Los bailes de Villada saltan el Atlántico

Desde Armenia, capital del departamento de colombiano de Quindío, hasta Villada. Un total de 8.082 kilómetros y todo un océano -el Atlántico- entre estos dos lugares. Pero el baile todo lo puede. El Danza Fest -Festival Nacional e Internacional de Danza en Pareja de Colombia- ha contado este año con la participación de 46 parejas de un total de catorce países, entre los que se encontraba España.

Y de España participaba una pareja de Valencia junto con la localidad palentina de Villada, con su Grupo de Danzas Casado del Alisal, que en 2019 cumplió ochenta años. «Siempre se había hecho presencialmente este festival en Colombia, pero este año, por la situación del coronavirus, hemos podido participar al hacerse de forma virtual», señala, con orgullo, Elena Herrero, directora del grupo.

Villada está hermanada hace décadas con la Villada de Argentina, ya que fue fundada por Carlos Casado del Alisal, hijo del pueblo palentino y a quien homenajea con el nombre el grupo de danzas. «Gracias a uno de 'los hermanos' argentinos, el coreógrafo y bailarín Cristian Pizzichini, pudimos compartir cartel y representar a España», argumenta.

'La Muralla', jota emblemática para los villadinos, y 'Las Mañanitas de San Juan' fueron las dos obras que escogieron para este festival en pareja, para mostrar al mundo la tradición palentina y castellana. «Adaptamos estas dos coreografías, que son con mucha gente, a tan solo una pareja», afirma. Y todo se grabó en un fin de semana, en julio, con un intenso calor. «No pudimos ensayar mucho porque todo fue muy deprisa. En dos o tres días lo hicimos todo, con una cámara y un trípode. Decidimos grabar 'La Muralla' en la iglesia de San Fructuoso y el otro baile, 'Las mañanitas de San Juan', delante de una casa representativa de Castilla», explica.

Los protagonistas fueron tres, Laura Escobar, Nahia López y Francisco Calvo, repitiendo este último como pareja masculina en los dos bailes. «Fue una gran experiencia, los danzantes pasaron mucho calor con los trajes que llevamos nosotros. La indumentaria era muy diferente en cada danza, ahí estaba el mayor contraste y en los fondos también», señala Elena Herrero, muy contenta de que sus actuaciones gustasen tanto a tantos kilómetros de Villada. «Nos han hecho sentir mundialmente conocidos, y supone un gran prestigio para nosotros como Grupo de Danzas», concluye.