La covid hostiga a los palentinos en el mundo

Después de muchos meses y cuando todo parecía que la pandemia iba a remitir tras la vacunación, ha aparecido la variante Omicron, mucho más contagiosa que las anteriores, pero afortunadamente menos peligrosa que sus antecesoras. Una situación que ha puesto en estado de alarma a las autoridades de medio mundo, que pronto se han puesto a decretar medidas para intentar frenar la pandemia.

En cifras totales, más de 320 millones de personas han sido contagiadas en todo el mundo. De ellas, más de cinco millones y medio han perdido la vida. Países y cifras que no son ajenas a los palentinos, menos a los que viven lejos de la ciudad, aunque han podido regresar unos días gracias a las Navidades. Diana Ramón, profesora en Escocia; Beatriz Santos, periodista y dependienta en Londres; Beatriz Rivera, enfermera en Alemania; José María Estébanez, ingeniero en Estados Unidos; y Omid Etemad, palentino destinado a Rusia como fisioterapeuta del CSKA de Moscú relatan cómo están viviendo la pandemia en su sexta ola y cómo ha afectado tanto a los países donde residen como en la manera de poder viajar a España.

La palentina Diana Ramón viajaba estas navidades hasta Palencia desde Glasgow (Escocia), su ciudad de adopción desde hace más de nueve años. La idea de pasar unos días junto a sus seres queridos pudo sobre el miedo a la pandemia y esta profesora decidía volver hasta la capital palentina. «Me ha resultado un poco estresante estar todo el día con la mascarilla ya que en Escocia no es obligatoria», explica. «A la hora de viajar ha sido más sencillo que otras veces ya que aunque no me pidieron PCR para ir, si me pidieron tener la pauta completa de vacunación. Si no tienes las dos vacunas es necesaria una PCR. Además, es necesario rellenar un formulario en el que te piden los datos de alojamiento para contactar contigo en caso de que hubiera un contagio en tu vuelo», reconoce.

Una situación que se complica a la hora de regresar al país escocés. «Me pidieron la pauta de vacunación, un PCR que me costó 105 libras y rellenar otro formulario para el gobierno británico», señala Diana. Pero todo eso no acaba ahí. «Cuando llegas tienes que comprar un PCR para el segundo día y hacer cuarentena hasta que te den los resultados, esto si tienes la pauta de vacunación completa, si no tienes que hacer cuarentena de 10 días y dos PCR», explica. Escocia vive actualmente una situación sin muchas restricciones ya que solo tienen que guardar cuarentena aquellas personas que tengan el virus, o si se está viviendo con alguien que lo tenga. Los compañeros de trabajo no cuentan como contactos estrechos, por lo que no es necesaria la cuarentena. Antes de llegar a España Diana pudo administrarse la tercera vacuna. «La gente que conozco está ya con la tercera dosis. Aquí va todo muy rápido», afirma. «Hay poca gente que sea antivacunas», añade. La situación entre los dos países cambia cuando se habla de los test de antígenos. «En España costaban entre seis y nueve euros estas navidades cuando aquí te regalan una caja con siete test en las farmacias. Se prioriza la salud de las personas». En lo que sí se parecen los dos países ha sido en las cancelaciones de las cenas de empresa previas a las navidades. «Tuve la suerte de poder celebrar la mía, pero la mayoría decidieron cancelarlas por miedo al contagio», concluye esta palentina que estos días ha vuelto al trabajo.

