El indie oculto

El público está realmente cansado de ver siempre a los mismos grupos en todos los festivales? ¿Qué porcentaje tiene interés por amortizar su bono del festival saboreando algo más que un cabeza de cartel? Mientras el universo se divide en torno a estas dos incógnitas, hay algún que otro aislado caso de festival que prefiere atajar a contracorriente. Por cierto, este es un método que siempre ha servido de base para algunos proyectos longevos.

En el Carmencita Festival que hoy se celebra en la localidad de Veguellina de Órbigo (León) no verás, por el momento, ni a Vetusta Morla ni a Love of Lesbian ni a Izal. Sus organizadores lo tienen claro. Sus planteamientos se centran en ese otro indie que no tira de padrino y que, por tanto, no está en todos los menús de los festivales por obra y gracia.

Claro que, por otra parte, este pequeño festival leonés no tiene ánimo de lucro y se celebra con entrada libre. No hay negocio. Así que los riesgos de no encadenarse a nombres con garantías de popularidad hacen que, por fin, tengamos en la escena independiente un festival de verano con nombres por descubrir. «El indie en España es algo muy rico», dicen sus organizadores.

«Hay muchos grupos que merecen la pena y que no logran entrar en los festivales porque son cotos vedados solo para algunos cazadores Los festivales parecen franquicias en general. En ese sentido, nosotros somos unos románticos».

Cinco nombres

Juventud Juché, Will Spector y los Fatus, Teletransportarse a Soria, Cosmen Adelaida y Sangre son los cinco grupos que pasarán desde las nueve y media de la noche hasta pasada la madrugada por la Plaza de España.

Cosmen Adelaida es uno de los grupos más conocidos del cartel. Proceden de Madrid y su propuesta engloba influencias de gente como Yo la tengo, Golpes Bajos y La Mode entre otros. Tiran de clásicos de los 80 y los 90 y actualmente presentan La foto fantasma, un trabajo editado por El Genio Equivocado.

Más obsesivo es el sonido de Juventud Juché. Pura adrenalina que recuerda a formaciones como Killing Joke o PIL, solo que con tratamientos musicales más básicos. Y si hablamos de agitación, los barceloneses Will Spector y Los Fatus no se quedan cortos. Rock sintetizado con dosis de punk-pop y algo de actitud psicodélica de la era Manchester. Prometen guerra hoy en el Carmencita.

De Madrid procede Sangre, formación de chicas caracterizada por su sonido volátil con efectos de modulación bastante ochenteros. En letras como Democracia retratan con sarcasmo el aquí y ahora, cosa que les hace grandes en una escena, que suele tirar de vanalidades o de excesos de introspección.

Teletransportarse a Soria es, por último, otro de los grupos que actúa en Carmencita. Surrealismo y crudeza a cargo de un dúo que pone la nota más personal al cartel. Teresa Rabal y Camisa fantasma son los títulos de algunas de sus canciones.

Aire de verbena

Aparte de los contenidos propiamente musicales, el Carmencita Festival destaca por ofrecer un ambiente más cercano a lo popular que a lo sofisticado. Camino Román es una de las organizadoras del certamen. Según ella, «nuestro festival tiene aire de verbena de pueblo, el ambiente es relajado, y eso es increíble. Aunque lo más importante para nosotros es la música. Casi todos los asistentes repiten y eso quiere decir que la experiencia es buena. Suena mal que lo digamos nosotros, pero nuestro festival y nuestro pueblo son únicos».

Para Camino, la trayectoria del Carmencita hasta la fecha ha sido más que positiva. «Ha tenido un buena aceptación por parte del público y por parte de los grupos», dice. «Ver que gente de todas las edades puede disfrutar de un grupo como Rosvita o Atención Tsunami, te deja un muy buen sabor de boca».

Entre los próximos objetivos, la organizadora y sus compañeros tienen un montón de nombres a los que les gustaría traer en próximas ediciones. «Nos encantaría programar a Cuello, Unicornibot, Gúdar, Murciano Total, Macarena FVO, Sagrado Corazón de Jesús». ¿Que si les gustaría seguir la onda marcada este año por el Sonorama y traer algún día a un clásico vintage como Raphael? «Pues si te decimos la verdad, no», sostiene Camino con una negativa en mayúsculas. «No nos interesa ese tipo de publicidad fácil. Aunque consideramos a Raphael un gran artista».