Borrar
Luisa Guardo en su taller, frente a un telar. Ical

La magia de un telar muy vivo en Santa Cecilia del Alcor

El taller Ídem de Lienzo, dirigido por Luisa Guardo, crea piezas únicas que entrelazan tradición, sostenibilidad y memorias familiares

J. G. P.-Ical

Martes, 8 de julio 2025, 07:13

Comenta

En un rincón de Santa Cecilia del Alcor, el sonido rítmico de un telar de bajo lizo resuena como un eco del pasado. Es el latido del taller de Luisa Guardo Cruz, donde nace Ídem de Lienzo, un proyecto que no solo teje hilos, sino historias, memorias y un compromiso profundo con la sostenibilidad y la tradición textil. Desde una antigua tejavana rehabilitada, crea pañuelos, chales, ponchos y bolsos que son piezas únicas que llevan impresa su pasión, su herencia familiar y una conexión íntima con la naturaleza.

Es la heredera de un oficio que comenzó a gestarse en su infancia. A los siete años, acompañó a su madre, Concha Cruz, a un encuentro textil en Besalú, Girona. Allí, entre madejas de lana teñidas con colores extraídos de la tierra, descubrió un mundo que la cautivó. Aquella experiencia marcó el inicio de una vida dedicada a la artesanía textil.

La historia de Ídem de Lienzo es inseparable de la de Concha Cruz, fundadora del proyecto en 1985. Comenzó a tejer en 1983, cuando Luisa Guardo era apenas una niña. «Mi madre es mi gran pilar, mi mentora, mi maestra», dice con emoción. En su hogar, el arte estaba en todas partes, ya que su padre era un ceramista que evolucionó hacia la escultura y la acuarela.

Fibras teñidas por ella de forma natural. Ical

A los 22 años, tras finalizar sus estudios de Magisterio, se unió al taller familiar, Cruzes Textiles e Ídem de Lienzo, donde perfeccionó el arte del telar de bajo lizo y los tintes naturales. Durante esa etapa dorada, la familia participó en ferias internacionales y colaboró con grandes marcas como El Corte Inglés y Piamonte. Sin embargo, la crisis de 2008 golpeó con fuerza, y el negocio familiar no pudo superarla. Fue un momento de quiebre, pero también de reinvención. En 2019, decidió relanzar Ídem de Lienzo como diseñadora independiente, manteniendo viva la esencia de la marca familiar. «Quise conservar Ídem de Lienzo por mi madre y por mi tía Rosa», afirma.

Ha sido seleccionada para el programa de Empresas Artesanas de la Moda, en el que 30 talleres reciben herramientas para crecer

El taller, donde antaño se guardaba el grano, es un espacio diáfano y luminoso que refleja su conexión con la tierra. «Soy muy de campo. Me gusta salir a pasear, observar la naturaleza, las plantas tintóreas, los encinares, las piscinas naturales. Es un escondite bellísimo dentro de Tierra de Campos».

Cada pieza se elabora con un proceso lento y consciente, desde la selección de fibras nobles —como lanas merinas, alpacas, cachemiras, seda natural, lino o bambú— hasta el tejido en el telar manual. «Cada prenda es una obra única. La energía que pongo en cada momento se reflejan en el resultado final. Es como si cada día que te levantas, tu estado de ánimo se trasladara al tejido», reconoce.

Ídem de Lienzo se sustenta en tres pilares fundamentales: artesanía consciente, fibras nobles y diseño atemporal. Y su trabajo trasciende fronteras, ya que ha sido reconocido en eventos nacionales e internacionales. Ha sido seleccionada para participar en el programa de acompañamiento de Empresas Artesanas de la Moda, donde 30 talleres reciben herramientas empresariales para crecer. Además, Ídem de Lienzo ha sido elegido por la Fundación Michelangelo para formar parte de Homo Faber, una plataformaeuropea que celebra la artesanía de excelencia. Y es que sus piezas han desfilado en eventos como el Textile Fest de Barcelona y han sido exhibidas en exposiciones como El Ciclo de la Vida.

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla La magia de un telar muy vivo en Santa Cecilia del Alcor

La magia de un telar muy vivo en Santa Cecilia del Alcor