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Juan Diego Botto Rota despegó en los noventa. Triunfó de la mano de aquel chaval de vuelta y media de todo que encarnó para 'Historias ... del Kronen' y se quedó para siempre en las pantallas del cine español. A sus espaldas cuenta títulos como 'Silencio en la nieve' (2011) o 'Los europeos' (2020), por la que ha estado nominado a los Goya como mejor actor de reparto. También intercala apariciones en series como la estadounidense 'Buena conducta' (2016) o la última creación de Álex Pina, 'White Lines', y no se ha alejado del teatro. Actúa, escribe y dirige. Con la obra 'Un trozo invisible de este mundo' ganó dos premios Max, dirigido por Sergio Peris-Mencheta, y ahora repiten la combinación. A Palencia, Botto llega hoy como intérprete y dramaturgo, con una intimista mirada sobre Lorca en 'Una noche sin luna'.
-Empezó a leer a Lorca con 13 años. ¿En qué aspectos de la actualidad sigue vivo?
-Lorca sigue vivo en casi todos los aspectos. Como poeta y como dramaturgo habla del amor o de la soledad; describe la sociedad en la que vivimos, ese desgarro del mundo mercantilista. También habla de la necesidad de encontrar un lugar afectivo propio o de la realidad de la mujer. Su obra sigue estando muy vigente, muy pocos supieron describir con tanta hondura y belleza la realidad social de la España que les tocó vivir. Más allá de eso, él vivió en unos años 20 y 30 muy complicados, que tenían mucho de encrucijada y de cruce de caminos. Tomó una serie de decisiones y adquirió una serie de compromisos estéticos, sociales, políticos y literarios que terminaron llevándole a ser fusilado ese 18 de agosto de 1936.
-¿Se parecen aquellos años 20 a los de este siglo?
-Sin duda, nuestro mundo ha cambiado. Las certezas que teníamos hasta la crisis y hasta 2011 han desaparecido. La aparente tranquilidad que había ya no está. Ni en España, ni en el mundo. Que emerjan radicalismos y que asomen la cabeza fenómenos como la ultraderecha recuerda esos momentos de cambios que a él le tocó vivir, salvando todas las distancias.
-¿Hubo alguna obra, poema o detalle de él que le inspirase de manera especial?
-Tengo mis favoritos. Me entusiasman tres poemas de Poeta en Nueva York llamados 'El grito hacia Roma', 'Iglesia abandonada' y 'La aurora de Nueva York'; pero también un conmovedor monólogo sobre la mujer, la esperanza y el amor en el tercer acto de 'Doña Rosita la soltera', o el 'Romance de la Guardia Civil'. Sin embargo, la lista podría ser infinita, hay mucho material. Me di cuenta de que merecía la pena hacer una obra original, y no un recital, para hablar también de ese eco en el que se convirtió la vida de Federico García Lorca.
-Repite binomio con Sergio Peris-Mencheta… ¿qué le parece importante a la hora de trabajar con alguien?
-En el caso de Sergio es evidente que la experiencia fue muy positiva. Me parece un director con un enorme talento y con una gran capacidad para comprender las historias que yo escribo. También entra el sentido del humor: yo soy bastante intenso y él es un hombre más juguetón, así que creo que ahí nos complementamos muy bien. En general, yo creo que la confianza es el factor fundamental a la hora de trabajar con alguien, y yo confío plenamente en el criterio de Sergio.
-¿Qué retos está suponiendo la pandemia para la gira? ¿Y para la cultura en general?
-Para la gira, el primer reto es la limitación de los aforos. Es extraño estar en un teatro con la mitad de la gente y que lleva la mascarilla. Eso tiene además consecuencias en las compañías, muchas no están pudiendo trabajar y eso está siendo un golpe muy duro en un sector que ya era inestable y frágil. Cuando pase todo esto veremos cuántas salas y cuántas compañías quedan en pie.
-¿Cambia la presencia de la covid su forma de mirar el mundo o las sensaciones sobre las tablas?
-Sí. Tengo esa necesidad de reencontrarnos y de tener experiencias comunes. Creo que todos la sentimos, y que también los espectadores disfrutan mucho de estos encuentros. Exprimen esa hora y cuarenta minutos más que normalmente, porque al final es algo que se disfruta con otros. No es lo mismo reírte tú solo que sentirte acompañado por la risa de más personas.
-Una vez reconoció que tuvo una juventud 'politizada'. ¿Ahora qué asunto político o social le parece más prioritario?
-Desgraciadamente, para mí la prioridad no ha cambiado en los últimos diez, quince o sesenta años, sigue siendo la desigualdad. Muy pocas personas tienen muchísimo y muchísimas personas no tienen casi nada, y ese sigue siendo para mí el principal problema. Con la pandemia lo estamos viendo: la inmensa mayoría ha perdido poder adquisitivo, los bancos de alimentos están saturados y, sin embargo, las grandes fortunas son cada vez más grandes. Es algo insostenible desde el punto de vista humano y desde el ecológico. Este problema lo recorre todo, porque la desigualdad en el reparto de los recursos tiene que ver con la organización de nuestra sociedad, y exigiría cambiar estructuras muy asentadas en nosotros.
-¿Cree que la llegada de las plataformas de 'streaming' ha dinamitado ese escenario tradicional compuesto de cine, teatro y televisión?
-Sí, sin duda, nada es como antes, veremos si para bien o para mal. De momento, las plataformas, por lo menos en nuestro país, generan trabajo, eso es incuestionable. Luego también es verdad que eso repercute en las salas de cine, porque hay trabajos que se pierden por ahí, o tipos de película que no encajan en lo que suelen producir estas plataformas y que al perder espacio en salas tienden a desaparecer. La película de autor es lo que ha caracterizado a nuestro país y ahora mismo tiene muchas más dificultades para encontrar producción y distribución.
-¿Con qué papel de los que ha interpretado se quedaría?
-Bueno, uno le va cogiendo cariño a casi todos los personajes. Los del principio ocupan un lugar importante, por lo que significaron para el principio de mi carrera, así que le tengo mucho cariño al de 'Martín Hache' y al personaje de 'Historias del Kronen', porque fue mi primer papel protagonista y conocí al excelente Montxo Armendáriz. Pero también quiero a los personajes que he hecho con Víctor García León, con los que disfruté mucho del proceso creativo. A los últimos también los destacaría, porque uno los tiene recientes. Por ejemplo, lo que acabo de hacer con Pau Freixas, una serie muy enriquecedora que se va a llamar 'Todos mienten', o el papel de 'Los europeos'.
-¿Qué se puede contar de la película que va a dirigir?
-Será una historia con la estructura de un thriller, pero con trasfondo social. En 24 horas, tres personajes tienen que resolver una cuestión que puede cambiarles la vida para siempre. He tenido la inmensa suerte de contar con Luis Tosar y con Penélope Cruz. Empezaremos a rodar a finales de verano, así que siento la emoción de emprender algo que no he hecho nunca, dirigir un largo.
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