Son ya dos los años que Omid Etemad lleva como fisioterapeuta del CSKA de Moscú en la capital rusa. Actualmente se encuentra en plena preparación con el equipo tras el parón de media temporada por las bajas temperaturas. «Estaremos hasta el 22 de febrero en Alicante haciendo pretemporada porque el día 26 de febrero jugamos ya el primer partido de Liga ante el Spartak», señala Omid. Durante el parón de estos días, a diferencia del pasado año que no pudo desplazarse debido a las numerosas lesiones, Omid pudo desplazarse hasta Palencia. «Apenas había lesiones y he podido ir tres semanas por España y concretamente unos días en Palencia disfrutando de amigos y familia», reconoce este palentino vinculado desde hace años al mundo del deporte. «Para entrar en España solo nos pedían el pasaporte covid, sino con una PCRnegativa sería suficiente», apunta Omid. Una situación que mientras se complicaba en un país, parece que en el otro ocurría todo lo contrario. «Parece que he ido arrastrando la mala racha porque cuando en España se estaba bien, en Rusia no tanto y ha sido cuando han comenzado a subir los casos y a imponer algunas restricciones y ahora cuando he vuelto a España estábamos en plena vorágine de la sexta ola. Sin embargo en Rusia actualmente parece que ya lo han pasado», señala Omid.

Omid piensa que en Rusia se está dando más prioridad actualmente a la economía que a la salud. «No se ha parado excepto en ciertos momentos. Aún cuando los datos oficiales son muy elevados, el país continúa con el ritmo anterior a la pandemia. A pesar de ser obligatorias las mascarillas en interiores los ciudadanos apenas las usan y el índice de vacunación es muy bajo. Seguramente la situación en los hospitales sea más crítica que en España aunque no lo dicen», concluye Omid.

Alemania es uno de los países que más ha sufrido el avance de la nueva variante del virus. La palentina Beatriz Rivera lleva ya ocho años trabajando en el Hospital Universitario Recht der Isar de Munich y ha vivido en primera persona la saturación sanitaria debido a la crisis sanitaria. «Las cosas ahora vuelven a estar mal, los contagios han aumentado superando las cifras de contagios de las pasadas olas debido a que mucha gente no está a favor de las vacunas», señala con preocupación. Debido al aumento de casos en el país germano, el gobierno ha decidido actuar para frenar la propagación del virus. «Han impuesto la regla '2G+', con la que solo podrán acceder a los locales los vacunados con las tres dosis o que tengan un resultado negativo en un test de ese mismo día, más el DNI para comprobar que el certificado es de esa persona. Los que no tengan el certificado ni presenten un resultado negativo sólo pueden acceder a supermercados ni farmacias. El teletrabajo está aumentando y a los que tienen que acudir al trabajo de manera presencial se les hace test de antígenos, a los vacunados nos piden dos a la semana y a los no vacunados uno al día», explica Beatriz. La vacunación en Alemania está lejos de la actual situación en España.

«Tendría que haber más gente vacunada para que disminuyan los contagios y los síntomas sean más leves y no se colapsen de nuevo los hospitales. Es importante vacunarse, pero la gente se niega y cada poco hacen manifestaciones en contra, por lo que los casos aumentan y perjudican la salud de todos», señala esta palentina que también pudo disfrutar de unos días en compañía de los suyos. «Tenía dos semanas de vacaciones y he podido venir a España, en concreto, he estado en Palencia una semana y media, y he podido ver a mi familia y a mis amigos, aunque a algunos de ellos ha sido por videollamada, debido al covid», concluye Beatriz que no entiende como, tras el aumento de contagios en España, no se hayan tomado otro tipo de medidas para frenar el avance del virus.

Más de cinco años lleva en Londres la periodista Beatriz Santos. La palentina no ha encontrado muchos cambios después de venir a España el pasado mes de agosto. «La mascarilla sigue siendo obligatoria en la calle y no he visto más cambios importantes», reconoce. En cuanto a los requisitos a la hora de volar de Reino Unido a España, «estando vacunada con la pauta completa lo único que tuve que hacer fue el formulario previo al viaje y enseñar el certificado de vacunación», admite. Beatriz considera que los medios de comunicación están saturando demasiado con la enfermedad. «Los días que he estado aquí en las noticias no había otra cosa y al final eso se traduce en que mucha gente que tiene pánico al virus y otros que ya pasan porque están cansados. Sobre las restricciones sinceramente creo que muchas no tienen sentido y que en general se ponen sin saber», explica Beatriz, quien reconoce que llegó a tener miedo al contagio hace ya algunos meses. «Ahora mismo, habiéndolo pasado hace un año y estando vacunada es algo que ya no me preocupa. Si es verdad que viendo las cifras de contagios, reinfectados y demás, no hay que bajar la guardia y tener cuidado siempre. Pese al optimismo, Beatriz ha preferido no juntarse con mucha gente estas navidades en Palencia. «Con la familia sí, pero con mucho cuidado».

