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Almudena Álvarez
Palencia
Martes, 13 de diciembre 2022, 00:07
La memoria del poeta palentino José María Fernández Nieto reunió este lunes en el Casino de Palencia a familiares, amigos, farmacéuticos, poetas y autoridades –entre ... ellas el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, sobrino del escritor–. Allí se presentó el libro 'Encuentros con José María Fernández Nieto' impulsado por el Colegio de Farmacéuticos que se acerca a la figura y memoria del Premio Castilla y León de las Letras 2011, a través de los ojos de amigos, colegas y familiares y de una selección de poemas realizada por su hija Sari Fernández Perandones.
Ella, «muy acostumbrada a tener a su padre presente en el día a día», pronunció las palabras más emotivas del acto en el que se presentó «un libro hermoso» porque recoge el cariño de todos los que han participado en él, desde la admiración personal, la amistad y el reconocimiento a un poeta consagrado que «dejó un rastro de versos, profesionalidad y bonhomía». Recordó su hija cómo la dedicación a la Farmacia le llegó a Fernández Nieto el día que una bala maldita se llevó a su padre, el 19 de julio de 1936, lo que cambió el rumbo de su vida e hizo que en su rebotica convivieran «el servicio al paciente y la poesía».
Con nostalgia rememoró el sonido de la máquina de escribir, la mirada «siempre envuelta en la poesía», y una casa «siempre en movimiento», abierta a poetas, pintores y filósofos, entre los que citó a «su medio hermano» Marcelino García Velasco, a Carlos Urueña, Fernando Zamora o Andrés Quintanilla. Habló de una familia «musical y cantarina» y recordó la unión fraternal «profunda y única» con su hermano Marcelo, padre del presidente de la Junta, con el que «en cualquier momento hacía un coro porque cada uno tenía ocho hijos».
Perló su intervención con versos de su padre y subrayó la bondad de un hombre que vivió la vida siempre a favor. «Mi padre fue un hombre que vivió a favor la vida, así le siento», sostuvo. De ahí su templanza, su actitud, y la inteligencia con la que enseñó a sus hijos que «la bondad es ir a favor, no en contra, es amar la vida a pesar de las piedras, es perdonar, valorar más las virtudes que los defectos. Ser definitivamente humano», resumió su hija.
«Como vivía a favor, nunca se quejaba, porque veía la parte positiva de las cosas», continuó Sari Fernández que habló de un hombre amable, discreto y conciliador que supo poner «gotas de miel a la vida», que fue sabio en el conocimiento del ser humano y sus contradicciones y que dejó testimonio de las suyas en el 'Autorretrato'.
De igual forma se refirieron a Fernández Nieto algunos de los colaboradores del libro, Carmen Casado Linarejos, que subrayó la mirada generosa que se aprecia en todas sus lecturas; Miguel de Santiago que le llevó sus primeros poemas a la rebotica de la Calle Mayor en 1965; Álvaro García que habló en nombre de su padre Marcelino García Velasco; el farmacéutico Emilio Rodríguez Barbero, como coordinador de la publicación ,y Alfonso Fernández Mañueco que deja unas palabras en el libro y el recuerdo del poema más especial para su familia, 'El futuro del amor'.
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