó impronta de su calidad en los 90 partidos oficiales disputados, en los que marcó 26 tantos. Tras su paso por el Real Madrid, jugó en el Racing, Deportivo de La Coruña y Español, disputando además 15 encuentros con la selección nacional absoluta. Actualmente vive en Santander y es comentarista futbolístico de radio y televisión.
El quinto y último de los futbolistas nacidos en Laredo que han jugado en el Valladolid es Orlando Gutiérrez Callejo (18-3-1976), polivalente defensa que llegó al Promesas con 19 años y estuvo cuatro temporadas muy buenas antes de dar el salto al primer equipo, en el que jugó menos de lo deseado: 5 partidos en dos medias campañas. La competencia y las exigencias de la primera división fueron muy altas, aunque después ha mostrado una gran regularidad en numerosos equipos: Éibar, Hércules, Lleida, Castellón, Cartagena, Lorca, Pontevedra, Cultural Leonesa y Baracaldo. Se retiró del futbol con 35 años.
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