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'Ahora más que nunca, tu ayuda es esencial'. La palabra esencial tendría que estar en negrita y subrayada porque la importancia de echar una ... mano en estos momentos se hace más necesaria que nunca. El lema es el escogido para promover la campaña de verano de los Banco de Alimentos de Castilla y León. Desde el lunes y hasta el sábado 4, se puede hacer una donación en los supermercados de Palencia que pertenezcan a Asucyl (Asociación de Supermercados que operan en Castilla y León), que son Lupa, Gadis, Froiz y Mercadona, aunque este último lo hace a nivel nacional.
«Ya estamos bajo mínimos, hemos gastado casi todo el dinero ya. Hasta ahora estoy contenta porque se ha podido dar siempre producto para salir del paso. Hemos ido tirando, lo más básico lo hemos podido dar siempre», afirma Rosa Ortega, secretaria del Banco de Alimentos de Palencia. En la gran recogida, la campaña de noviembre y la más importante del año junto con esta, se obtuvieron 20.000 euros y se ha podido aguantar siete meses «sin dejar a nadie sin repartir, pero ahora ya sí que se nos acaban los recursos».
La campaña de verano también se va a hacer de forma virtual, esto es recogiendo el dinero que se quiera donar directamente en las cajas de estos supermercados, aunque Gadis la está realizando de forma mixta (pudiendo donarse alimentos y dinero). «Se va a hacer virtual, da mejor resultado porque con la cantidad que se da compramos lo que realmente necesitamos, ya sea leche, aceite o legumbres, y nos viene muy bien para organizar todo», reconoce.
El dinero que se dona nunca llega al Banco de Alimentos, sino que se consume directamente en el supermercado en el que se ha donado. La cantidad que se decida dar aparece registrada en el ticket de compra y el importe íntegro va a la asociación. Sigue el mismo procedimiento que la gran recogida.
Lo que no decrece, sino al contrario, son los palentinos que necesitan el apoyo del Banco de Alimentos, un incremento que comenzó cuando estalló la covid hace más de dos años. «No bajamos ni uno, hemos subido desde la pandemia. Yo creo que es normal, no es que la gente no tenga trabajo, es que muchos están a media jornada o tienen unos sueldos muy bajos, y siguen necesitando ayuda en la alimentación», reconoce Ortega. «Nunca, estando yo, jamás habíamos tenido tanta gente. Hemos contado con 1.800 usuarios, 2.300 o 2.400, pero los 4.315 que tenemos ahora, nunca», agrega.
Estos más de 4.000 palentinos de la capital y la provincia incluyen a los usuarios de Fega (Fondo Español de Garantía Agraria), alimentos que se reciben de la Unión Europea y se reparten en el propio Banco de Alimentos –en mayo y octubre– a distintos usuarios a los de la asociación. «Nosotros repartimos esos alimentos pero no los compramos. Es un programa de la Unión Europea que nos dice a quién distribuirlos», explica Ortega.
Hace poco más de un año, la cifra de personas que eran ayudadas por el Banco de Alimentos era de 3.900. «Y el perfil de los usuarios sigue siendo el mismo desde que arrancó la pandemia. Se trata de familias jóvenes con niños en edad escolar. La verdad es que atendemos a muchísimas familias», analiza la secretaria.
Lo primero que ofrecen en los pedidos que entregan son alimentos no perecederos: pasta, legumbres, harina, azúcar, café, leche, mermelada, aceite... «Estamos dando judía verde y menestra en tarro, y latillas de atún y sardinillas... Cola Cao, también, que hay muchos niños», relata. Si les donan yogures, también los reparten, y huevos. Son alimentos perecederos, pero las cantidades son pequeñas y el reparto es muy rápido. Y pueden llevarlo a cabo al contar con una cámara refrigerada y de congelación, donada por la Fundación Reina Sofía.
«El frigorífico nos viene muy bien, hemos podido comprar unas pizzas para que la gente comiera algo distinto. También hemos tenido chorizo, fuet y queso, y lo hemos podido repartir muy bien todo hasta que se terminó», agrega.
Además de la campaña de verano que está teniendo lugar estos días, Carrefour inicia su propia recogida en el mes de junio y La Caixa está llevando a cabo 'Ningún hogar sin alimentos', desde mediados de mayo y durante todo junio, con donativos y bizum al propio banco. Y durante todo el año, sin tener que esperar a las campañas, se puede ayudar a través del número de cuenta del banco.
Los lotes de comida se suelen repartir una vez al mes, primero a las nueve asociaciones que abastece el Banco de Alimentos para que les dé tiempo a dárselo a todas las familias y luego directamente a los usuarios que llegan a través de los asistentes sociales de los centros de acción social (Ceas). Además, también dan lotes de alimentos a diecisiete residencias de consumo, donde todos los usuarios viven allí.
«A las personas que viven en residencias, tienen una pensión pequeña y no llegan, pues ahí también se les ayuda. Hay plazas para mayores sin recursos, que algunos no tienen ni la pensión no contributiva, y nosotros les ayudamos. Y por ejemplo pues también abastecemos a Retro, que es de drogodependientes y también es de consumo porque viven todos juntos», argumenta. Un abanico muy amplio de ayuda, de tender la mano y el alimento a quien lo necesite.
El incremento de los precios que afecta a todos los bolsillos también se deja notar cuando los responsables del Banco de Alimentos de Palencia van a los supermercados a comprar los productos necesarios para hacer los pedidos mensuales. «Todo vale mucho dinero, ha subido todo muchísimo. Ahora con el mismo dinero tenemos muchos menos alimentos. Es que antes nos traían un palé y ahora, medio», afirma Rosa Ortega, secretaria del Banco de Alimentos, que se lamenta de este incremento. Yes que ahora las cuentas no salen de ninguna de las maneras. «Yo solía pedir 750 litros de aceite de girasol y ahora con mil euros no tengo ni para pipas. Ahora serían 300, porque lo último que hemos pagado es el litro a 2,99 euros», advierte.
Y con esa cantidad, con los 300 litros con los que hace números, no cubre las necesidades de los usuarios del Banco de Alimentos durante un mes. «Si vive una persona sola le doy un litro, pero si son seis en casa, no hacen nada los pobres. Y es que te das cuenta de que acabas de comprar aceite y ya no tienes», reconoce Rosa Ortega, que hace el cálculo de las cantidades que necesita cada familia, acorde a lo que ella gasta en su casa con los suyos.
«Cada vez que vamos a comprar, me sorprendo y me lamento de lo caro que está todo y que solo me dé para coger 300 kilos, por ejemplo», señala. Y ahora están pudiendo dar aún de todos los productos, ya sea azúcar, leche, harina... todo perecedero, eso sí. Incluso han llegado a incluir en los pedidos tetrabrik de caldo «para que se puedan hacer una sopa, que eso se consume mucho en las casas», agrega.
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