El espectacular zig zag a la Peña de Francia
Ruta de doce kilómetros de ascenso y descenso a la llamativa cima salmantina, coronada por el monasterio de los dominicos de Nuestra Señora de la Peña de Francia del siglo XV
La Peña de Francia, a casi 2.000 metros de altitud, es uno de los puntos geodésicos más espectaculares de Castilla y León. Desde su cima, coronada por un magnífico monasterio mariano de la orden de los dominicos, se puede cotemplar toda una comarca rica en naturaleza y patrimonio, que hace las delicias de todos los visitantes.
Muy accesible para todos los públicos, puesto que se puede llegar al complejo monacal por carretera, os proponemos una ruta de ascenso y descenso de doce kilómetros, muy sencilla y en la que podremos tomar un temtempie en el bar del monasterio y tener siempre la opción de coger en el coche ante la cercanía de la carretera que asciende a la Peña.
La ruta pertenece al municipio de El Cabaco, y pese a que vamos a detallar la de ascenso y descenso desde El Casarito, lo cierto es que si optamos por pasar un fin de semana en la zona debemos saber que tenemos múltiples de opciones para el senderismo o el deporte gracias al GR10 que une España y Portugal, con final en Lisboa.
Comenzamos y una buena opción es dejar el coche en El Casarito, y recorrer la primera parte en dirección a la Peña entre castaños centenarios y un paisaje muy enriquecedor. Nuestra ruta es El Cabaco-Nava de Francia-El Casarito.
Poco a poco, los castaños, que en otoño están espectaculares, dejan paso a los robles, y entre los árboles comienza a divisarse la Peña de Francia, enclavada en un conjunto rocoso que da que pensar. ¿Cómo fue la construcción del monasterio en el siglo XV en una zona tan agreste y que buena parte del año -en invierno- tiene nieve o es sacudida por las inclemencias?
Seguimos por el sendero pedregoso, perfectamente señalizado, con poco más de cinco kilómetros hasta la cima. Tras dejar atrás el robledal, tomamos una pista a la izquierda y llegamos al GR10 (kilómetro dos y medio).
Es en este momento donde la pendiente se eleva por el cortafuegos, quizá encontremos la parte más exigente desde un punto de vista físico. Ascendemos por el sendero que hace un zig-zag, similar a la forma que realiza la carretera hasta la Peña. Las subidas en 'Z' son uno de los encantos del ascenso y hacerlas en bicicleta, por ejemplo, son un aliciente para numerosos cicloturistas a lo largo del año.
Un par de cruces con la carretera y el ziz-zag continúa, con el aliciente de estar viendo la peña constantemente y la panorámica de la sierra de alrededor es impresionante, además el camino se vuelve un poquito más montañero antes de llegar a la zona del Vía Crucis.
El ascenso se mantiene, pese a que no hay fuertes pendientes, y el camino tras cinco kilómetros cruza un bonito mirador cerca del paso de los lobos, que nos permite ver todo el valle.
Vía Crucis final
La parte final de nuestro ascenso coincide con un vistoso Vía Crucis de 620 metros, y, eso sí, de unos 70 metros de desnivel positivo. El sendero camina junto a las cruces de penitencia, y también hay mucha gente que solo realiza esta parte desde la última curva de llegada al santuario mariano. Además, para escoger esta última parte también hay un cartel indicador con la ruta religiosa.
Una vez en la cima, es indispensable llegar hasta el final de la carretera para llegar hasta un mirador espectacular de 360 grados que nos permite ver todas las perspectivas y los puntos cardinales. Si no hay mucha gente, también es recomendable quedarse un poquito a respirar el aire puro serrano antes de emprender el regreso por el mismo recorrido.
Además, si nos hemos quedado sin fuerzas, siempre existe la posibilidad de la carretera y el coche para volver a El Cabaco.
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