Recesvinto regresa a San Juan de Baños

El entorno de la basílica de San Juan de Baños pareció este sábado retroceder al siglo VII, a la época de Recesvinto, gracias a la feria visigoda que se ha convertido por segundo año consecutivo en la protagonista de las fiestas. Bisutería, espadas y escudos que emulaban la época, artesanía de madera, de cuero y de esmaltes; arcos y flechas, libros, cuadros y otros más actuales, lejos de la ambientación del siglo VII, conformaban la feria. Muchos de los visitantes contribuyeron también al ambiente visigodo ataviados con túnicas, calzones y tocados de la época.

Una aportación al marco godo es la de la asociación El Clan del Cuervo, que ha instalado una recreación de la vida civil y militar del momento. El itinerario muestra cómo era la tienda de un noble que participaba en la guerra y se exhiben una armadura militar, una cota de malla metálica, cascos, espadas o hachas. Más adelante, se puede conocer a través de talleres una escribanía y cómo se trabajaba la madera, el cuero o se hacían objetos con cuernos y huesos. El escenario abarca el apartado textil, con prendas de la época y técnicas de confección y teñidos. Completa el recorrido el taller médico, con instrumental, vasijas y hierbas.

Mientras unos visitantes hacían este recorrido, otros ya pensaban en la paella que cocinaban los peñistas, aún antes de que en la basílica hubiera terminado el rito hispano-visigótico-mozárabe.