Borrar
Los héroes de Baler, a su regreso a España, tras casi un año de asedio.
Los descendientes de 'Los últimos de Filipinas' piden que no se olvide su sacrificio

Los descendientes de 'Los últimos de Filipinas' piden que no se olvide su sacrificio

Palencia tuvo presencia en el sitio de Baler a través del cabo Jesús García Quijano, de Viduerna de la Peña, que resistió el asedio junto a 32 compañeros durante casi un año

El norte

Lunes, 2 de enero 2017, 21:42

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los descendientes de los 33 soldados que sobrevivieron al sitio de Baler tras permanecer asediados durante 337 días, conocidos como Los últimos de Filipinas, reclaman la deuda histórica que todavía tiene hoy España con la «grandeza» de aquellos hombres.

Lo ha reivindicado en una entrevista concedida a Efe el periodista Jesús Valbuena, biznieto del cabo palentino Jesús García Quijano, que regresó a su casa del pueblo de Viduerna de la Peña tras aquel largo e histórico asedio y murió en su pueblo, a los 72 años, enfermo y sin el reconocimiento a tan heroico sacrificio.

Tras el reciente estreno de la película de Salvador Calvo, Los últimos de Filipinas, que revive aquellos hechos, Valbuena reconoce y agradece el «enfoque humanista» que ha dado el director a los personajes, el retrato de su angustia, el miedo, el terror y la ansiedad que vivieron aquellos hombres entre las paredes de la iglesia de Baler.

Pero considera que habría que hacer muchas películas, series y documentales, y que habría que escribir muchos libros, para que todos los españoles conocieran «un hecho tan universal» como el ocurrido a finales del siglo XIX en el pueblo de Baler, en la isla filipina de Luzón, donde un destacamento español fue sitiado por insurgentes tagalos durante 337 días.

«El sitio de Baler es el asedio militar más duradero de la historia moderna, un episodio militar sin parangón porque termina con los vencedores haciendo un reconocimiento inaudito a los vencidos», explica Valbuena.

Y porque más de cien años después, en 2002, el país colonizado, Filipinas, basándose en el sitio de Baler, declaró unilateralmente un día de amistad Hispano-Filipina.

Incluso porque desde el punto de vista militar se estudia como manual de supervivencia en academias tan conocidas como la de West Point, en Estados Unidos. «Me parece un episodio que desde el punto de vista de la historia universal tiene un valor y un interés tremendo», sostiene Valbuena, que es hijo adoptivo de la ciudad de Baler y tiene la Cruz al Mérito Militar con distintivo blanco por la promoción de las relaciones bilaterales entre España y Filipinas.

Por eso, considera «sorprendente» que durante décadas estos hechos no se hayan divulgado más en España, a pesar de los esfuerzos de algunos, a través de trabajos como el largometraje Los últimos de Filipinas que en 1945 fue considerado un «documento de interés nacional», de series de televisión como el Ministerio del Tiempo, o la reciente película de Salvador Calvo.

E incluso del empeño de los descendientes de aquellos 33 combatientes, que a lo largo de los años han ido reclamando para sus antepasados un merecido espacio en la historia que, en su opinión, todavía no les ha sido concedido. Apunta Valbuena en este sentido, que el desastre que supuso la pérdida de Cuba y Filipinas para España pudiera equipararse a la Guerra de Vietnam para Estados Unidos.

Y considera por tanto «sorprendente» que sea tan desconocido en la historia de este país, por todo lo que supuso para el devenir del siglo XX: la pérdida de las ultimas colonias, el final del imperio español, el auge de los nacionalismos, e incluso hay investigadores que aseguran que fue el desencadenante de la Guerra Civil española en 1936.

«Me alegro de que ahora el cine contribuya a que se conozca aquel desastre por lo que tiene de negativo y de positivo para la historia de España», recalca.

Pero este investigador de orígenes palentinos insiste en que la historia de Baler no se ha conocido con «la universalidad y la grandeza» que tiene, y que queda todavía «mucha divulgación por hacer» para saldar la deuda que sigue pendiente con aquellos hombres y que sus descendientes consideran «de justicia».

El pequeño pueblo de Viduerna de la Peña, una pedanía de Santibañez de la Peña, que apenas suma 50 habitantes y está situada en el norte de Palencia, sí quiso contribuir a este reconocimiento poniendo su granito de arena en el primer centenario del sitio.

Reconocimientos

Por iniciativa familiar, el Ayuntamiento de la localidad celebró en 1998 un homenaje que hoy recuerda en una placa situada en la casa natal del bisabuelo Chus, al «héroe de España y último de Filipinas».

El héroe que da nombre desde entonces a la plaza Jesús García Quijano y a la asociación de vecinos de este pueblo que, en 2005 se hermanó con el municipio de Baler e inauguró el Monumento a la Concordia Universal, un monolito realizado con una piedra de la Montaña Palentina en el que se lee «en memoria de los hechos universales del sitio y afectuoso reconocimiento a la nación filipina».

Un año después, la Diputación de Palencia tomó el testigo y selló su hermandad con la Diputación de la provincia de Aurora, cuya capital es Baler.

Y tanto la gobernadora Bellaflor Angara como el senador Edgardo Angara, descendientes de uno de los sitiadores tagalos que murió durante un asalto y promotores de la ley de Amistad Hispano-Filipina, han sido nombrados hijos adoptivos de Santibáñez de la Peña.

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios