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Sinesio sopla las velas de su cumpleaños en su casa de Pino del Río. NORTE
«Pensé que tendría que pasar mi cumpleaños solo y en el hospital»

«Pensé que tendría que pasar mi cumpleaños solo y en el hospital»

Superar la covid ·

Tras su ingreso por neumonía, Sinesio Vega ha logrado volver a casa en Pino del Río para celebrar sus 96 años aunque no lo ha podido hacer con toda la familia

Viernes, 29 de enero 2021, 07:16

«Este bicho no me va a impedir cumplir 96 años», dijo Sinesio Vega cuando se enteró de que estaba contagiado. Y no lo ha hecho. Este miércoles los cumplió. Sin tarta gigante, sin decenas de invitados y sin tantas risas y juegos. Sin poder juntar a hijos, nietos, bisnietos y tataranietos. Pero los cumplió, como dijo. Desde las nueve de la mañana no pudo separarse del teléfono, entre llamadas y videollamadas. Hasta conoció a Darío, su último bisnieto, a través de la pantalla del móvil. Y es que el nuevo miembro nació cuando estaba Sinesio y tres miembros más de la familia aislados por covid. Su pueblo, Pino del Río, tuvo hace unas semanas un brote en la zona, por el que Sinesio tuvo que ser finalmente ingresado en el Hospital Río Carrión.

Justo cuando le dieron el alta por coronavirus, comenzó con fiebre y el lunes 18, después de que le vieran principio de neumonía en el centro de salud de Saldaña, le trasladaron en ambulancia al complejo palentino. «Cuando me dijeron que me llevaban a Palencia, pensé que no podría celebrar el cumpleaños en casa y que lo tendría que pasar en el hospital, sin mi familia. Me mandaron a mí solo en la ambulancia a las doce de la noche. Primero me metieron en la planta séptima y allí estuve hasta las cinco de la mañana, que me subieron a la undécima. Eso sí, me han tratado como un rey», afirma. El primer día tuvo alguna décima, pero después ya estuvo sin fiebre. «Me dijo el médico que era el más viejo de la planta y el que mejor estaba. A los tres días ya me mandaron de nuevo para casa», añade, quitando hierro a su ingreso. Si recibió el alta el jueves, al día siguiente ya estaba leyendo El Norte de Castilla, como hace todas las mañanas antes de comer.

Así que finalmente ha podido celebrar su cumpleaños en su casa, en su pueblo, en Pino del Río, y con su familia, aunque con distancia, mascarilla o videollamadas. «Si esto no es un cumpleaños ni es nada, me decía el pobre cuando se levantó», relata su hija Mari Carmen. Y es que la tradición familiar es que el sábado posterior al 27 de enero, día que nació Sinesio, se celebra, pero se celebra por todo lo alto. Se pone toda la familia en cómo y dónde de acuerdo a través del 'whatsapp'.

Sinesio y su hijo Fernando con Maty. NORTE

«El año pasado nos juntamos 55 personas en el local de las antiguas escuelas del colegio, que lo ha arreglado mi hermano y tiene capacidad para cien personas sentadas. Hicimos unas paellas y estuvimos allí todo el día, nos fuimos por la mañana y ya comimos y cenamos. Toda la familia allí todo el día juntos y los pequeños jugando», rememora su hija con melancolía. Otras veces lo celebraban en algún restaurante o incluso en el salón de casa, con tamaño para muchos invitados.

Dos fechas tienen marcadas en el calendario, una es el cumpleaños, de eso no hay duda. Y la otra es la fiesta del pueblo, la Virgen del Nido, que suele ser el primer domingo de julio. Esos dos días son sagrados para reunirse el máximo número de familiares y celebrarlo todos juntos. Aunque, de momento, todas las celebraciones estén paradas por la covid.

Con oxígeno

A pesar de que estaba muy cansado, con tantas llamadas y felicitaciones, Sinesio no quería irse pronto a la cama. «Para qué me voy a acostar, si duermo muy mal», decía. Y es que para que fortalezca los pulmones tras la neumonía, tiene que estar con oxígeno 16 horas al día. No es para siempre, solo tendrá que hacerlo unos días. «Duermo mal con el oxígeno puesto, la verdad. Como tengo la nariz tapada con ese aparato que me tengo que poner, pues me molesta mucho. Yo estoy mejor sin los chismes estos, si es que respiro mejor sin ellos», afirma con naturalidad.

A sus 96 ha podido con 'el bicho', como él lo llama, y ya puede contárselo a sus tataranietos, con ingreso en el hospital incluido. Eso sí, tendrá que espera al año que viene para celebrar su cumpleaños por todo lo alto con su familia y con una gran tarta.

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