La villa a la que regresan los aguiluchos por el verano

Lince' es un aguilucho cenizo que fue marcado con un localizador por satélite un poco antes del verano del año pasado en los entornos de la localidad de Osorno la Mayor y después emigró, como cada año, hasta tierras más calientes de África para pasar los meses más fríos del invierno. A pesar del nombre, 'Lince' es una hembra. En abril, los aguiluchos cenizos comenzaron el regreso hacia el norte desde suelo africano y con ellos 'Lince' el osornés, que regresa para ver desde el cielos las características de este municipio, desde el pequeño castillo de Las Cabañas de Castilla, nombre paradójico de una de las localidades del término hasta los recientes descubrimientos de Dessobriga, la mansión romana que dio nombre a la ciudad o también, los restos de un dolmen, el único hasta ahora hallado en tierras palentinas. Parte del pasado de un pueblo que ahora mira hacia el futuro.

El de La Velilla, bien señalizado, y la importante mansión romana de Dessobriga son parte de la historia y el patrimonio de una villa repleta de retazos del tiempo, como la Plaza Mayor, donde se ubica uno de los edificios de arquitectura civil más bellos de la provincia, que ejerce como Casa Consistorial y que fue conocido como Palacio de los Hierro, pues fue esta familia quien encargó su edificación, allá por el siglo XVII.

No lejos de esta escalonada y particular plaza de Osorno, se localiza la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, que aunque es un edificio gótico, claramente construido sobre otro anterior románico. Dentro destacan los escudos nobiliarios de los condes de Osorno, su órgano barroco, un calvario gótico sobre el retablo mayor, su pila bautismal románica figurada, varios retablos barrocos y neoclásicos, y la imagen también románica de la Virgen de Ronte, de gran devoción en la comarca. Cuenta la tradición que talla, la más pequeñita, nació del tronco de una higuerita.

Aún en el casco urbano de la villa podremos admirar la ermita humilladero de la Piedad, que conserva un buen conjunto escultórico con esta representación y un mejor artesonado mudéjar que la protege.

Hoy Osorno luce una larga lista de lugares para la visita, el primero el yacimiento aún en excavación de Dessobriga, con más de 24 hectáreas de extensión y que cubre una cronología que va desde la primera y segunda Edad del Hierro, hasta finales de imperio romano. Las últimas prospecciones hablan de importantes sistemas defensivos de época prerromana, de trazas de urbanismo y edificios públicos que articulan de una ciudad romana de notable importancia.

El puente sobre el río Valdavia fue construido en 1538 a las órdenes del maestro cantero cántabro Juan de la Cuesta, quien trabaja junto con Hernando del Río en las obras del puente sobre el río Valdavia, continuándolas en 1592, a partir de ese punto el río puede denominarse también como Abánades y en su curso nos encontramos con el Acueducto de Abánades, o puente del Rey, una obra de mampostería del siglo XVIII que salva el Canal de Castilla a su paso por el río Valdavia. Se encuentra a mitad de camino entre Osorno y la localidad, ya burgalesa de Melgar de Fernamental.

En Osorno también nos encontramos con la ermita de San Carlos, hoy unas ruinas junto al Canal de Castilla y junto al propio Río Valdavia. Este pequeño espacio sirvió de refugio de los archivos parroquiales de Osorno durante la guerra contra Francia, a comienzos del siglo XIX.

La ermita de San Pantaleón, cuya fiesta se celebra el 27 de julio, está ubicada en la antigua carretera N-120, pasado el puente del Río Valdavia y por supuesto, la ermita de Ronte, ubicada junto al río Boedo y santuario de la patrona del pueblo. Por la villa no solo pasa el Canal de Castilla y también la línea ferroviaria camino de Cantabria, además es paso del Camino Lebaniego Castellano y de un tramo del Camino de Santiago a través de la Vía Aquitana. Pero antes que los humanos, eran los aguiluchos, como 'Lince' los que habían descubierto una ruta a través del aire para disfrutar de Osorno en el verano.