Un país, el británico, que continúa con datos preocupantes de contagio ya que al día se están registrando más de cien mil casos. «Las restricciones que tenemos son mascarilla obligatoria en tiendas y transporte público pero en exteriores no es obligatoria». Pero si hay algo que es la comidilla de estos días en el país británico, es la crisis de gobierno tras las fiestas de su Primer Ministro Boris Johnson durante el confinamiento. «La población se lo está tomando muy mal ya que tuvo que acatar las normas y estar en casa y cuando ves que los que ponen las reglas se las saltan, da impotencia. Y una disculpa, que para muchos no es sincera, no es suficiente», explica. En cuanto a la vacunación, Beatriz reconoce que en Reino Unido las cosas están mejor. «Casi 48 millones de personas en Reino Unido tienen las dos vacunas y según los últimos datos, más de 36 millones han recibido la de refuerzo».

Hace ya dos años que el palentino José María Estébanez decidió poner rumbo a la cuna del pollo frito, Kentucky (Estados Unidos), y establecerse en Hopkinsville, una ciudad de 30.000 habitantes cercana a Nashville, ya en Texas, para trabajar para la empresa burgalesa Grupo Antolín como ingeniero. José María pudo viajar estas navidades a España para disfrutar de unos días de descanso en familia, pero la mala suerte quiso que este palentino se contagiara con el virus, por lo que ha tenido que estar guardando cuarentena cerca de diez días. «Llegué a Palencia el 18 de diciembre y el 24 caí contagiado. Lo cierto es que tenía muchos planes para estas fiestas pero al final no he podido hacerlos. Me hubiese gustado cenar más con la familia o ir al pueblo (Marcilla de Campos) y al final no se pudo hacer. Cuando he pasado el virus he podido quedar con todos, aunque me ha tocado estar aislado cerca de diez días. Cuando he quedado libre he aprovechado para dar una vuelta por aquí o ir a Burgos. Aunque ya estuve en verano porque llevaba cerca de 20 meses sin poder venir», añade.

Este ingeniero de 33 años reconoce que en Estados Unidos el coronavirus durante los últimos meses era cosa del pasado. «Llevábamos sin mascarillas desde mayo del pasado año. Ni nos acordábamos del covid. No existen ningún tipo de restricción», afirma José María, quien confiesa que el cambio de administración no se ha dejado notar mucho en el estado donde reside. «Es cierto que para volar si que había problemas ya que las restricciones para viajar desde Europa se levantaron unos días antes de las navidades», apunta el palentino. «Para volver te piden la tarjeta de vacunación y un test de antígenos negativo con un certificado bilingüe que tenga tan solo un día de antigüedad». Estos días son los de la vuelta al trabajo y tras llevar varios meses sin casos, varios compañeros se han contagiado. «De ocho compañeros que tengo en el departamento están contagiadas cuatro personas», explica. «Después de pasarlo estoy más tranquilo. Ahora la gente lo ve muy cerca y tiene mucho miedo al contagio.

Un país donde el movimiento antivacunas tiene un importante número de seguidores. «En nuestro entorno casi nadie se vacuna porque no le da importancia, quizá porque es una zona más rural. En el recuento de la fábrica estos meses, que ha sido cuando se ha empezado a hablar de la vacunación, tan solo el 15% de los trabajadores se habían vacunado», concluye José María que ya ha puesto rumbo a Kentucky para regresar al trabajo.

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